Imagen: difusión Demedia
Es una aplicación cuyo desarrollo está a cargo de una startup paulista que cuenta con el apoyo de la FAPESP. Y mediante programas de inteligencia artificial, capacita a sus usuarios para monitorear la enfermedad y mejorar su calidad de vida
Es una aplicación cuyo desarrollo está a cargo de una startup paulista que cuenta con el apoyo de la FAPESP. Y mediante programas de inteligencia artificial, capacita a sus usuarios para monitorear la enfermedad y mejorar su calidad de vida
Imagen: difusión Demedia
Por Rodrigo de Oliveira Andrade | FAPESP Investigación para la Innovación – Una nueva plataforma digital hecha en Brasil promete ayudar a sus usuarios a controlar y prevenir las complicaciones crónicas que provoca la diabetes mellitus, una enfermedad en la cual el organismo no metaboliza de manera eficiente las moléculas de azúcar (glucosa) existentes en la sangre.
La aplicación, bautizada Demedia, se basa en tecnologías de la información y la comunicación y en programas de inteligencia artificial (IA). Y suministra orientación personalizada a los pacientes capacitándolos para que se conviertan en protagonistas de su propia salud al monitorear la enfermedad, prevenir su agravamiento y mejorar su calidad de vida.
La plataforma nació en el año 2021 en el marco de una colaboración entre la startup Demed Tecnologia em Saúde, con sede en la ciudad de São Paulo (Brasil), y el Programa Innova del Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasil, con sede en Brasilia. El proyecto cuenta actualmente con el apoyo de la iniciativa Centella, del gobierno federal brasileño, a través de la agencia de fomento Finep (Financiadora de Estudios y Proyectos), que incentiva emprendimientos innovadores en país, y en el estado de São Paulo cuenta con la financiación conjunta de la FAPESP. La aplicación se encuentra en la etapa de validación de la tecnología y de escalabilidad con más de 100 pacientes del Hospital de las Fuerzas Armadas de Brasilia y de aldeas indígenas de los estados de Ceará y Maranhão.
La ingeniera de control y automatización Marcia Ferraresi de Araújo, directora de la startup, explica que los médicos y los enfermeros de los hospitales que toman parte en la validación les dan a conocer la plataforma a los pacientes diagnosticados con la enfermedad y los invitan a bajarla en sus celulares. “En el caso de los pacientes indígenas, el uso de la aplicación es intermediado por enfermeros y agentes sanitarios indígenas de las aldeas”, explica.
Los usuarios efectúan un registro en el cual ingresan sus datos. A partir de allí, tienen acceso a una serie de vídeos con el médico endocrinólogo y otros profesionales de la salud que les despejan sus dudas sobre la enfermedad y les imparten orientaciones acerca de cómo prevenirla y controlarla.
La plataforma cuenta a su vez con un robot virtual (chatbot), un sistema basado en un software de IA capaz de crear textos realistas y articulados a partir de preguntas y comandos y simular diálogos con un ser humano. La idea es que los usuarios interactúen con el robot despejando sus dudas sobre la enfermedad. Según Ferraresi de Araújo, el chatbot fue alimentado con información basada en directrices médicas, de manera tal de asegurar la validez de las respuestas.
La interacción de los pacientes con la IA alimenta una plataforma de ludificación inspirada en el diseño de programas de juegos online. El objetivo en este caso es crear una dinámica que apoye a los pacientes en la educación concerniente a la diabetes y en los cuidados referentes a la enfermedad de acuerdo con su perfil de salud, de manera tal de incrementar la adhesión al tratamiento.
La plataforma funciona con base en metas, elaboradas mediante el empleo de un modelo predictivo alimentado con datos del perfil de salud y de la trayectoria del usuario en la aplicación. “Nuestro sistema registra términos y palabras claves a medida que se interactúa con el chatbot”, dice Ferraresi de Araújo. “Estos datos posteriormente se emplean para modelar sus metas en la ludificación”, añade.
La investigadora cita como ejemplo el caso de un paciente que interactuó con el chatbot con relación a cómo prevenir los malestares y desmayos provocados por la hipoglucemia, que suceden cuando la hormona se encuentra en el auge de su actividad y derriba drásticamente el índice de azúcar en la sangre. “Los datos de esta interacción alimentan la plataforma ludificada y hacen que esta sugiera metas basadas en directrices médicas para ayudarlo a prevenir la hipoglucemia”, explica Ferraresi de Araújo.
La plataforma también puede emitir alertas con el objetivo de recordarle al paciente que debe tomar alguna medicación. En otros casos, las metas comprenden algún tipo de alimentación o incluso ejercicios físicos, siempre y cuando sean compatibles con su situación de salud.
Con cada meta que alcanza, el paciente obtiene una recompensa: monedas digitales, que pueden convertirse en descuentos en productos o servicios orientados al mantenimiento del control de la enfermedad, tales como alimentos de bajo índice glucémico, aparatos para medir la presión arterial, lancetas, medidores de glucemia y clases de pilates, entre otros.
“Muchos pacientes tienen dificultades para adquirir estos alimentos y aparatos, por eso pueden disminuir o dejar el tratamiento tal como se lo han prescrito su médico y el equipo de salud”, sostiene Ferraresi de Araújo.
La validación de las metas aún se hace manualmente, es decir que es el propio paciente quien registra en la aplicación si las ha cumplido o no. Con base en la dinámica de uso de la aplicación, es posible generar informes sobre el trayecto de tratamiento de los usuarios.
“Esta información pueden compartirse con los médicos en caso de que los pacientes lo autoricen, de acuerdo con las directrices de la LGPD [la Ley General de Protección de Datos Personales]”, destaca Ferraresi de Araújo. “La idea es que puedan realizar un seguimiento más detallado de la salud de esos pacientes.”
Los datos también pueden utilizarse para alimentar informes más amplios sobre el perfil epidemiológico de una determinada población —basado en datos anonimizados—, de manera tal de apoyar el trabajo de los profesionales de la salud y de las instituciones que atienden a ese público para la implementación de medidas de prevención destinadas a poblaciones con perfiles de salud similares, fundamentalmente partiendo de la atención primaria y secundaria.
“Esta estrategia cuenta con potencial para disminuir los riesgos de padecer complicaciones crónicas asociadas a la enfermedad y los impactos económicos sobre el sistema de salud, tales como los costos en procedimientos e internaciones que podrían prevenirse”, dice la directora de la startup.
Luego de perfeccionar la plataforma, el próximo paso de los investigadores de la empresa consistirá en evaluar los desenlaces de los pacientes que están utilizando la aplicación.
“La idea es saber si Demedia los ha ayudado en el control de los indicadores clínicos como la hemoglobina glucada [que permite evaluar durante un período de dos o tres meses el tratamiento de un diabético] y del síndrome metabólico, tales como el colesterol, la hipertensión y la grasa visceral, aparte de la microalbuminuria, la creatinina y la evaluación de la retinopatía”, añade Ferraresi de Araújo. “Pretendemos saber en qué medida nuestra estrategia puede ayudar en el control y en la prevención de las complicaciones que la enfermedad desencadena.”
También esperan poder expandir el alcance de la plataforma, a los efectos de que pueda ayudar a los pacientes en el control y en la prevención de otras enfermedades crónicas no transmisibles, tales como enfermedades cardiovasculares, respiratorias y algunos tipos de tumores. La startup también pretende ampliar el acceso a Demedia extendiéndolo a otras comunidades indígenas.
Brasil ocupa la quinta posición entre los países con mayor incidencia de diabetes en el mundo. Aproximadamente 15 millones de personas viven con la enfermedad. Esta cifra puede ascender hasta los 21,5 millones en 2030, de acuerdo con las estimaciones de la Federación Internacional de Diabetes (IDF).
En su mayoría esas personas son portadoras de diabetes tipo 2, que es cuando el organismo produce insulina, pero en cantidades insuficientes. Muchas de ellas ni siquiera saben que padecen la enfermedad. Otras no logran controlar los niveles de glucosa y abandonan el tratamiento, que suele ser complejo y de difícil concreción, lo que compromete el control de la enfermedad.
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