En una reunión de evaluación del programa, la coordinación apuntó los próximos desafíos que éste afronta: expandir el intercambio entre equipos, estrechar lazos con los docentes de la educación básica y avanzar en áreas de investigación todavía poco exploradas (foto: Eduardo Cesar)
En una reunión de evaluación, la coordinación apuntó los próximos desafíos que se afrontan: expandir el intercambio entre equipos y estrechar lazos con los docentes de la educación básica
En una reunión de evaluación, la coordinación apuntó los próximos desafíos que se afrontan: expandir el intercambio entre equipos y estrechar lazos con los docentes de la educación básica
En una reunión de evaluación del programa, la coordinación apuntó los próximos desafíos que éste afronta: expandir el intercambio entre equipos, estrechar lazos con los docentes de la educación básica y avanzar en áreas de investigación todavía poco exploradas (foto: Eduardo Cesar)
Por Noêmia Lopes, de São Pedro (interior de São Paulo)
Agência FAPESP – Desde que se puso en marcha, en 1999, el Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA) contribuyó con la formación de 130 posdoctores, 243 doctores, 326 magísteres y 255 alumnos de iniciación científica. En la actualidad, cuenta con 121 becas y 67 ayudas a la investigación vigentes sólo computando el vínculo con la FAPESP.
“Es un verdadero ejército de gente capacitada en áreas relacionadas con la biodiversidad, pero ahora nos hemos estabilizado en un nivel más constante de becas y ayudas. Esto significa, de alguna manera, que nos hemos ceñido a los investigadores ya establecidos; por eso debemos invitar a nuevos jóvenes investigadores a que envíen sus proyectos”, dijo Carlos Joly, coordinador del BIOTA, durante la 8ª Reunión de Evaluación del programa, realizada entre los días 7 y 12 de diciembre en São Pedro (interior de São Paulo).
La idea es que la ampliación de los recursos humanos –preferentemente vinculada a ayudas de mayor duración, tales como Proyectos Temáticos y Jóvenes Investigadores en Centros Emergentes, de hasta cuatro años– esté acompañada de una creciente interacción con científicos de instituciones extranjeras.
“Tenemos que comunicarnos con nuestros colegas de Brasil, pero también con los del exterior, con el fin de atraer a jóvenes prometedores y estimular cada vez más el intercambio de ideas”, dijo Marie-Anne Van Sluys, miembro de la Coordinación Adjunta de Ciencias de la Vida de la FAPESP, en la apertura del evento.
El acercamiento entre diferentes equipos de investigación fue uno de los objetivos del encuentro, que contó con la participación de alumnos, investigadores principales y miembros del Comité Externo de Evaluación, integrado por científicos de renombre internacional que analizan periódicamente la marcha del programa.
“Hay líneas de pensamiento cercanas y el diálogo puede redundar en resultados interesantes. Por ejemplo: el profesor Jerome Chave, coordinador del Laboratorio de Biodiversidad Amazónica del Centro Nacional de Investigaciones de Francia, instalado en la Guayana Francesa, mostró interés durante esos días en el intercambio de alumnos de allá con brasileños que estudian la evolución de la biota amazónica y del Bosque Atlántico en el marco de colaboraciones que mantenemos con la National Science Foundation (NSF) de Estados Unidos. Son oportunidades como ésa las que pretendemos explorar en los próximos años”, dijo Joly.
El aumento de la internacionalización, una de las prioridades del Science Plan and Strategies for the next decade, del BIOTA+10, ha llevado a que se cumpla con las metas definidas en 2010. Con el apoyo de la dirección científica, la coordinación acordó colaboraciones y emitió llamados a la presentación de propuestas con la NSF y con el Natural Environment Research Council (NERC), del Reino Unido.
“Uno de los grandes logros del BIOTA consistió en asumir una voz activa en el escenario internacional. Aparte de las colaboraciones con esos organismos, tomamos parte en equipos de tareas y grupos de trabajo de la plataforma IPBES [la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos], como así también en la definición temática de los llamados de la FAPESP con el Belmont Forum para escenarios sobre biodiversidad”, informó Joly.
Los próximos retos
La coordinación del programa apuntará ahora a establecer una mayor aproximación con docentes de la Enseñanza Básica. En 2013 y 2014, el Ciclo de Conferencias BIOTA-Educación les ofreció alumnos y docentes de la enseñanza básica y media una serie de conferencias sobre biomas y servicios ecosistémicos.
“Lo que todavía falta hacer es emitir un llamado a la presentación propuestas específico para la educación. Es algo que se encuentra en discusión hace más de un año y planeamos concretarlo en 2015”, dijo Joly.
Otro nuevo frente de interés es la interfaz entre biodiversidad y salud pública. Ya existen estudios en marcha sobre vectores de enfermedades, pero la coordinación se encuentra abocada a la búsqueda de formas de convocar a la comunidad médica a colaborar con el programa de manera más directa.
Con relación a los temas de investigación, se registró una disminución de la cantidad de proyectos de determinadas áreas, tales como ecología y conservación de invertebrados terrestres.
“Animales tales como mariposas, abejas y libélulas son indicadores ambientales muy fuertes. En este momento hay pocos investigadores que trabajan con ese enfoque y debemos pensar formas de estimular la presentación de nuevos proyectos”, dijo.
Entre los temas que aún han de explorarse se encuentra la reintroducción de fauna. Según Joly, la restauración del componente arbóreo de bosques en galería, por ejemplo, ya se encuentra bien sedimentada entre los equipos de investigación, que dominan qué especies deben replantarse y cómo asegurar la variabilidad genética de los plantíos.
La reintroducción de animales es más delicada, pues requiere una infraestructura grande para criar pequeños roedores, pacas y agutíes que no pertenezcan genéticamente a la misma familia, por ejemplo, afirmó el coordinador del BIOTA.
“Nuestras investigaciones apuntan que de nada sirve restaurar la vegetación de una área y no contar con la fauna de dispersores, esencial para restablecer la dinámica de la vegetación. Se trata de un área de investigación importante y que constituye un desafío. ¿Debemos usar animales de criaderos distintos? Puede ser, pero todavía no tenemos la respuesta a esta y otras preguntas. Por eso necesitamos desarrollar rápidamente esta área de investigación, que generará datos que hagan posible dar un salto de calidad en los proyectos de restauración de la biodiversidad.”
El proceso de evaluación
La 8ª Reunión de Evaluación del Programa BIOTA/ FAPESP fue la que reunió la mayor cantidad de proyectos. “Fueron alrededor de 70. Por eso organizamos durante el año cinco workshops preparatorios, divididos en áreas temáticas”, dijo Joly.
Los workshops se realizaron en la sede de la FAPESP en São Paulo, y abarcaron las áreas de ecosistemas terrestres, organismos acuáticos, bioprospección, microorganismos, vertebrados, invertebrados y proyectos de cooperación internacional.
Cada encuentro dio origen a una síntesis, y las mismas se elevaron al Comité Externo de Evaluación durante el evento en São Pedro. “Las síntesis nos aportaron un excelente panorama de las investigaciones en marcha. Nuestro objetivo consiste en evaluar el programa como un todo, pero este formato también benefició a los proyectos individualmente”, dijo Daniel Faith, del Australian Museum (de Australia).
Luego de discutir los resultados y preparar un borrador de lo que será el informe final, los evaluadores externos estuvieron en la sede de la FAPESP para compartir sus primeras impresiones con Hernan Chaimovich, asesor especial de la Dirección Científica de la FAPESP.
“El programa registró avances muy significativos en términos de biodiversidad. El próximo paso parece ser integrar biología molecular, farmacología y negocios”, dijo Chaimovich luego de la presentación.
En tal sentido, los evaluadores recomiendan la preparación de una cartera de compuestos naturales con buen potencial para la fabricación de nuevos medicamentos, con sus estructuras y enfermedades blanco, que funcione también como un plan de negocios. La idea es efectuar consultas con líderes mundiales del área que analicen los descubrimientos con mayores posibilidades de éxito y puedan colaborar con sugerencias para su desarrollo industrial.
Con relación al desempeño científico logrado desde la última evaluación, el comité se manifestó impresionado con los resultados. “Si se observa el plan estratégico de 2010, ha habido un buen progreso en los cinco objetivos principales del programa y en la mayoría de sus 13 prioridades”, dijo Faith.
“Una de mis sugerencias efectuadas durante la última evaluación del programa era la inclusión de una vertiente marina, que actualmente está consolidada y aporta una nueva perspectiva al BIOTA”, declaró Ronald O’Dor, investigador de la Dalhousie University (Canadá).
“Este proceso de evaluación tiene una característica especial con relación a las evaluaciones anteriores, ya que es el primer balance de proyectos aprobados que hacemos luego de la renovación del apoyo de la FAPESP, en 2010. Es decir, es una posibilidad de ver de qué modo estamos cumpliendo con las propuestas que se formularon en el plan estratégico que va hasta 2020”, dijo Joly.
La próxima reunión de evaluación se realizará en un lapso de dos o tres años.
Minicursos y conferencias
Durante tres de los cinco días de la reunión de evaluación del programa BIOTA, los alumnos de iniciación científica, maestría y doctorado pudieron asistir a cuatro minicursos temáticos: Introducción al SINBIOTA 2.1; Aspectos prácticos de la interpretación de espectros de masas con ionización por electronspray y MALDi y su aplicación en el análisis del metabolismo de productos naturales; Introducción al uso del Programa R, y Utilización de ADN barcoding en la taxonomía y la sistemática de hongos.
Los alumnos también tuvieron la posibilidad de conocer las líneas de investigación de los evaluadores externos, que dictaron conferencias entre los días 7 y 9 de diciembre.
Entre los disertantes estuvieron David Newman, investigador del National Cancer Institute (Estados Unidos), y Raymond Andersen, de la University of British Columbia (Canadá), quienes se refirieron a la importancia de los productos naturales en el descubrimiento de nuevos medicamentos y a sus trayectorias de investigación en el área. Faith presentó su método de estudio en diversidad filogenética y probabilidades de extinción.
O’Dor disertó sobre el funcionamiento del sistema OBIS (Ocean Biogeographic Information System), que les permite a los usuarios buscar información sobre especies marinas de todos los océanos y que actualmente está relacionado con proyectos de migración de peces en la Amazonia y con la Red Pirata, una colaboración entre Brasil, Estados Unidos y Francia para la instalación de boyas con sensores de monitoreo oceánico.
El programa BIOTA
Cuando se apresta a cumplir 15 años, el BIOTA apunta a entender procesos que generan, mantiene o disminuyen la biodiversidad, organizar datos y ponerlos a disposición de los formuladores de políticas públicas y de la sociedad de una manera más amplia.
Desde 1999 se depositaron cinco patentes y se publicaron 1.490 artículos, incluso papers en revistas de alto impacto como Nature y Science. El programa cuenta también con una revista online que es Biota Neotropica, con la red de bioensayos y bioprospección Bioprospecta, con el banco de datos Sinbiota y con un boletín informativo trimestral.
En el área de políticas públicas, el BIOTA ayudó al gobierno del estado de São Paulo a formular y perfeccionar la legislación sobre conservación ambiental bajo la forma de actos normativos, resoluciones y decretos basados en los descubrimientos de los científicos vinculados al Programa.
Más información sobre el Programa BIOTA en: www.fapesp.br/biota y www.biota.org.br.
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