Faltan investigaciones que fundamenten las políticas educativas en Brasil, afirman expertos

Este fue el análisis que realizaron los participantes en la 5ª Conferencia FAPESP 60 años, cuyo tema fue la utilización de evidencias y datos para mejorar la educación

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Una de las políticas educativas más antiguas de Brasil consiste en la distribución de libros didácticos a cargo del Estado, de suma importancia para la estructuración del enseñanza básica, fundamentalmente en las pequeñas ciudades alejadas de los grandes centros urbanos. Sin embargo, pocas investigaciones apuntan qué funciona y qué debe mejorarse en ese material.

Ese es uno de los diversos ejemplos de la carencia de estudios que sirvan de base para el diseño de políticas educativas en Brasil, fundamentalmente en la enseñanza básica, desde la óptica de los participantes en la 5ª Conferencia FAPESP 60 años, que tuvo lugar el pasado 20 de octubre y que se encuentra disponible en YouTube.

“Nuestra educación básica requiere de reformas en muchos aspectos. Pero una cuestión central reside en que su planificación y su ejecución deben basarse en mucha mayor medida en la ciencia, en los datos y en las evidencias, de lo que lo son actualmente. Es necesario aplicar los resultados de las evidencias científicas acumuladas y trabajar al mismo tiempo para recabar más información. Por eso la FAPESP tiene un gran interés en aportar a ese debate, y lo manifiesta mediante el apoyo a propuestas y proyectos que apunten a obtener esos datos, como así también que ayuden a diseñar políticas públicas con miras a aplicarlos”, dijo el presidente de la FAPESP, Marco Antonio Zago, durante la apertura del evento.

La conferencia contó con la mediación Mozart Neves Ramos, miembro del Consejo Superior de la FAPESP.

El secretario de Educación del estado de São Paulo, Rossieli Soares, hizo referencia a la creación de la Asesoría de Evidencias Educativas en el Ministerio de Educación de Brasil cuando él fue ministro, en el año 2018.

El objetivo consistía justamente en dotar de transparencia a los datos que genera esa cartera, promover el uso apropiado de las evidencias y fomentar la innovación a los efectos de perfeccionar la calidad de las políticas educativas. En la gobernación del estado de São Paulo, Soares creó la Oficina de Evidencias.

“Pretendemos fomentar cada vez más la generación y la utilización de evidencias dentro de la red del estado para aportar a nuestro propio proceso de toma de decisiones, tanto las del secretario como en todas las áreas. La Oficina de Evidencias surgió precisamente para estrechar esa relación entre la secretaría, que es la formuladora y la implementadora, y la academia y la sociedad civil, que son productoras de conocimientos”, comentó Soares.

Investigaciones e indicadores

El sociólogo Simon Schwartzman afirmó que existe una gran cantidad de información en los sistemas de enseñanza que no se ha utilizado para mejorar la educación brasileña. Según el investigador asociado del Instituto de Estudios de Política Económica – Casa das Garças, con sede en Río de Janeiro, la existencia de evaluaciones externas en la educación y de indicadores no debe constituir un fin en sí mismo.

“Los indicadores también tienen problemas, pero vivir en el mundo de los indicadores y de sus problemas es mucho más rico que hacerlo en un mundo sin ellos”, sostuvo.

Para el investigador, la razón para no usar los datos que se generan suele ser que pueden desagradar o contrariar intereses establecidos y percepciones bastante rígidas.

“Es una batalla de ideas, que requiere de gente en posición de gobierno y en condiciones de entender, discutir, plantear problemas y convencer a determinados sectores para que las evidencias que generan los indicadores tengan el impacto que desearíamos que tengan. Debemos mejorar la calidad, pero también la capacidad de implementar los resultados que muestran las investigaciones”, afirmó.

El neurocientífico Roberto Lent, docente de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ) y coordinador de la Red Nacional de Ciencia para la Educación, comparó el empleo de evidencias científicas en el área de la salud y en el área de la educación.

Según Lent, al igual que en el ámbito de la salud, la educación no es una actividad improvisada ni intuitiva, sino que debe llevarse adelante con criterios científicos. No obstante, existe un puente que une a la ciencia con la salud que aún no ha sido construido en Brasil cuando se trata de la educación.

“En el campo de la salud, esto quedó muy bien demostrado en el momento en que llegó la pandemia. Eso había empezado después de la Segunda Guerra, y sus resultados son asombrosos, incluso en un país tan desigual como Brasil. La mortalidad infantil cayó vertiginosamente y la expectativa de vida aumentó bastante, modificando la pirámide demográfica. Pero algo análogo no sucedió en la educación”, comentó.

Mientras que en la salud la investigación se vería estimulada debido a su potencial directo de aplicación, no ocurriría lo propio con la educación. Las convocatorias a concursos en investigación, por ejemplo, son específicas en el campo de la salud, pero son genéricas y mucho más acotadas en cantidad en el área de educación, dice Lent.

Pensando en esta cuestión, la Secretaría Educación del Estado de São Paulo (Seduc) y la FAPESP emitirán en poco tiempo más una convocatoria a la presentación de proyectos de investigación para su implementación en la enseñanza básica del estado, adelantó el secretario.

“Brasil debe aprender a hacer educación con la mira puesta en las evidencias. Hoy en día contamos con investigaciones importantes, pero han sido realizadas en mayor medida en el hemisferio norte. Debemos acercar el proceso de alfabetización a los estudios en neurociencia, por ejemplo. Esta debe ser una batalla fundamental”, dijo Soares.

Puede accederse al evento completo en el siguiente enlace: youtu.be/yFK_A8dRddk. 

Y los videos de las cuatro primeras Conferencias FAPESP 60 años se encuentran disponibles en: 60anos.fapesp.br/conferencias.