Los ejemplares de la especie Electrophorus varii se alimentan predominantemente de otros peces, sobre todo de aquellos a los que normalmente cazan los predadores más grandes, tales como los yacarés y las nutrias gigantes. Y sus tácticas de caza le permiten mantener la misma dieta tanto en la estación lluviosa como en la de sequía (foto: archivo de los investigadores)

Las especies con espinas y ‘armaduras’ son las presas favoritas de la anguila eléctrica amazónica
30-09-2021
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Los ejemplares de la especie Electrophorus varii se alimentan predominantemente de otros peces, sobre todo de aquellos a los que normalmente cazan los predadores más grandes, tales como los yacarés y las nutrias gigantes. Y sus tácticas de caza le permiten mantener la misma dieta tanto en la estación lluviosa como en la de sequía

Las especies con espinas y ‘armaduras’ son las presas favoritas de la anguila eléctrica amazónica

Los ejemplares de la especie Electrophorus varii se alimentan predominantemente de otros peces, sobre todo de aquellos a los que normalmente cazan los predadores más grandes, tales como los yacarés y las nutrias gigantes. Y sus tácticas de caza le permiten mantener la misma dieta tanto en la estación lluviosa como en la de sequía

30-09-2021
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Los ejemplares de la especie Electrophorus varii se alimentan predominantemente de otros peces, sobre todo de aquellos a los que normalmente cazan los predadores más grandes, tales como los yacarés y las nutrias gigantes. Y sus tácticas de caza le permiten mantener la misma dieta tanto en la estación lluviosa como en la de sequía (foto: archivo de los investigadores)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Un  artículo publicado en la revista Neotropical Ichthyology presenta el más robusto trabajo hasta ahora realizado sobre la alimentación de las anguilas eléctricas en la naturaleza. El análisis del contenido estomacal de 43 ejemplares de la especie Electrophorus varii mostró que la anguila eléctrica amazónica se alimenta predominantemente de otros peces, incluso de algunos que se encuentran entre los más difíciles de tragar. Este estudio refuta las hipótesis postuladas anteriormente que indicaban que estos animales serían carnívoros generalistas o incluso omnívoros.

La investigación estuvo a cargo de científicos brasileños ligados al Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad (ICMBio) y a la Universidad Federal de Amapá (Unifap), en el marco del proyecto intitulado La diversidad y la evolución de los Gymnotiformes, financiado por la FAPESP y coordinado por Naércio Menezes, del Museo de Zoología de la Universidad de São Paulo (MZ-USP), también en Brasil.

Este proyecto, realizado en colaboración con el Museo Nacional de Historia Natural, del Smithsonian Institution, en Estados Unidos, ha venido ampliando el conocimiento sobre las anguilas eléctricas durante los últimos años. Por cierto, E. varii fue una de las dos nuevas especies descritas en 2019 por el grupo encabezado por Carlos David de Santana, investigador asociado del referido museo estadounidense (lea más en: agencia.fapesp.br/31435/). 

“Aún existen pocos estudios sobre la biología de estos peces, sobre todo referentes a su alimentación. Los trabajos existentes hasta ahora se basaban en observaciones realizadas en cautiverio o reproducían relatos anecdóticos”, comenta Raimundo Nonato Gomes Mendes Júnior, analista ambiental del ICMBio y primer autor de la investigación.

En el estudio, los investigadores encontraron peces en el 96,6 % de los estómagos analizados, sobre todo bagres, como el pez gato o cascarudo (Callichtys callichtys), y cíclidos, como los escalares o peces ángeles (Pterophyllum spp.). Los insectos y los crustáceos se consideraron como presas ocasionales o accidentales. Los peces hallados poseen muchas espinas y por ello suelen ser blancos de predadores mayores como los yacarés y las nutrias gigantes. El cascarudo posee incluso placas óseas externas que forman una “armadura” a lo largo de su cuerpo, aparte de espinas en sus aletas.

Ocasionalmente, se observaron algunas anguilas eléctricas cuyos estómagos contenían solamente una semilla de azaí (Euterpe oleracea). “Las anguilas eléctricas tienen una visión muy mala: son prácticamente ciegas y, por tal motivo, se orientan mediante descargas eléctricas débiles. A la hora del ataque, aquello que viene junto a la presa probablemente es tragado también. En algunos estómagos se hallaron hojas y ramas. Pero esto no quiere decir que se alimenten de eso”, explica el investigador.

Con sol o con lluvia, la dieta es la misma

Los animales analizados se capturaron en el Área de Protección Ambiental (APA) del río Curiaú. Esta unidad de conservación está ubicada en el perímetro urbano de la ciudad de Macapá, capital del estado de Amapá, y alberca a una comunidad remanente de un palenque. Toda vez que pescan las especies favoritas de anguilas eléctricas, sus habitantes [quilombolas] están acostumbrados con la presencia de estos animales y participaron en la recolección de todos los ejemplares analizados en el estudio.

Las anguilas eléctricas fueron capturadas durante todo el año, con recolecciones realizadas cada dos meses. El objetivo consistía en verificar si existían diferencias en la dieta entre el período de crecida (de enero a junio) y o de bajante (de julio a diciembre). En las llanuras inundadas, como la región estudiada, el régimen de lluvias constituye un ingrediente crucial en la dinámica alimentaria. Con las crecidas, los peces cuentan con una mayor área disponible y se dispersan más. Por eso se hace más difícil su captura para los predadores guiados por la visión, tales como los tucunarés o chiclas (Cichla melaniae) y los guanchiches (Hoplias spp.), por ejemplo, y se ven obligados a incluir camarones y otras presas en la dieta durante ese período del año.

Con todo, durante las sequías las aguas bajan y forman lagos y charcas, aprisionando a los peces y facilitando su captura por predadores. El estudio mostró que, para las anguilas eléctricas, las estaciones no influyen sobre la dieta. “La alimentación no se altera a lo largo del año. Nuestra hipótesis indica que las tácticas de localización y de caza de la anguila eléctrica, que independen de la vista, eliminan los impedimentos para comer peces durante todo el año”, afirma Mendes.

Las anguilas eléctricas pueden formar grupos para cazar e incluso pueden paralizar presas a distancia con sus descargas eléctricas fuertes, que en la especie estudiada llegan a los 650 voltios. Asimismo, suben a la superficie para respirar y por eso pueden cazar presas que viven en aguas poco profundas y con escaso oxígeno, como el cascarudo y otros bagres. 

Aparte de la estación del año, los investigadores lograron determinar que los ejemplares jóvenes y adultos (desde 40 centímetros hasta 1,80 metros de largo) poseen básicamente a misma dieta: cambia únicamente el tamaño de las presas. La medición de los intestinos mostró también que estos órganos son relativamente cortos, una característica de las especies carnívoras. Y es una evidencia más que refuta los argumentos que indicaban que la anguila eléctrica sería una especie omnívora.

“El conocimiento de la biología de las especies resulta fundamental para delinear estrategias de protección y asegurarse de que las futuras generaciones puedan conocer a las anguilas eléctricas no solamente en zoológicos y acuarios, sino también en su hábitat natural”, explica Mendes.

Puede leerse el artículo intitulado Feeding ecology of electric eel Electrophorus varii (Gymnotiformes: Gymnotidae) in the Curiaú River Basin, Eastern Amazon, de Raimundo Nonato Gomes Mendes-Júnior, Júlio César Sá-Oliveira, Huann Carllo Gentil Vasconcelos, Carlos Eduardo Costa-Campos y Andrea Soares Araújo, en el siguiente enlace: www.scielo.br/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1679-62252020000300202&tlng=en
 

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