Marea baja en Praia da Fortaleza, en la localidad de Ubatuba, litoral paulista: las investigaciones marinas aún se enfocan en mayor medida en las áreas costeras (foto: Mariana Cabral de Oliveira/USP)

Estudios apoyados por la FAPESP expandieron el conocimiento sobre los océanos
05-01-2023
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El balance de 300 proyectos del área financiados por la Fundación del estado de São Paulo desde el año 1972 consigna aportes a la comprensión de la vida marina, fundamentalmente tras la puesta en marcha de su programa enfocado en la biodiversidad, en 1999. Uno de los desafíos hacia el futuro consiste en expandir las investigaciones en aguas profundas

Estudios apoyados por la FAPESP expandieron el conocimiento sobre los océanos

El balance de 300 proyectos del área financiados por la Fundación del estado de São Paulo desde el año 1972 consigna aportes a la comprensión de la vida marina, fundamentalmente tras la puesta en marcha de su programa enfocado en la biodiversidad, en 1999. Uno de los desafíos hacia el futuro consiste en expandir las investigaciones en aguas profundas

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Marea baja en Praia da Fortaleza, en la localidad de Ubatuba, litoral paulista: las investigaciones marinas aún se enfocan en mayor medida en las áreas costeras (foto: Mariana Cabral de Oliveira/USP)

 

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Aun cuando siguen siendo menos conocidos que la Luna, los océanos han sido objeto de una buena cuota de la atención de los científicos brasileños durante las últimas décadas. Y una parte importante de estos estudios se concretó con el apoyo de la FAPESP, tal como lo atestigua una investigación realizada por científicos de las universidades de São Paulo (USP), Federal del ABC (UFABC) y Estadual Paulista (Unesp) y publicada en la revista Biota Neotropica. El artículo al respecto integra una edición especial dedicada al 60º aniversario de la FAPESP, celebrado en 2022.

Entre los 300 proyectos analizados desde 1972, se aprobaron 46 en el ámbito del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP), que se puso en marcha en el año 1999 y que expandió significativamente la cantidad de investigaciones enfocadas en la exploración oceánica en Brasil. Este incremento se concretó fundamentalmente a partir de 2010. El año anterior había sido emitida una convocatoria específica a concurso de proyectos dedicados a la comprensión de ese ambiente, con lo cual se expandió desde entonces el radio de acción del programa. También constan 13 proyectos en el marco del Programa FAPESP de Investigaciones sobre Cambios Climáticos Globales (PFPMCG), lanzado en el año 2008.

“Este trabajo no puede verse como el estado del arte del área marina u oceánica en Brasil, pues se trata de un recorte muy específico. No hemos observado el conjunto total de las investigaciones oceanográficas en Brasil y ni siquiera hemos hecho lo propio en el estado de São Paulo, toda vez que no hemos incluido en los análisis proyectos financiados por el CNPq [el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico, una agencia ligada al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación nacional] y otras agencias de fomento de la investigación científica. Por otra parte, de cierta forma, este mapeo refleja lo que se hace en São Paulo y en el resto del país”, comenta Mariana Cabral de Oliveira, docente del Instituto de Biociencias (IB) de la USP, quien integró la coordinación del BIOTA entre 2009 y 2018 y coordinó el referido estudio.

La USP, la universidad más antigua del estado de São Paulo, y que ya existía en la época de la creación de la FAPESP, en 1962, aún ostenta la mayor proporción de los proyectos del área marina financiados por la Fundación. Los mismos suman el 66 %, seguidos por los de la Unesp y los de la Universidad de Campinas (Unicamp), con un 9 % cada una, y los de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), con un 6 %.

Pero hasta la década de 1980 esa desigualdad era mayor, cuando la USP concentraba el 82 % de los proyectos. El incremento de la porción de la torta de las otras instituciones se produjo en parte debido a la creación de nuevos centros, tales como el Campus del Litoral Paulista de la Unesp (CLP), en São Vicente, creado en 2002; la UFABC, en 2005, y el Instituto del Mar (IMar) de la Unifesp, en 2007. Históricamente, 47 instituciones públicas y privadas contaron con proyectos financiados por la FAPESP en el área marina.

Los desafíos futuros

Para los autores, la importancia de la FAPESP en el área marina refleja la fuerza de la institución en todos los campos de la investigación científica en el estado de São Paulo: es una influencia que se extiende sobre la ciencia a nivel nacional e internacional. Sucede que la Fundación tiene como principios la investigación multidisciplinaria, la provisión de infraestructura, los niveles relativamente estables de financiación y las colaboraciones en Brasil y en el exterior.

“La creación de la modalidad de los Proyectos Temáticos, en 1990, fue importante para financiar proyectos a largo plazo, realizados en redes y con equipos mayores, a los efectos de hacer frente a cuestiones que no se podrían abordar en el marco de proyectos regulares, que duran dos años”, puntualiza Cabral de Oliveira.

Este punto de vista, que tuvo sus reflejos también en el lanzamiento de los programas Genoma (1997-2008), BIOTA y de Investigaciones en Cambios Climáticos Globales, junto a los acuerdos bilaterales de financiación con instituciones extranjeras, fue importante para cambiar el abordaje que prevalecía hasta ese entonces de investigación incremental, girando hacia proyectos más ambiciosos tanto desde una perspectiva teórica como en aquellos orientados hacia la resolución de problemas. Con el BIOTA se aúna una óptica más integrativa de la biodiversidad como una conexión entre elementos biológicos y culturales.

Para el futuro, los autores identifican como una laguna que cabe rellenar la investigación referente a los océanos profundos. Brasil posee una de las más grandes zonas marítimas económicas exclusivas del mundo y, por tal motivo, requiere de un programa que dé cuenta de la amplitud y la complejidad de ese ecosistema. Las investigaciones actuales en mayor medida se enfocan en las aguas costeras.

Aun cuando la FAPESP financió la adquisición de dos navíos oceanográficos –Alpha Crucis y Alpha Delphini–, el costo diario de esas estructuras constituye uno de los mayores obstáculos para la expansión de las investigaciones, lo que podría resolverse con la integración de investigadores, promoviendo así la materialización de redes de diversas instituciones.

Aparte de Cabral de Oliveira (20/09406-3), suscriben también el artículo Antonio C. Marques, del IB-USP, Alvaro Migotto y Marcelo V. Kitahara, del Centro de Biología Marina (Cebimar) de la USP (21/06866-6), Gustavo Muniz Dias, del Centro de Ciencias Naturales y Humanas (CCNH) de la UFABC (19/15628-1), y Tânia Marcia Costa, del Instituto de Biociencias del CLP-Unesp (20/03171-4). 

El artículo intitulado Marine and coastal biodiversity studies, 60 years of research funding from FAPESP, what we have learned and future challenges se encuentra disponible gratuitamente en el siguiente enlace: www.scielo.br/j/bn/a/ykDqKPkjNfW3DrpxWwyVdrg/
 

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