El Second Global Forum of Funders, que tuvo lugar en forma virtual entre los días 26 y 28 de abril pasado, se enfocó en las estrategias tendientes a ampliar la financiación de las investigaciones científicas cuya misión consiste en dotar a las sociedades y a las economías de mayor resiliencia, ecuanimidad y sostenibilidad (foto: Agencia Brasil)
El Second Global Forum of Funders, que tuvo lugar en forma virtual entre los días 26 y 28 de abril pasado, se enfocó en las estrategias tendientes a ampliar la financiación de las investigaciones científicas cuya misión consiste en dotar a las sociedades y a las economías de mayor resiliencia, ecuanimidad y sostenibilidad
El Second Global Forum of Funders, que tuvo lugar en forma virtual entre los días 26 y 28 de abril pasado, se enfocó en las estrategias tendientes a ampliar la financiación de las investigaciones científicas cuya misión consiste en dotar a las sociedades y a las economías de mayor resiliencia, ecuanimidad y sostenibilidad
El Second Global Forum of Funders, que tuvo lugar en forma virtual entre los días 26 y 28 de abril pasado, se enfocó en las estrategias tendientes a ampliar la financiación de las investigaciones científicas cuya misión consiste en dotar a las sociedades y a las economías de mayor resiliencia, ecuanimidad y sostenibilidad (foto: Agencia Brasil)
Agência FAPESP – La pandemia de COVID-19 puso en evidencia desigualdades, vulnerabilidades y, fundamentalmente, la urgencia de acelerar las transformaciones sociales y económicas. Esta nueva realidad está generando cambios también en la manera de hacer ciencia en el mundo y de financiarla, pues demanda una mayor colaboración entre los países y las regiones, interdisciplinariedad y apoyo a proyectos de investigación comprometidos con la misión construir sociedades y economías más resilientes, ecuánimes y sostenibles.
“Podemos ver que el punto de inflexión que indujo el COVID-19 puede generar una oportunidad de un progreso acelerado en muchas transformaciones necesarias para la sostenibilidad. Sin embargo, en este mismo escenario, también existen voces que claman por un retorno a las prácticas convencionales. Ha llegado la hora de hacer algo distinto, con imaginación, colaboración y compromiso”, afirmó Peter Gluckman, presidente del International Science Council (ISC), durante la apertura del Second Global Forum of Funders.
Este evento online, realizado entre los días 26 y 28 de abril pasado, reunió a líderes de agencias científicas de fomento de la investigación científica y de fundaciones de apoyo al desarrollo de todo el mundo, entre ellas la FAPESP. El objetivo del encuentro consistió en discutir y plantear nuevas estrategias para la financiación de investigaciones y la implementación de un sistema científico orientado hacia la transformación a través de la innovación y la resolución de problemas ligados a la sostenibilidad global.
“Cuando se propusieron los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible [ODS] [en la Asamblea General de las Naciones Unidas, en 2015], muchos afirmaron que eran diversas metas por alcanzarse, aunque de manera voluntaria. Sin embargo, la urgencia por alcanzar esos objetivos no cesó de crecer. Podemos ver esto con nitidez en el tema del clima. Por ende, la Agenda 2030 ha dejado de ser una cuestión de elección para erigirse como una dirección que el mundo entero debe seguir. Las agencias y las fundaciones científicas deben encabezar la búsqueda de un mayor impacto y una mayor colaboración en las investigaciones para que se cumpla esta agenda. El tiempo ha dejado de estar a nuestro favor”, afirmó Mary Robinson, expresidenta de Irlanda y patrona del ISC, la entidad organizadora del evento.
Robinson ejerció como enviada especial de la ONU para el cambio climático entre 2014 y 2015, período en el cual se fijaron los ODS con la mira puesta en terminar con la pobreza, proteger el medio ambiente y asegurarse de que los pueblos puedan gozar de paz y prosperidad en todo el mundo.
Este evento constituyó una oportunidad para que líderes ajusten sus estrategias referentes a los nuevos modelos de financiación de la investigación científica, determinen los principales retos y también refuercen la necesidad de contar con un sistema que haga posible una mayor colaboración.
Ingrid Petersson, directora general del Swedish Research Council for Sustainable Development (Formas), afirmó que uno de los grandes problemas reside en el hecho de que la investigación para la innovación es tenida como un valor destinado a lograr una mayor competitividad y riqueza en los países, y no como un bien público global.
Lo propio sucede con la colaboración en la investigación orientada hacia los grandes desafíos globales. “La financiación multilateral constituye aún una pequeña parte de los presupuestos de los actuales sistemas de ciencia. El enfoque principal recae aún sobre las agendas y las prioridades nacionales, lo que es comprensible. Así y todo, si les preguntásemos a muchas de las agencias de financiación qué proporción de sus presupuestos se destina a la cooperación o a la coordinación multilateral, muchas no podrían responderlo, y eso constituye una señal indicativa de que no se trata de una prioridad”, afirmó Albert van Jaarsveld, director general del International Institute for Applied Systems Analysis (IIASA), de Austria.
Aparte de los cambios en el escenario global, surgen también nuevos retos –o una intensificación de antiguos desafíos, como sugiere Gluckman–, tal como es el caso de la propagación sistemática de desinformación y del consiguiente anticientificismo, de los peligros del nacionalismo y de la fragilidad del sistema multilateral.
“Nuestra principal ambición debe ser la de facilitar la colaboración de distintos fondos científicos, y esto requiere de una ampliación de medidas tales como las que apuntan a los datos abiertos y a la ciencia abierta. Empero, existen aún diversos desafíos. La ciencia básica, orientada por la curiosidad, es de extrema importancia, como así también su implementación, que debe constituir el enfoque principal para que estos cambios se vuelvan posibles”, afirmó Luiz Eugênio Mello, director científico de la FAPESP.
La desigualdad en la destinación de los recursos
Una investigación que se dio a conocer durante el segundo día de debates problematizó el actual panorama de las inversiones globales destinadas al cumplimiento de los 17 ODS, al demostrar que este un proceso que transcurre de manera sumamente desigual.
Ese estudio, encabezado por científicos de la University of Sussex y de la University College London, ambas en el Reino Unido, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), muestra que los países que menos ayuda necesitan para alcanzar las metas de la ONU responden por el 90 % de las investigaciones relacionadas con los ODS. Mientras tanto, las naciones que necesitan avanzar en áreas tales como la educación de calidad, la energía limpia a precios accesibles y el consumo y la producción sostenible, por ejemplo, producen menos en esas áreas que los países de medianos y altos ingresos sumados.
Pero hay excepciones. Los países que tienen por delante grandes retos se especializan relativamente en investigaciones relacionadas con los ODS 2 (Hambre cero y agricultura sostenible), 3 (Salud y bienestar) y 6 (Agua potable y saneamiento). Pero lo propio no sucede con relación al ODS 4 (Educación de calidad), 7 (Energía limpia y accesible) y 12 (Consumo y producción responsable).
Con todo, Joanna Chataway, jefa del Departamento de Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Políticas Públicas de la University College London, señaló que el mayor descompás reside en el hecho de que más del 50 % de las investigaciones realizadas en el mundo –de acuerdo con los temas encontrados en la plataforma Web of Science, de donde se extrajeron los datos– no tienen relación con temas que se encuadran en los ODS. Chataway remarca que estos resultados son preliminares y que se publicará un informe completo en el mes de noviembre.
Para expandir las investigaciones relacionadas con los ODS en los países que más lo necesitan, es necesario “alterar el centro de gravedad de la ciencia”, apuntó Tom Kariuki, director de programas de la The African Academy of Sciences (AAS), al referirse a los planes para su continente.
En 2016, la AAS, en asociación con la agencia de desarrollo de la Unión Africana, puso en marcha el plan de cinco años de la llamada Alianza para la Aceleración de la Excelencia en la Ciencia en África (AESA, por sus siglas en inglés).
Este plan se basa en cuatro pilares: construir liderazgo y ambientes que brinden apoyo a una cultura de la investigación científica a largo plazo, apoyar el desarrollo de una cultura emprendedora orientada por la ciencia y la innovación, identificar y apoyar a los líderes emergentes para que sigan sus carreras en el continente y, finalmente, rellenar las lagunas críticas en el ambiente de investigación.
“Somos un continente dirigido por personas jóvenes, por jóvenes científicos en busca de oportunidades en África. Todos han oído hacer referencia a nuestros desafíos con respecto a la migración y a la fuga de cerebros, y parte de nuestro trabajo consiste en identificar las mejores ideas –y no hay escasez de ideas– y suministrarles apoyo. Cuando se apoya a esos jóvenes, pueden construir sus carreras acá y volverse independientes y competitivos en el escenario global”, dijo Kariuki.
Los países ricos pueden aportar la financiación de investigaciones en esas naciones. El Grand Challenges Africa, por ejemplo, apunta a promover innovaciones lideradas por científicos del continente para ayudar a los países en la consecución de los ODS. La financiación está a cargo de instituciones de otros países, tales como la Fundación Bill & Melinda Gates y la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Asdi), entre otras.
“Una de las opciones consiste en ingresar en programas específicos como el Grand Challenges [que posee otras ediciones en países tales como Brasil y la India]. Otra es formar parte de programas que cuenten con convocatorias globales como el Belmont Forum, para así disponer de recursos en llamados a la presentación de proyectos orientados únicamente hacia investigadores de África. En este caso, se puede garantizar que investigadores africanos sean los principales postulantes”, explicó Anna Maria Oltorp, jefa de cooperación en investigación científica de la Asdi.
El cambio climático global: investigar para actuar ahora
El tercero y último día (28/04) del Second Global Forum of Funders incluyó una conferencia de Anand Patwardhan sobre los desafíos y las oportunidades de colaboraciones multilaterales en investigaciones orientadas hacia la acción en el terreno del cambio climático global. Patwardhan es investigador de la University of Maryland, en Estados Unidos, y copresidente de la Adaptation Research Alliance (ARA), una coalición de científicos y financiadores de investigaciones y acciones cuyo objetivo consiste en acelerar las inversiones en estudios con la mira puesta en la adaptación y la resiliencia en los países en desarrollo.
Cuando se acerca ya la 26ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26), que se realizará en Glasgow, Escocia, en el mes de noviembre, el panorama es bastante desfavorable, según Patwardhan, debido a la subinversión en la investigación con misión, la desconexión entre la investigación y las necesidades de los más vulnerables, la falta de alineamiento entre las distintas iniciativas y barreras institucionales, la poca coherencia y coordinación en investigación adaptativa, la capacidad limitada en las comunidades y los países en desarrollo, y la falta de métricas destinadas a la evaluación de los resultados.
Este es el cuadro que, junto con otras iniciativas, la ARA espera revertir mediante la planificación y la cooperación, la movilización de recursos y la generación de resultados. “El objetivo consiste en reducir los riesgos climáticos y construir resiliencia, implementar el acceso a financiaciones destinadas a la adaptación al cambio climático, e incrementar la capacidad de los países en desarrollo para utilizar la investigación científica que promueva la adaptación local y las soluciones de resiliencia”, dijo Patwardhan.
Jean Ometto, quien integra la coordinación del Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG), hizo hincapié en la necesidad de sumar a las comunidades locales desde el comienzo de los planes de investigación, en la importancia de motivar a los agentes privados que, en Brasil, por ejemplo, aún tienen una participación que se sitúa muy por debajo de sus posibilidades, y de convocar a las generaciones más jóvenes a contribuir con su entusiasmo y energía.
En su panel de conclusiones, Heide Hackmann, directora ejecutiva de la ISC, puso de relieve la importancia de reunir regularmente al Global Forum of Funders como una plataforma abierta para congregar a diferentes tipos de financiadores: públicos, privados, filantrópicos y agencias internacionales de ayuda al desarrollo. El objetivo es facilitar la deliberación sobre tendencias emergentes, prioridades y nuevas iniciativas, el intercambio de información estratégica, ideas y experiencias sobre las mejores prácticas, y la identificación y promoción de nuevas oportunidades de colaboración.
“Pero este foro debe ser más que un escenario de conversaciones. Debe servir como una comunidad de propósitos comunes, comprometida en el trabajo con la comunidad científica internacional y con otras comunidades interesadas en pos de convocar, ayudar a elaborar y apoyar las acciones basadas en la ciencia para alterar el juego, rumbo a transformaciones de sostenibilidad global”, dijo.
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