El objetivo es contribuir a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la ganadería (foto: Maria Eugenia Zerlotti Mercadante)

Científicos analizan las emanaciones de metano de los bovinos
12-03-2015

El objetivo es contribuir a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la ganadería

Científicos analizan las emanaciones de metano de los bovinos

El objetivo es contribuir a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la ganadería

12-03-2015

El objetivo es contribuir a la disminución de la emisión de gases de efecto invernadero provenientes de la ganadería (foto: Maria Eugenia Zerlotti Mercadante)

 

Por Fabio Reynol

Agência FAPESP – El gas metano ocupa el segundo lugar entre los contribuyentes al calentamiento de la Tierra, enseguida después del dióxido de carbono (CO2), y se estima que el 70% de las emisiones de ese gas proviene de actividades humanas, entre ellas la ganadería.

Científicos del Instituto de Zootecnia de São Paulo (IZ), Brasil, culminaron recientemente un trabajo que se enfocó en el mapeo de indicadores destinados al mejoramiento genético de bovinos de la raza nelore, teniendo en cuenta la mitigación de los gases de efecto invernadero (GEI) que se generan en la ganadería.

Una de las conclusiones del proyecto intitulado “Selección para la producción de carne vacuna con disminución de gases de efecto invernadero”, coordinado por Maria Eugenia Zerlotti Mercadante, apuntó que los bovinos nelore que comen menos para adquirir peso emiten casi tanto metano como los animales que requieren más alimento para llegar al mismo tamaño.

El trabajo se extendió de 2011 a 2014 y fue seleccionado en un pliego referente a temas vinculados con los cambios climáticos en la producción agropecuaria. Contó con el apoyo económico de la FAPESP y del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) de Brasil, en el marco de la consolidación de las Redes Nacionales de Investigación en Agrobiodiversidad y Sostenibilidad Agropecuaria (Repensa).

El principal gas de efecto invernadero que se genera en la ganadería es el metano entérico (CH4), producido durante la digestión de los rumiantes y eliminado por la eructación.

La información sobre la cantidad de emisiones de ese gas provenientes de la hacienda bovina de corte y sobre los factores que influyen sobre las mismas resulta importante para la sostenibilidad de la actividad y para su perfeccionamiento tendiente a reducirlas, de acuerdo con la investigadora. “Aún existe poca información al respecto de las oportunidades de mitigación mediante el mejoramiento genético animal”, subrayó Zerlotti Mercadante.

En la investigación se arribó a la conclusión de que existe una semejanza entre la cantidad de metano que emiten los animales clasificados como más y menos eficientes, teniendo en cuenta la cantidad de alimentos que consumen para aumentar de peso. Tanto los que ingieren más alimentos como los que ingieren menos eliminaron en la atmósfera poco más de 140 gramos de metano por día en promedio.

“La decisión sobre el mejoramiento en este caso debería contemplar a los animales más eficientes, que harán ahorrar en alimentación y generarán menos excrementos, entre otras ventajas económicas y ambientales”, dijo la investigadora. Es decir que, pese a que sus emisiones son similares a las de los animales menos eficientes, los más eficientes provocan menores impactos ambientales.

Los resultados más significativos se obtuvieron con los experimentos con ganado en confinamiento: el consumo de los más eficientes fue en promedio un 10% menor, y la digestibilidad, que es la capacidad de absorción de nutrientes, un 4% mayor.

La comparación se efectúo mediante el cálculo del consumo alimentario residual (CAR), compuesto por la diferencia entre el consumo observado y el previsto, considerando el aumento diario promedio y el peso metabólico del animal (el peso vivo elevado a la potencia 0,75) en determinado período de tiempo. Los animales más eficientes tienen un bajo CAR, y lo contrario sucede con los menos eficientes.

Uno de los frutos más importantes de este trabajo fue el mapeo de indicadores relacionados con la eficiencia de CAR de cada animal. Se descubrió que los más eficientes exhiben mayores concentraciones de las hormonas insulina y IGF-I, además de menores concentraciones de urea en el plasma sanguíneo.

“Estos componentes pueden ser indicadores de eficiencia alimentaria de reses nelore”, afirmó Zerlotti Mercadante. No obstante, la investigadora recordó que el estudio se limitó a evaluar condiciones específicas de cría, y que no necesariamente puede extrapolárselas a otras situaciones.

“En la investigación se analizaron animales en crecimiento, y pueden surgir resultados distintos en casos de animales en terminación [en referencia a la etapa final de la cría, antes de la faena]”, ejemplificó.

En el proyecto se analizaron cuatro rodeos, con un total de 464 animales en crecimiento. En dos de éstos, se realizó un seguimiento de 48 animales, 24 machos y 24 hembras en confinamiento y paciendo.

Comedero automático y cabestro colector

Para efectuar la medición del metano que emite cada animal, el grupo de investigación echó mano de una técnica desarrollada en la Universidad del Estado de Washington, en Estados Unidos, conocida como gas trazador SF6.

Se introduce una cápsula de hexafluoruro de azufre (SF6), un gas inerte, en el rumen del animal. Debido a que dicha cápsula tiene un índice de liberación conocido como SF6, suministra una medida referencia. En los análisis en que se cuantifica el metano y el SF6, si la cantidad del gas de referencia es fiel al índice de liberación de la cápsula, entonces la medición de metano también será confiable.

Se le pone al bovino un cabestro con un tubo situado cerca del hocico, cuya función consiste en hacer que el animal aspire el aire de alrededor de las narinas y la boca a un valor constante.

Se almacena el gas captado en una estructura tubular que es analizada cada 24 horas. Las concentraciones de metano y de SF6 encontradas en dicha estructura se analizan mediante la aplicación de cromatografía gaseosa. Las mediciones se efectuaron en el marco de una colaboración con el equipo del investigador Alexandre Berndt, de la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) en su sede de la ciudad de São Carlos (interior de São Paulo).

Para las estimaciones de consumo de materia seca individual en pastura se emplearon indicadores externos agregados a la dieta o introducidos en el tracto digestivo del animal (óxido de cromo para estimar la producción fecal y dióxido de titanio para estimar el consumo de suplementos) y un indicador interno (fibra en detergente neutro indigestible para estimar el consumo de materia seca).

En el mismo estudio realizado en confinamiento, los investigadores contaron con la ayuda tecnológica de un comedero automatizado. Este dispositivo, de origen canadiense y denominado comercialmente GrowSafe, reconoce al animal que está alimentándose por medio del arete con tecnología de radiofrecuencia (RFID) y efectúa la medición automática del consumo de cada animal.

“El GrowSafe elimina la necesidad de divisores individuales para hacer esa medición, lo cual le permite al animal contar con una mayor libertad y lla reproducción de un ambiente más cercano a de la realidad de la cría”, explicó la investigadora del IZ.

Este aparato se adquirió en el marco del Proyecto Temático intitulado “Herramientas genómicas para el mejoramiento genético de características de importancia económica directa en bovinos de raza Nelore”, coordinado por la profesora Lúcia Galvão de Albuquerque, de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) de la ciudad de Jaboticabal (São Paulo).

El trabajo incluyó también estudios de Economía, durante los cuales se evaluaron los ingresos y los costos concernientes a la emisión de metano, el crecimiento y la eficiencia alimentaria.

“Resulta importante saber de qué modo influyen económicamente cada una de estas características en la producción, y por consiguiente, cuál es el peso que cada una debe tener en un programa de mejoramiento genético”, comentó Zerlotti Mercadante.

La investigadora puso de relieve la necesidad de expandir los estudios de eficiencia alimentaria y de emisión de gases de efecto invernadero, con el fin de abarcar el tema en la amplitud que el mismo requiere. “Sólo hemos evaluado 4 mil animales en Brasil, y eso es poco ante el tamaño de nuestra hacienda, aparte de que las condiciones de cría son muy distintas en cada región del país”, dijo.

 

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