El proyecto vence en la categoría "Solución más factible" en el concurso Zika Innovation Hack-a-thon 2016. El equipo a cargo del desarrollo contó con la participación de tres brasileños (foto: Wikimedia Commons)

Científicos crean un dispensador automático de larvicida contra el virus del Zika
12-05-2016

El proyecto vence en la categoría "Solución más factible" en el concurso Zika Innovation Hack-a-thon 2016. El equipo a cargo del desarrollo contó con la participación de tres brasileños

Científicos crean un dispensador automático de larvicida contra el virus del Zika

El proyecto vence en la categoría "Solución más factible" en el concurso Zika Innovation Hack-a-thon 2016. El equipo a cargo del desarrollo contó con la participación de tres brasileños

12-05-2016

El proyecto vence en la categoría "Solución más factible" en el concurso Zika Innovation Hack-a-thon 2016. El equipo a cargo del desarrollo contó con la participación de tres brasileños (foto: Wikimedia Commons)

 

Por Karina Toledo  |  Agência FAPESP – Un dispositivo capaz de expender automáticamente cantidades suficientes de larvicida como para mantener tanques de agua libres de larvas de mosquitos durante un año fue galardonado como “la solución más factible” en un concurso de innovación realizado en Estados Unidos a comienzos del pasado mes abril, con el objetivo de crear nuevas herramientas destinadas a combatir el virus del Zika y demás patógenos transmitidos por el Aedes aegypti.

Tres brasileños integran el grupo responsable del desarrollo del LAD (Dispensador Automático de Larvicida, por sus siglas en inglés): el ingeniero Marcelo de Castro, fundador de la empresa Linpix Software LLC, y Adriano Schneider y Denis Jacob Machado –este último becario de la FAPESP– alumnos de doctorado de la Universidad de Carolina del Norte (UNC) en Charlotte.

Otros integrantes del equipo son Gregorio Linchangco –también alumno de doctorado de la UNC Charlotte–, el médico M. Ihsan Kaadan (Massachusetts General Hospital), la estudiante secundaria Kara Luo (Lexington High School), la estudiante de medicina Karen Cheng (Boston University School of Medicine) y el ingeniero Paul Chang (Cornell University).

“De Castro tuvo la idea de crear el dispensador automático luego de ver reportajes en la prensa brasileña que mostraban equipos de salud del gobierno que visitan mensualmente los barrios con alta incidencia de Aedes para aplicar larvicida manualmente en los tanques de agua”, comentó Machado.

Según el investigador, esa medida no es eficaz en el combate contra el mosquito, debido a que, como hay una gran circulación de agua en el interior de los tanques, el larvicida se dispersa rápidamente. “Como la larva del mosquito tarda entre 7 y 10 días para desarrollarse, los depósitos estarían protegidos sólo durante la primera semana después de la aplicación del producto”, añadió Machado.

En tan sólo 48 horas, con la ayuda de una impresora 3D, el grupo creó un prototipo del LAD, que en Brasil saldrá con otro nombre. Se trata de un dispositivo portátil de plástico que se ubica debajo de la superficie del agua y garantiza una concentración segura de larvicida en los depósitos, incluso al cabo de varios ciclos (de vaciado y llenado de los tanques repetidas veces). El equipo estima que el mantenimiento sólo se haría necesario una vez por año.

“De esta forma, la cantidad de visitas puede disminuir drásticamente y la eficiencia de la medida aumenta. Una de nuestras preocupaciones consistía en encontrar medios de utilizar la menor cantidad posible de un producto químico destinado a la eliminación de las larvas. Teniendo en cuenta su ciclo de vida, no hay necesidad de añadir larvicida diariamente: más o menos una vez por semana es suficiente”, dijo Machado.

El investigador, graduado en Biología Marina, cursa su doctorado en el área de bioinformática con el objetivo de desarrollar estrategias computacionales que pueden emplearse para entender la evolución de toxinas en anfibios. En Brasil, está vinculado al Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (IB-USP), bajo la supervisión del profesor Taran Grant.

“Tengo un gran interés la toxicidad, y cuando me invitaron a participar en el equipo, mi principal preocupación consistió en asegurarme de que la cantidad de larvicida que libera el dispositivo no sea perjudicial para el medio ambiente ni tampoco para los habitantes de la vivienda”, dijo.

En Estados Unidos, Machado, Schneider y Linchangco son dirigidos por el profesor de la UNC Charlotte Daniel Janies, coordinador del Departamento de Bioinformática y Genómica.

Schneider inició originariamente un proyecto de doctorado orientado al uso de herramientas de bioinformática para el estudio del virus VIH, causante del Sida. Sin embargo, cuando hizo eclosión la epidemia asociada al virus del Zika, su enfoque cambió. “Desde enero he venido estudiando la evolución del virus del Zika, y mediante colaboraciones con expertos en inmunología estoy intentando entender qué alteraciones genéticas ha sufrido el virus para llegar a su actual patogenicidad”, comentó.

Para hackear al Zika

El evento intitulado Zika Innovation Hack-a-thon 2016, realizado en el Massachusetts General Hospital (MGH), en Boston, reunió entre los días 2 y 3 de abril a alrededor de 150 interesados en salud global e innovación. La iniciativa estuvo organizada por el The Consortium for Affordable Medical Technologies (CAMTech) y por el Global Disaster Response, uno de los centros con sede en el MGH. El desafío que se les planteó a los participantes consistió en crear, en tan sólo 48 horas, soluciones innovadoras para combatir las enfermedades transmitidas por el Aedes, como así también contra el propio mosquito vector.

El Hack-a-thon –también conocido como hack day o hackfest– es un modelo de evento que surgió a finales del siglo pasado en Estados Unidos con miras a reunir a programadores y desarrolladores de software y de hardware para promover una colaboración intensa en el marco de proyectos específicos.

“Más recientemente surgió una versión de hack-a-thon orientada a la innovación. En general se organizan cuando surge la necesidad de hallar soluciones relativas a un problema específico, tal como, en este caso, el combate contra el virus del Zika”, comentó Machado.

Aparte del LAD, premiado en la categoría “Solución más factible”, se seleccionaron otros proyectos en las categorías “Solución más innovadora” e “Innovación que promete el mayor impacto en salud pública”. En el primer caso, venció una aplicación para celulares capaz de detectar la presencia y la localización geográfica de larvas de mosquitos. En el segundo caso, hubo empate entre dos proyectos: una aplicación que le permite al usuario reportar áreas propicias para la reproducción del mosquito y un juego orientado a enseñarles a los niños los riesgos asociados con el Aedes.

Aparte de un premio simbólico en dinero, los ganadores recibirán el apoyo logístico de CAMTech para transformar la idea en un producto. “Ellos cuentan con una plataforma de innovación y asesoran a los grupos en la adquisición de patentes, en el proceso de desarrollo de productos y en la obtención de financiamiento”, comentó Machado. “El Hack-a-thon es un modelo interesante, pues reúne a gente de diversas áreas. Algunas ideas originariamente no serían viables; pero cuando se las trabaja en equipo, se vuelve posible implementarlas”, añadió.

 

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