Dos ejemplares, uno homogéneo de color rosa (a la izquierda) y otro transparente con franjas de color longitudinales, sobre un alga roja, Galaxaura marginata (foto: Rafael Duarte)
Científicos descubren una especie de crustáceo que cambia de color para camuflarse entre las algas e intentar escapar de sus predadores
Científicos descubren una especie de crustáceo que cambia de color para camuflarse entre las algas e intentar escapar de sus predadores
Dos ejemplares, uno homogéneo de color rosa (a la izquierda) y otro transparente con franjas de color longitudinales, sobre un alga roja, Galaxaura marginata (foto: Rafael Duarte)
Por Peter Moon | Agência FAPESP – Son pequeños, miden a lo sumo un centímetro y medio de largo, existen en cantidades prodigiosas y cambian de color: son los camarones de la especie Hippolyte obliquimanus, que viven a lo largo de toda la costa brasileña, siempre asociados a bancos de algas.
En la región de São Sebastião (en el estado de São Paulo), se los halla a montones en medio de sargazos (Sargassum furcatum), algas marrones de hasta dos metros, y de algas rojas de ramas planas (Galaxaura marginata), una especie de tonos rojizos un poco menor. Esos camarones se dividen en dos tipos morfológicos. Están los homogéneos con variabilidad de colores (H), y los transparentes rayados, con franjas de colores o lunares (T). Ambos tipos pertenecen a la misma especie.
Un grupo de investigadores descubrió en estos crustáceos la capacidad de cambiar de color para camuflarse entre algas marrones o rojas con la intención de huir de sus predadores. La táctica de camuflaje, que recuerda a la de los camaleones, llevó a que la especie se hiciera acreedora al apodo de carnival shrimp (camarón carnavalesco) que los autores del descubrimiento le dieron.
Este trabajo estuvo a cargo del doctorando Rafael Campos Duarte, de su director de tesis, el profesor Augusto Alberto Valero Flores, ambos vinculados al Centro de Biología Marina (Cebimar) de la Universidad de São Paulo (USP), y de Martin Stevens, de la Universidad de Exeter, en el Reino Unido. El estudio contó con el apoyo de la FAPESP el y sus resultados salieron publicados en BMC Evolutionary Biology.
Durante la recolección de animales en la costa, llamó la atención de los investigadores el hecho de que, entre los H. obliquimanus capturados en los bancos de sargazos, había muchos ejemplares marrones, pero también los había verdes, amarillos, rosas, rojos y negros. En tanto, en el banco de algas rojas, los camarones eran preponderantemente rojos.
En el laboratorio realizaron experimentos tendientes a averiguar la capacidad y el tiempo de mimetización de los animales, examinados en peceras con sargazos y algas rojas, tanto verdaderos como de plástico.
Y los resultados fueron sorprendentes. Los científicos verificaron que los animales del morfotipo H (de colores) cambiaban de color rápidamente, en cuestión de minutos, para camuflarse entre sargazos o algas rojas. Pero eso sólo se observó en los acuarios con algas vivas.
“Ningún ejemplar cambió de color en presencia de algas artificiales. Esto indica que existe algo que las algas liberan en la agua que afecta a los camarones y los hace cambiar de color”, dijo Campos Duarte.
Entre los sargazos, la mimetización no transcurrió por igual. Aunque la mayoría de los camarones exhibían tonalidades marrones, había ejemplares de otros colores. En el caso de las algas rojas, la mimetización se mostró más eficiente: todos los animales aparecían en tonos rojizos o rosados.
“Tal eficacia puede ocurrir porque los bancos de algas rojas tienen una distribución marginal en las aguas de São Sebastião. Son menos bancos de esta especie, y los camarones a su vez aparecen en menor cantidad”, dijo Campos Duarte.
Cuanto menor es la cantidad animales existentes en el banco de algas, mayor es la necesidad de sus ejemplares de contar con un camuflaje más eficiente para evitar que los peces los capturen.
Los bancos de sargazos predominan en el ambiente, donde la “densidad de camarones es altísima. Al pasar la red entre las algas, recogimos centenas de ejemplares. En verano, cuando los bancos de algas crecen, hay en promedio 150 camarones por kilo de algas”, dijo Campos Duarte.
Una densidad tan elevada de animales que viven entre los sargazos significa menores posibilidades individuales de depredación. “Por ende, la mimetización no requiere tanta eficacia como la de los camarones que viven entre las algas rojas”, dijo.
Coloraciones diarias
“Los cambios de color que se ponen de relieve en este estudio se refieren al camuflaje, mediante el cual los camarones tienden a quedar del color del sustrato en donde viven”, dijo Valero Flores.
La mudanza de hábitat influye en el color de los animales. Los camarones que eran marrones entre sargazos se volvieron rojos entre algas rojas, y viceversa. “En el Reino Unido existe una especie de camarón de la misma familia que es verde, porque las algas que predominan allá son verdes”, añadió el investigador.
Otro dato que se observó es el que indica que las coloraciones, cualesquiera que sean, sólo aparecen durante el día. A medida que oscurece, los crustáceos se descoloran hasta quedar transparentes, traslúcidos o azulados.
“El color de estos camarones es producto de la acción de pigmentos presentes en células de color llamadas cromatóforos. La coloración de cada ejemplar se altera de acuerdo con la disposición de los cromatóforos”, explicó Campos Duarte.
“Nuestros resultados sugieren que ejemplares del morfotipo T exhiben una mayor movilidad y no dependen del camuflaje por semejanza con el entorno”, dijo Valero Flores, vicedirector del Cebimar.
“Toda vez que los camarones T existen en igual densidad tanto en los sargazos [estacionalmente, con mayor cantidad en verano] como en las algas rojas Galaxaura marginata [sin estacionalidad], estimamos que la fracción de la población T en las algas rojas sería la responsable de la estabilidad temporal de la especie, aparte de ser la fracción más ‘móvil’, que puede establecer la conexión entre distintas poblaciones de algas”, dijo.
Según el investigador, existen muchas otras especies con estrategias de camuflaje en el litoral brasileño. “Los cambios de color rápidos [algunos días] son esperables en especies de crustáceos con exoesqueletos delgados, en las cuales una cantidad relativamente pequeña de pigmentos puede surtir efecto”, dijo.
Además de hallar pequeños camarones tales como los hipolítidos, los investigadores esperan encontrar esos cambios rápidos de color en otros grupos de crustáceos, tales como los anfípodos y los tanaidáceos.
Puede leerse el artículo intitulado Shape, colour plasticity, and habitat use indicate morph-specific camouflage strategies in a marine shrimp (doi: 10.1186/s12862-016-0796-8), de Rafael C. Duarte, Martin Stevens y Augusto A.V. Flores, publicado en BMC Evolutionary Biology, en el siguiente enlace: http://bmcevolbiol.biomedcentral.com/articles/10.1186/s12862-016-0796-8.
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