Brasil articula la creación de la Red Nacional de Investigaciones en Biotecnología Marina

El objetivo de la BiotecMar, conformada por más de 120 científicos, consiste en impulsar la innovación expandiendo el conocimiento referente a la biodiversidad del mar

Por Maria Fernanda Ziegler  |  Agência FAPESP – En el año 2016, científicos brasileños descubrieron un arrecife en la desembocadura del río Amazonas con una superficie de 56 mil kilómetros cuadrados: el Arrecife de Coral del Amazonas. Este hallazgo fue objeto de celebración y desencadenó una serie de otros descubrimientos que pueden servir de punto de partida para el desarrollo de nuevas tecnologías.

Tal es el caso de un reciente estudio en cuyo marco se identificó nuevo grupo de esponjas con alto potencial biotecnológico denominado Arenospicula (Niphatidae). Los organismos carbonatados, como los que se encontraron en el Arrecife de Coral Amazónico, compuestos por moléculas y genes todavía desconocidos, pueden erigirse en fuentes de nutrientes para fertilizantes del suelo, medicamentos contra enfermedades infecciosas, contra el cáncer o incluso para la producción de heparinas, entre otras diversas aplicaciones posibles.

Para impulsar las investigaciones y afrontar los desafíos competitivos se ha creado entonces la Red Nacional de Investigación en Biotecnología Marina (BiotecMar).

“Ejemplos como éstos y tantos otros muestran que existe aún mucho por conocerse en referencia a la biodiversidad marina. Por eso el descubrimiento de nuevas especies, el mapeo de nuevos genes y el mejor conocimiento de la interacción existente entre los microrganismos y los macroorganismos constituyen fuentes de interés para la red BiotecMar”, dijo Roberto Berlinck, docente del Instituto de Química de la Universidad de São Paulo (USP) con sede en la ciudad de São Carlos, en Brasil, e integrante de la red BiotecMar, en declaraciones a Agência FAPESP.

“Queremos entender también otros procesos importantes, tales como la decoloración de corales y la producción de toxinas de estos animales. Nuestro objetivo consiste en impulsar ese conocimiento, que posee un gran potencial innovador”, sostuvo el también miembro de la coordinación del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP).

En el marco de un reciente trabajo, publicado en la revista Cell por investigadores de la referida red, se demostró que en el material genético (bancos de germoplasma y ADN metagenómico) de esponjas, corales y rodolitos es posible hallar genes que codifican moléculas bioactivas.

La red BiotecMar, articulada por el Ministerio de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicaciones (MCTIC) de Brasil, congrega a más de 120 científicos de todo el país, varios de ellos con una larga carrera en el área de la biotecnología, tales como Wagner Valenti, de la Universidad Estadual Paulista (Unesp), y Paulo Mourão, de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ). La idea es desarrollar investigación innovadora en las áreas de biodiversidad, prospección, genómica, posgenómica y transferencia al sector productivo.

Una biodiversidad desconocida

En un artículo publicado en el periódico científico Frontiers in Marine Science, científicos de la red BiotecMar relatan estudios y descubrimientos recientes, como así también se refieren a su potencial para el área de innovación.

“El objetivo principal de la red BiotecMar consiste en desarrollar investigación de carácter aplicada y de origen marino, pero también nuevos productos de aplicación en la industria, tales como enzimas, pigmentos, suplementos alimentarios, alimentación de organismos marinos y acuicultura marina, por ejemplo. Puede decirse que la biodiversidad marina es una inmensa farmacia sumergida y no explorada, que puede a su vez erigirse en una rica fuente de biotecnología”, sostuvo el coordinador de la red Fabiano Thompson, docente del Instituto de Biología en la Coppe-UFRJ, el Instituto Alberto Luiz Coimbra de Posgrado e Investigación en Ingeniería de la Universidad Federal de Río de Janeiro.

Según Thompson, es sabido que la biodiversidad constituye la base de la biotecnología marina y es un potencial activo para la bioeconomía. Sin embargo, más allá de la rica biodiversidad endémica de Brasil y de los más de 7 mil kilómetros de costa brasileña, una parte significativa de la misma sigue siendo desconocida: no ha sido explorada aún.

“Conocemos una parte muy pequeña de la biodiversidad marina distante de la costa brasileña, y eso es un problema. El estudio de la biodiversidad marina es una preocupación en todo el mundo. No por casualidad existen proyectos internacionales de circunnavegación tan grandes como la Expedición Malaspina (España) y el Tara Ocean (Francia y Alemania) que apuntan a entender la diversidad de genes en el ambiente marino con la mira puesta en sus aplicaciones tecnológicas”, declaró Thompson a Agência FAPESP.

De acuerdo con Thompson, si bien las inversiones por acá son menores que en los referidos países, la idea es que la red acelere el descubrimiento de conocimientos “para que dentro de 10 años sea posible que Brasil esté más cerca de ese nivel internacional de biotecnología marina”.

Para encarar estos desafíos, la creación de la red nacional ya estaba prevista en el IX Plan Sectorial de Recursos del Mar de la Comisión Interministerial para Recursos Marítimos.

“Existen varios proyectos, algunos de ellos elaborados en equipo, como el Proyecto Temático financiado por la FAPESP que coordino yo, por ejemplo. Otros son de carácter más bien individual, pero en general los científicos participan en la red BiotecMar de distintos modos”, dijo Berlinck.

El investigador coordina el Proyecto Temático intitulado “Los componentes de la biodiversidad y sus caracteres metabólicos en islas de Brasil. Un abordaje integrado”.