Se trata de una nueva especie de coleóptero de la familia Buprestidae, y su descripción estuvo a cargo de investigadores de la USP y colaboradores, que develaron de qué manera este insecto colabora en la fabricación de la sustancia que elaboran las abejas (fotos: Jean Carvalho)
Se trata de una nueva especie de coleóptero de la familia Buprestidae, y su descripción estuvo a cargo de investigadores de la USP y colaboradores, que develaron de qué manera este insecto colabora en la fabricación de la sustancia que elaboran las abejas
Se trata de una nueva especie de coleóptero de la familia Buprestidae, y su descripción estuvo a cargo de investigadores de la USP y colaboradores, que develaron de qué manera este insecto colabora en la fabricación de la sustancia que elaboran las abejas
Se trata de una nueva especie de coleóptero de la familia Buprestidae, y su descripción estuvo a cargo de investigadores de la USP y colaboradores, que develaron de qué manera este insecto colabora en la fabricación de la sustancia que elaboran las abejas (fotos: Jean Carvalho)
Por Thais Szegö | Agência FAPESP – En un viaje a la costa del sur del estado brasileño de Bahía, en el municipio de Canavieiras, el profesor de ciencias farmacéuticas Jairo Kenupp Bastos escuchó hablar por primera vez de un insecto. “Los apicultores de la zona me comentaron acerca de un bichito que le hace agujeros a una planta llamada Dalbergia ecastaphyllum, un tipo de leguminosa, de donde sale una resina que sirve de materia prima para la fabricación del propóleo rojo”, comenta Kenupp Bastos, docente titular de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de Ribeirão Preto, de la Universidad de São Paulo (FCFRP-USP), en Brasil.
Esta resina es capturada por las abejas Apis mellifera, que la combinan con cera, polen y enzimas para dar origen a ese tipo de propóleo, que ocupa el segundo puesto en producción y comercialización en Brasil. Esta sustancia tiene ese color precisamente a causa de la resina extraída de la planta, y posee propiedades antioxidantes, antiinflamatorias y antitumorales.
Para entender mejor de qué manera transcurre este proceso, Kenupp Bastos llevó algunas larvas del referido escarabajo al Museo de Zoología de la USP, en la ciudad de São Paulo. Pero, para identificar correctamente al insecto, se hacía necesario capturar especímenes adultos. La doctoranda Letizia Migliore quedó a cargo de esa misión y, en compañía del entomólogo Gianfranco Curletti, del Museo Civico di Storia Naturale en Carmagnola, en Italia, del posdoctorando Gari Ccana-Ccapatinta, de la FCFRP-USP, y del biólogo y apicultor Jean Carvalho, habitante de Canavieiras, realizó varias expediciones de campo a esa ciudad de Bahía en busca de los insectos entre las ramas de esa especie de planta.
“Como son muy chiquitos, no fue precisamente una tarea fácil; pero logramos capturar algunos machos y algunas hembras y los conservamos en alcohol 70° GL para llevarlos al museo, en donde se los analizó en el microscopio. De ese modo fue posible el descubrimiento de esta nueva especie de la familia Buprestidae, a la que se le dio el nombre de Agrilus propolis”, comenta Migliore. Este trabajo contó con la participación de Curletti, de Gabriel Biffi y de Sônia Casari, jefa del laboratorio de Coleópteros del Museo de Zoología y supervisora de Migliore.
“Simultáneamente, se realizaron análisis fitoquímicos en el laboratorio de farmacognosia [de la FCFRP-USP] para confirmar que la composición química de la resina y la del propóleo son idénticas, lo que comprueba su origen botánico y la participación de la referida nueva especie de escarabajo en la producción de la sustancia medicinal”, comenta Ccana-Ccapatinta, integrante del equipo de Kenupp Bastos.
La transformación
La unión de las investigaciones de ambos grupos también hizo posible entender de qué manera transcurre el proceso. Las larvas del insecto se desarrollan en el interior del tallo o tronco de la especie Dalbergia ecastaphyllum, popularmente conocida como bejuco de peseta, o en Brasil como rabo-de-bugio o marmelo-do-mangue, y, cuando se completa el ciclo de vida de los insectos, los adultos salen de la planta a través de pequeños orificios por donde fluye la resina o el exudado, el nombre científico de los líquidos orgánicos que se extravasan a través de las membranas celulares de plantas o animales a causa de lesiones.
Los descubrimientos realizados en el marco de la investigación se publicaron en el periódico científico The Science of Nature. Este trabajo contó con financiación de la FAPESP a través de un Proyecto Temático coordinado por Kenupp Bastos y de una beca doctoral otorgada a Jennyfer Mejía, coautora del paper.
“Este artículo es de una importancia primordial, toda vez que el agente inductor de la producción de propóleo rojo en la planta hospedante ha sido finalmente identificado. Hasta ahora no se contaba con ninguna información sobre la especie de insecto que podría estar provocando este fenómeno”, dice Casari.
La investigadora afirma que con estos datos será posible expandir los estudios sobre la producción del propóleo, que exhibe efectos importantes en la economía debido a su alto valor comercial. En 2019, el año en que se llevó a cabo el trabajo de campo, un kilo se vendía por 150 dólares.
Puede leerse el artículo intitulado A new species of jewel beetle (Coleoptera, Buprestidae, Agrilus) triggers the production of the Brazilian red propolis en el siguiente enlace: link.springer.com/article/10.1007/s00114-022-01785-x.
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