Esta combinación es peligrosa fundamentalmente para las mujeres, según el análisis de investigadores de Brasil y del Reino Unido, en el marco de un seguimiento realizado durante diez años con datos de 5.310 personas mayores británicas (foto: Sabine van Erp/Pixabay)
Esta combinación es peligrosa fundamentalmente para las mujeres, según el análisis de investigadores de Brasil y del Reino Unido, en el marco de un seguimiento realizado durante diez años con datos de 5.310 personas mayores británicas
Esta combinación es peligrosa fundamentalmente para las mujeres, según el análisis de investigadores de Brasil y del Reino Unido, en el marco de un seguimiento realizado durante diez años con datos de 5.310 personas mayores británicas
Esta combinación es peligrosa fundamentalmente para las mujeres, según el análisis de investigadores de Brasil y del Reino Unido, en el marco de un seguimiento realizado durante diez años con datos de 5.310 personas mayores británicas (foto: Sabine van Erp/Pixabay)
Por Maria Fernanda Ziegler | Agência FAPESP – Un estudio de científicos de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), en Brasil, y de la University College London (UCL), en el Reino Unido, indica que la combinación de anemia y debilidad muscular en ancianos aumenta el riesgo de muerte durante los diez años siguientes un 64 % en el caso de los varones y un 117 % entre las mujeres.
Entre los varones, la anemia en forma aislada eleva de por sí un 58 % el riesgo de muerte. En tanto, para las mujeres, la debilidad muscular constituye por sí sola un factor de riesgo más importante, pues incrementa un 68 % el riesgo de muerte. Y de acuerdo con el estudio publicado en el periódico Archives of Gerontology and Geriatrics, ambas condiciones juntas representan un riesgo aún mayor, sobre todo para las mujeres ancianas.
“En el caso de las mujeres, ambas condiciones combinadas duplican el riesgo de mortalidad. Es un aumento muy grande y, por ende, estos factores deben monitorearse clínicamente. Cuando la paciente va al consultorio, le compete al médico detectar rápidamente cuál es la causa de la anemia y tratarla, además de descubrir el motivo de la debilidad y recomendar los ejercicios resistidos”, afirma Mariane Marques Luiz, doctoranda del Programa de Posgrado en Fisioterapia de la UFSCar y autora del estudio.
El grupo analizó un banco de datos de 5.310 ancianos británicos bajo seguimiento en el transcurso de diez años, en el marco del proyecto English Longitudinal Study of Aging (ELSA). Este trabajo contó con el apoyo de la FAPESP.
Marques Luiz remarca que se tuvieron en cuenta datos de mortalidad general y que el riesgo fue mayor para los portadores de ambas condiciones independiendo de factores tales como la edad, el consumo de cigarrillos, el estado civil, el nivel de actividad física, el desempeño de la memoria, las dificultades en la realización de actividades instrumentales y la existencia de enfermedades cardíacas, pulmonares o de cánceres.
“Analizamos todas las causas de muerte y los resultados demostraron que la combinación de esas dos condiciones aumenta el riesgo general de mortalidad. Esto significa que, independientemente de esos problemas, cuando la edad es avanzada, la anemia y dinapenia [debilidad muscular] constituyen un factor de riesgo importante”, dice Marques Luiz.
Entre los 5.310 individuos analizados en el estudio, el 84 % no padecía ni anemia ni debilidad muscular. Solamente el 10,7 % tenía dinapenia, el 3,8 % anemia y el 1,5 % convivía con ambas condiciones.
En el transcurso de los diez años de seguimiento de los participantes, se registraron 984 fallecimientos entre esos individuos, de los cuales el 63,7 % no padecía ninguna las dos condiciones, el 22,8 % tenía dinapenia, el 7,5 % anemia y el 6 % dinapenia y anemia en coexistencia.
La falta de oxigenación muscular
Estudios anteriores ya habían demostrado que la anemia constituye un factor de riesgo en lo concerniente a la disminución de la fuerza muscular. Sucede que, para una persona anémica, es más difícil que el oxígeno –captado en las células sanguíneas (hematíes) por el hierro– llegue hasta el tejido muscular. Como consecuencia de este proceso deficitario, la oxigenación muscular se ve perjudicada y provoca entre otros factores debilidad muscular.
El problema de la mala oxigenación es lo que los científicos denominan hipoxia, que no ocurre únicamente en los músculos sino también en todos los órganos y en los sistemas corporales. “Por sí sola, la hipoxia puede generar una serie de alteraciones en el organismo, tales como la vasodilatación arterial periférica y la disminución de la formación de capilares. También puede desencadenar disfunción miocárdica y activar de forma inadecuada un sistema proteico [renina-angiotensina-aldosterona] que controla entre otras cosas la presión arterial”, explica Tiago da Silva Alexandre, docente del Departamento de Gerontología de la UFSCar y director de la investigación.
El investigador hace hincapié en que todas esas consecuencias de la hipoxia pueden reflejarse en el aumento del riesgo tanto de enfermedades cardiovasculares como de mortalidad en general.
“Cuando un anciano tiene anemia, está sujeto a una mayor probabilidad de tener dinapenia. Y cuando padece ambas condiciones juntas, estamos ante un problema aún más complejo. Sucede que, además de la carencia de hemoglobina y de hierro [inherente a la anemia], existe también un impacto de la baja producción de glóbulos rojos y de hierro en el sistema musculoesquelético”, comenta.
Un riesgo mayor para las mujeres
Además de investigar el efecto combinado de la anemia y la dinapenia en la elevación del riesgo de muerte entre ancianos, los investigadores también verificaron si dicho impacto es distinto en varones y en mujeres. De acuerdo con los resultados del estudio, aparte de existir una mayor incidencia de ambos problemas en las mujeres, la combinación de esas dos condiciones es también más peligrosa para ellas.
“Primeramente, existe una cuestión matemática. Las mujeres tienen una prevalencia un poco mayor de anemia que los hombres. Cabe destacar que los puntos de corte también son distintos para definir anemia en los varones y en las mujeres”, afirma Da Silva Alexandre.
Sin embargo, las mujeres parecen ser más susceptibles a sufrir el impacto de la anemia en el sistema musculoesquelético. “Esta diferencia puede suceder porque los varones generalmente poseen más masa muscular que las mujeres. Por eso, cuando ellos tienen anemia, el sistema musculoesquelético se ve menos afectado. Pero esta es tan solo una de las posibles explicaciones”, dice.
Da Silva Alexandre remarca que la dinapenia por sí sola se erigió como un factor de riesgo de mortalidad para las mujeres, no así la anemia. “Como las mujeres generalmente padecen una pérdida también importante de masa muscular con el envejecimiento, puede existir desde luego un detrimento de la masa muscular que se acentuará debido a la anemia”, explica.
En tanto, los hombres, si bien generalmente tienen más masa muscular, pierden músculos más rápidamente que las mujeres durante el proceso de envejecimiento. “Pero las mujeres tienen en general una cantidad menor de masa muscular, y esto puede generar con el correr del tiempo una disminución de la fuerza, lo que impacta en la mortalidad. La dinapenia es un indicador de que algo no anda bien en la salud de las personas mayores”, dice.
Puede leerse el artículo intitulado The combined effect of anemia and dynapenia on mortality risk in older adults: 10-Year evidence from the ELSA cohort study en el siguiente enlace: www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0167494322001200?via%3Dihub.
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