Este fue el planteo de Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, durante la apertura de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada Bicentenario de la Independencia de Brasil. El evento tuvo lugar entre los días 6 y 15 de febrero en el Museo Paulista (foto: Marcos Santos/USP Imagens)
Este fue el planteo de Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, durante la apertura de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada Bicentenario de la Independencia de Brasil. El evento tuvo lugar entre los días 6 y 15 de febrero en el Museo Paulista
Este fue el planteo de Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, durante la apertura de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada Bicentenario de la Independencia de Brasil. El evento tuvo lugar entre los días 6 y 15 de febrero en el Museo Paulista
Este fue el planteo de Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, durante la apertura de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada Bicentenario de la Independencia de Brasil. El evento tuvo lugar entre los días 6 y 15 de febrero en el Museo Paulista (foto: Marcos Santos/USP Imagens)
Por José Tadeu Arantes | Agência FAPESP – Ochenta y cinco estudiantes de posgrado de Brasil y del exterior se congregaron en el Museo Paulista de la Universidad de São Paulo (USP) entre los días 6 y 15 de febrero para analizar el impacto del proceso de la Independencia de Brasil sobre las políticas regionales y en las relaciones internacionales. La realización del referido encuentro formó parte de la programación de la Escuela São Paulo de Ciencia Avanzada (ESPCA) Bicentenario de la Independencia de Brasil, que contó con el apoyo de la FAPESP.
Esos jóvenes investigadores, seleccionados entre 344 postulantes inscritos, llegaron provenientes de 16 países de Latinoamérica, Europa y Asia. Y el evento les brindó la oportunidad de debatir el tema planteado con el brasileñista Anthony Pereira, docente del Brazil Institute en el King’s College London (Inglaterra); el escritor Daniel Munduruku, presidente del instituto indigenista Uka; el historiador experto en América Latina Daniel Rojas, del Grenoble Alpes University (Francia); el politólogo Gerardo Caetano, de la Universidad de la República (Uruguay), y los embajadores brasileños Rubens Ricupero, Carlos Henrique Cardim y Synesio Sampaio Goes Filho, aparte de historiadores y politólogos de diversas instituciones brasileñas.
Las ESPCA constituyen un modelo académico alternativo de formación de recursos humanos, se enfocan en temas que se abordan en profundidad desde distintas perspectivas y estimulan el protagonismo de los estudiantes como participantes activos en la investigación científica. De este modo, suministran respuestas a un desafío que creció durante la pandemia.
“La crisis en la formación de recursos humanos calificados, especialmente de nuevos investigadores, ha venido siendo anunciada desde hace algunos años, pero se precipitó con la pandemia. Existen señales irrefutables de una mengua del interés de las nuevas generaciones con relación a la carrera científica y académica”, afirmó el presidente de la FAPESP, Marco Antonio Zago, durante la ceremonia de apertura del evento, el día 6 de febrero.
“Al contrario de lo que apuntaba nuestra expectativa, la disminución que se observó durante la pandemia perduró después de la recuperación de la sociedad”, dijo Zago.
De acuerdo con el presidente de la FAPESP, constituyen indicadores de este nuevo panorama la disminución persistente de las solicitudes de ayudas ante la FAPESP, por ejemplo, del orden del 30 %, lo que abarca a los pedidos de nuevas becas, la merma de demanda y de inscripción en las carreras de posgrado, y la disminución de un 40 % de las matrículas de grado en ingeniería en el sector privado.
“Se trata de un fenómeno mundial que afecta a Brasil de manera particularmente severa, pues a la par de los cambios globales, la educación superior, la ciencia y la tecnología fueron objeto de un tratamiento sumamente adverso por parte del gobierno federal”, prosiguió Zago, en referencia cuatrienio comprendido entre el 1º de enero de 2019 y el 1º de enero de 2023.
Así y todo, a su juicio, sería ingenuo adjudicarles todo el problema a los efectos negativos de las restricciones presupuestarias y de autonomía de las instituciones federales. “Existe un cambio intrínseco de la sociedad, y entre los jóvenes, que las universidades, los institutos de investigación y las agencias científicas de fomento deben absorber y entender”, dijo.
Nuevas perspectivas
De acuerdo con el vicedirector de la institución museística, Amâncio Jorge de Oliveira, se apuntó a presentarles a los 85 jóvenes seleccionados para tomar parte en la escuela a especialistas que lanzasen un mirada crítica sobre el proceso de independencia política formal de Brasil, en busca de captar sus dimensiones más profundas, más allá de las construcciones ideológicas jactanciosas. Y que incluyesen en el cuadro a segmentos sociales que fueron sistemáticamente dejados de lado en la historia oficial, tales como los pueblos originarios y las personas esclavizadas.
Tal como lo puso de relieve Vahan Agopyan, secretario de Ciencia, Tecnología e Innovación del Estado de São Paulo, todo esto sería imposible sin la sólida retaguardia financiera de la FAPESP, que desde hace 60 años apoya de manera estable a la investigación académica y científica. “Todos los gobernadores de São Paulo durante este período de tiempo, sin excepción, cumplieron la determinación constitucional de girarle el 1 % de la recaudación tributaria del Estado a la FAPESP.”
Agopyan puso de relieve que pocos países se han beneficiado o se benefician merced a una situación similar. “Por la Constitución Paulista, la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo percibe el 1 % de los recursos que el estado capta a través de impuestos. Y esto permite que podamos contar no solamente con el apoyo de las becas o con la organización y promoción de eventos como esta escuela avanzada, sino también con la garantía de la prosecución de las investigaciones, algunas de ellas gran porte, que la FAPESP selecciona y mantiene con todo su rigor.”
En la continuidad de las disertaciones, el actual rector de la USP, Carlos Gilberto Carlotti Júnior, afirmó que, “desafortunadamente, la reinauguración del Museo Paulista fue el mayor evento en la celebración del bicentenario de la Independencia de Brasil”, en referencia a la desconsideración del gobierno federal anterior por este y otros temas. “Pero, por suerte, demostramos que la universidad está haciendo su parte”, culminó afirmando, al sostener que el Museo Paulista –popularmente conocido como el Museo de Ipiranga– es uno de los cuatro museos institucionales con actividades de enseñanza e investigación que la USP mantiene.
Las nuevas características de esta construcción arquitectónica ya han sido objeto de un artículo publicado en Agência FAPESP (lea más en: agencia.fapesp.br/39590/).
En el evento, la directora del museo, Rosaria Ono, recordó los retos que encaró para la realización de la reforma, que se puso en marcha efectivamente en el año 2019, durante la gestión de Agopyan en la Rectoría de la USP, pero que debe remontársela hasta 2014 si se consideran todas las etapas preparatorias, definidas e implementadas por el entonces rector, Marco Antonio Zago.
Más información en: espca.fapesp.br/escola/111/.
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