Describen un comportamiento paternal inédito entre arañas existentes en Brasil

Un estudio muestra que los machos de Manogea porracea protegen a las crías y los huevos hallados en telas características de la especie contra los predadores, incluso sin saber si son realmente sus progenitores

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Los machos de algunas especies de arañas suelen canibalizar a las crías de sus competidores o sencillamente abandonan a su prole cuando no pueden cerciorarse de su paternidad. Pero en el caso de las Manogea porracea, lo usual es cuidar a cualquier cría o cualquier ooteca (las ootecas son los conjuntos de huevos empaquetados en seda) que encuentren en las telas características de la especie.

Esta conducta de cuidado paternal, inédita entre arañas solitarias, se observó en la especie M. porracea por primera vez en 2016. Y ahora, científicos brasileños han demostrado que los machos de esta especie protegen a las crías y los huevos contra los predadores incluso sin saber si son realmente sus padres.

Investigadores de las universidades del Estado de Minas Gerais (UEMG), Federal de Uberlândia (UFU) y de Campinas (Unicamp), todas de Brasil, publicaron estos hallazgos en la revista Ethology.

“Los machos elaboran una tela arriba de la que construyeron las hembras aún inmaduras sexualmente. Cuando las mismas se vuelve fértiles, se aparean. El macho puede seguir estando en la tela y proteger a su pareja contra sus competidores o salir para intentar aparearse nuevamente, lo que no le garantiza que otros machos no copulen también con aquella hembra que ha dejado. Cuando su pareja se muere por alguna razón, él desciende entonces a su tela y cuida a las crías. En nuestro experimento, los machos se encargaron de la prole aun cuando los dispusimos en telas con crías de otras parejas”, explica Rafael Rios Moura, docente del Departamento de Ciencias Biológicas de la Universidad del Estado de Minas Gerais (UEMG) en la ciudad de Ituiutaba.

Rios Moura llevó a cabo este trabajo durante una pasantía posdoctoral en el Programa de Posgrado en Biología Animal del Instituto de Biología (IB) de la Unicamp, con una beca de la FAPESP y bajo la supervisión del profesor João Vasconcellos Neto, uno de los coautores del trabajo.

Los investigadores aún no han logrado determinar por qué muchas de las hembras de la especie desaparecen después de poner los huevos, pero creen que, por acumular bastantes lípidos en el período reproductivo –y por ese motivo estar más corpulentas–, puedan atraer a más predadores que los machos.

“Por otra parte, los machos de esta especie construyen sus telas arriba de las telas de sus parejas y pueden seguir alimentándose durante la fase adulta. Esta conducta también es rara entre las arañas y puede aumentar la longevidad de los machos de M. porracea. Este escenario crea oportunidades para que los machos cuiden a sus crías. En ausencia de los padres, la supervivencia de la prole es muy baja. Por eso el cuidado paternal constituye una innovación evolutiva importante para esta especie”, dice Rios Moura, quien coordina el Núcleo de Extensión e Investigación en Ecología y Evolución (NEPEE) de la UEMG y lleva adelante la divulgación científica del proyecto “Ríos de Ciencia” en las redes sociales.

Esta conducta había sido descrita antes solamente en una especie de araña africana (Stegodyphus dumicola), que vive en grandes telas comunitarias, en las cuales varios machos y varias hembras cuidan tanto a sus propias crías y sus huevos como a las de otras parejas, lo que se denomina cuidado aloparental.

En el estudio publicado en 2017, en el cual se describió esta crianza cooperativa o cuidado paternal por primera vez, el equipo de Rio Moura demostró que, al final de la estación reproductiva, el 68 % de las ootecas quedaba bajo el cuidado de machos y que una cantidad significativamente mayor de crías nacía de huevos bajo la vigilancia de esos ejemplares en comparación con los que carecían de cuidado.

Padre es el que cuida

La especie M. porracea habita en una extensión de territorio que va desde Panamá hasta Argentina, en escenarios ecológicos sumamente distintos. Pero la población que estudió el grupo de científicos brasileños vive en plantaciones de eucaliptos rodeadas de áreas nativas de Cerrado (la sabana brasileña) en la estancia Nova Monte Carmelo, en Estrela do Sul, estado de Minas Gerais. Las telas están construidas cerca del suelo, sostenidas sobre ramas y sobre las capas de hojas existentes en el suelo (hojarasca).

En el laboratorio, los investigadores efectuaron la observación de 40 machos, 57 hembras y 87 ootecas. Todos los machos fueron hallados en la naturaleza, en telas con esos conjuntos de huevos. En el laboratorio, las hembras quedaron ubicadas en cajas transparentes con ramas de eucalipto y copos de algodón (para mantener la humedad) durante al menos 24 horas, para que construyesen sus telas. Luego se las quitó de allí y se las reemplazó machos y ootecas que no necesariamente eran de estos.

Para verificar si los machos protegen a la prole adoptiva contra los predadores, se pusieron en las cajas arañas de dos especies (Faiditus caudatus y Argyrodes elevatus, ambas de la familia Theridiidae), conocidas por consumir huevos y adultos de M. porracea. Las observaciones se realizaron durante diez días. En algunas de las cajas que hicieron las veces de control, se dispuso a los predadores sin el macho protector y estos se comieron los huevos. En las otras, se observó a los machos fueron haciéndose cargo de la protección de las ootecas y de las crías y ahuyentando a los predadores cuando estos se acercaban. En una de ellas, el macho mató al predador.

“La cantidad de crías que salieron de las ootecas fue dos veces y media mayor en los espacios donde los machos se encontraban presentes aun sin haber podido cerciorarse de su paternidad. Y tanto los padres biológicos como los adoptivos fueron igualmente efectivos en la protección contra los predadores”, dice Rios Moura.

Aparte de ahuyentar a los predadores, los investigadores observaron en otros experimentos otras dos conductas que caracterizan a los cuidados paternales en esta especie: los machos succionan constantemente las ootecas cuando están mojadas, probablemente retirando el exceso de humedad que puede atraer hongos o perjudicar el desarrollo de los huevos. Además, reconstruyen los hilos de sostén de las telas, las cuales, sin esa labor, podría caerse al piso y exponer a los huevos a la acción de hormigas y otros predadores. En futuros trabajos, se describirán pormenorizadamente estas conductas.

Por ende, la estrategia de esta especie de araña, tendiente a proteger cualquier prole de la misma, puede caracterizarse tal como se lee en los últimos versos del poema “Ode on a Distant Prospect of Eton College”, del poeta inglés Thomas Gray (1716-1771), que Rios Moura utiliza en el título del artículo: “Donde la ignorancia es una bendición, es una locura ser sabio”.

Suscriptores pueden tener acceso al artículo intitulado “Where ignorance is bliss, ‘tis folly to be wise”: Indiscriminate male care in a neotropical spider, de Rafael Rios Moura, Isabella Dias Oliveira, João Vasconcellos-Neto y Marcelo Oliveira Gonzaga, en el siguiente enlace: onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1111/eth.13112.