Scipopulis fue una de las cinco compañías brasileñas seleccionadas para participar en el programa destinado a darles visibilidad a empresas emergentes de crecimiento acelerado a largo plazo, con tecnologías para combatir los cambios climáticos (foto: Scipopulis)
Scipopulis fue una de las cinco compañías brasileñas seleccionadas para participar en el programa destinado a darles visibilidad a empresas emergentes de crecimiento acelerado a largo plazo, con tecnologías para combatir los cambios climáticos
Scipopulis fue una de las cinco compañías brasileñas seleccionadas para participar en el programa destinado a darles visibilidad a empresas emergentes de crecimiento acelerado a largo plazo, con tecnologías para combatir los cambios climáticos
Scipopulis fue una de las cinco compañías brasileñas seleccionadas para participar en el programa destinado a darles visibilidad a empresas emergentes de crecimiento acelerado a largo plazo, con tecnologías para combatir los cambios climáticos (foto: Scipopulis)
Por Elton Alisson | FAPESP Investigación para la Innovación – A ejemplo de otros lugares del mundo, Escocia, el país que fue sede de la Conferencia de la ONU sobre el Cambio Climático (COP26) entre los días 31 de octubre y 13 de noviembre, en la ciudad de Glasgow, está planificando electrificar su parque de alrededor de 5.000 autobuses que se utilizan en el transporte público con la intención de eliminar las emisiones de gases de efecto invernadero en ese sector.
Y una de las soluciones que los gestores del transporte público escoceses estudiarán para su implementación con miras a facilitar esta transición energética es una plataforma desarrollada por la startup brasileña Scipopulis, con sede en São Paulo, mediante proyectos apoyados por el Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE), de la FAPESP.
La herramienta, llamada Trancity, transforma grandes bases de datos operativos reales de la red de transporte público de las ciudades en mapas y gráficos de fácil visualización para colaborar en la gestión pública de la movilidad urbana. Con ella es posible evaluar el impacto ambiental y los efectos sobre la disminución del tiempo de viaje de la implementación de corredores exclusivos para ómnibus, y estimar la cantidad de energía necesaria para operar una flota totalmente eléctrica, por ejemplo.
“Esta plataforma también permite efectuar la planificación operativa de la transición de líneas de autobuses alimentados con gasoil hacia los eléctricos, al suministrar estimaciones de las inversiones necesarias, consignar la cantidad de vehículos que se necesitarán y qué garajes habrá que electrificar, además de precisar si habrá energía suficiente como para abastecer a la frota, entre otras cuestiones”, le dice al Investigación para la Innovación Roberto Speicys, cofundador y socio de Scipopulis. La empresa forma parte del grupo green4T.
Trancity ya se encuentra en uso en grandes ciudades de Latinoamérica, tales como São Paulo, Río de Janeiro y Belo Horizonte, en Brasil, y Santiago, en Chile.
Durante las últimas semanas, se la ha presentado ante representantes de organismos responsables de la gestión del transporte público de diversos países. El pasado 3 de noviembre, fue la oportunidad de hacerlo ante los líderes de la sociedad civil, políticos y grandes inversores presentes en la COP26.
“Hemos tenido la ocasión de conversar y presentar la herramienta Trancity ante representantes de los organismos responsables de la descarbonización del transporte público de países tales como Escocia, Polonia, Estados Unidos, Australia, Dinamarca, Alemania, España, Estonia y Lituania, en donde pondremos en marcha un proyecto piloto durante las próximas semanas”, afirma Speicys.
Validación internacional
Scipopulis fue una de las cinco empresas emergentes brasileñas seleccionadas para participar del CivTech Alliance COP26 Global Scale-up Programme. Las otras cuatro son Eco Panplas, Tesouro Verde, Um Grau e Meio y Lemobs.
El referido programa, ideado por la CivTech Alliance, una red de organizaciones creada para intercambiar experiencias de gestión pública, tiene por objeto dotar de visibilidad a scale-ups −startups de crecimiento acelerado a largo plazo– que cuentan con soluciones para el combate contra los cambios climáticos.
El mismo cuenta con la participación de gobiernos e instituciones académicas, que conforman una red de aceleración global de startups.
Integran dicha red en Brasil InvestSP, una organización social vinculada a la Secretaría de Hacienda y Planificación del Estado de São Paulo, IdeaGov, un hub de innovación encabezado por las secretarías de Desarrollo Económico y de Gobierno del Estado de São Paulo y por la Procuración General del Estado de São Paulo, y el BrazilLAB, un hub que conecta a emprendedores con el poder público. Los tres fueron los encargados de coordinar la selección de startups en Brasil.
Veintiséis startups se inscribieron en la selección brasileña, lo cual hizo que Brasil fuese el país con más postulantes para las 18 plazas disponibles del programa.
Las empresas seleccionadas deberían haber desarrollado previamente soluciones para uno de los tres grandes desafíos de la agenda de cambios climáticos: resiliencia ambiental, desperdicio de alimentos y descarbonización de la red de transportes.
Aparte de la innovación y del potencial de mercado, la etapa de selección final tuvo en cuenta la capacidad colectiva del equipo de la startup, su estadio de madurez y su disposición a participar en las etapas siguientes del programa.
“Nuestra idea al participar en este programa consiste en validar esta solución en ciudades de otros países de fuera de la América Latina, en donde ya operamos. Las ciudades de todo el mundo en su mayoría están estipulando metas de descarbonización del sector del transporte público y pretendemos explotar esta oportunidad”, afirma Speicys.
Nuevas funcionalidades
La plataforma empezó a desarrollarse en el año 2014 con el propósito inicial de hacer posible una mejora de la planificación de las rutas de autobuses, aparte de la inspección a cargo del poder público de las empresas concesionarias. A medida que empezó a implementársela en las ciudades, los gestores de las redes de transporte comenzaron a apuntar nuevas necesidades que se fueron integrando a la herramienta.
“Fuimos entendiendo más todas las dificultades que los gestores públicos afrontan en la planificación del transporte y empezamos entonces a añadirle nuevas funcionalidades a la plataforma para contemplar las demandas”, dice Speicys.
En colaboración con gestores de la red de transporte de la ciudad de Santiago, en Chile, los científicos de datos de la empresa desarrollaron un panel sinóptico, mediante el cual es posible visualizar en tiempo real la ubicación de los autobuses en operación en la ciudad, por paradas, en una línea recta, y verificar su velocidad. De este modo, es posible controlar la distancia entre los vehículos, con el fin de mantener la regularidad de la operación.
“La operación de la red de transporte público de las ciudades debe funcionar como una calesita. Es necesario tener cada autobús separado del otro en un determinado rango de tiempo y de manera regular, para que los pasajeros sepan cuánto tiempo deberán esperar y que no se subirán a un autobús lleno”, explica Speicys.
En tanto, en colaboración con gestores del transporte de Belo Horizonte y de Río de Janeiro, la empresa empleó la plataforma para estimar el impacto ambiental del transporte público y el efecto de medidas tendientes a aumentar la fluidez de la red de ómnibus, como la implementación de corredores exclusivos.
Aparte de la mejora de la operación, con el aumento de la velocidad de los autobuses, la disminución del tiempo de viaje y la mejora de la calidad del servicio −toda vez que es posible incrementar la frecuencia de los vehículos sin expandir la flota−, la implementación de corredores exclusivos disminuye las emisiones de GEI en ese sector, según Speicys.
“Un autobús operando a una velocidad mayor, en un corredor exclusivo, emite menos gases de efecto invernadero”, dice el investigador.
También se mapearon las áreas de anegamiento en líneas de ómnibus de esas dos ciudades con el fin de permitir que los gestores públicos operen mejor la red en condiciones lluviosas (lea más en: agencia.fapesp.br/32669).
La ciudad de Belo Horizonte, por ejemplo, se vio fuertemente afectada por las lluvias durante el verano previo a la pandemia de COVID-19, lo cual provocó anegamientos en áreas de la ciudad hasta ese momento sin registros de acumulación de agua.
“Los gestores de la ciudad se vieron sorprendidos por avenidas que hasta entonces nunca habían padecido anegamientos y que, con las fuertes lluvias, quedaron completamente inundadas. Esas pistas constituyen ejes importantes del transporte en la ciudad”, dice Speicys.
Dado que estos eventos climáticos se volverán cada vez más frecuentes e intensos, las ciudades deberán empezar a adaptar sus infraestructuras de transporte a los efectos de minimizar sus impactos, según consigna el experto.
“Estamos entablando una asociación con la [empresa de servicios de meteorología] Climatempo para generar alertas de tormentas. Así será posible detectar cuáles son las líneas de ómnibus que están sujetas a un mayor riesgo de verse afectadas en las ciudades en tiempo real”, dice Speicys.
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