El primer análisis de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos será sobre polinizadores, polinización y producción de alimentos. El estudio está coordinado por un científico inglés y una brasileña (foto: Wikimedia)

Científicos de diversos países efectuarán un diagnóstico sobre la polinización
16-10-2014

El primer análisis de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos será sobre polinización y producción de alimentos

Científicos de diversos países efectuarán un diagnóstico sobre la polinización

El primer análisis de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos será sobre polinización y producción de alimentos

16-10-2014

El primer análisis de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos será sobre polinizadores, polinización y producción de alimentos. El estudio está coordinado por un científico inglés y una brasileña (foto: Wikimedia)

 

Por Elton Alisson

Agência FAPESP – Un grupo de 75 científicos de diversos países miembros de la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (IPBES, por sus siglas en inglés), que reúne a 119 naciones de todas las regiones del mundo, llevará a cabo un estudio global sobre polinizadores, polinización y producción de alimentos.

La presentación del tema del proyecto se llevó a cabo el miércoles 17 de septiembre en São Paulo, en el auditorio de la FAPESP, en el marco de un encuentro de integrantes del organismo intergubernamental independiente, cuyo objetivo consiste en organizar el conocimiento referente a la biodiversidad existente en el mundo y a los servicios ecosistémicos.

“La idea del trabajo consiste en analizar todo el conocimiento existente sobre la polinización en el mundo y detectar qué estudios se hacen necesarios en el área para ayudar a los tomadores de decisión de los países a formular políticas públicas destinadas a la preservación de ése y de otros servicios ecosistémicos que prestan los animales polinizadores”, declaró Vera Imperatriz Fonseca, del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (USP) y del Instituto Tecnológico Vale Desarrollo Sostenible (ITVDS), a Agência FAPESP.

“Ya conocemos mejor el problema [de la crisis de la polinización en el mundo]. Ahora debemos identificar las soluciones”, dijo la investigadora, quien coordina el estudio junto a Simon Potts, docente de la University of Reading, del Reino Unido.

De acuerdo con Fonseca, existen más de 100 mil especies de animales invertebrados polinizadores en el mundo, de las cuales 20 mil son abejas. Además de los insectos polinizadores –que constituirán el foco del informe–, hay también alrededor de 1.200 especies de animales vertebrados, tales como pájaros, murciélagos y otros mamíferos, aparte de reptiles, que actúan como polinizadores.

Se estima que el 75% de los cultivos mundiales y entre el 78% y el 94% de las flores silvestres del planeta dependen de la polinización que realizan los animales, apuntó la investigadora.

“Existen alrededor de 300 mil especies de flores silvestres que dependen de la polinización a cargo de insectos”, dijo Fonseca. “El valor anual estimado de ese servicio ecosistémico que prestan los insectos en la agricultura asciende a 361 mil millones de dólares. Pero, para el sostenimiento de la biodiversidad, resulta incalculable”, afirmó.

Durante los últimos años, se registró una pérdida de especies nativas de insectos polinizadores en todo el mundo, ocasionada por la deforestación de áreas naturales cercanas a los cultivos, por el uso de pesticidas y por el surgimiento de patógenos, entre otros factores.

Si la declinación de especies de insectos polinizadores se convierte en una tendencia, puede poner en riesgo la productividad agrícola y, por consiguiente, la seguridad alimentaria en las próximas décadas, dijo la investigadora.

“La población mundial aumentará mucho hasta 2050, y será necesario producir una gran cantidad de alimentos con mayor rendimiento agrícola, en un escenario agravado por el cambio climático. La polinización a cargo de insectos puede contribuir para solucionar este problema”, afirmó Fonseca.

De acuerdo con un estudio internacional publicado en la revista Current Biology, se estima que el manejo de colmenas de abejas para la polinización –tales como las abejas domésticas Apis mellifera L, criadas a gran escala en todo el mundo– por parte de los agricultores ha aumentado alrededor de un 45% entre 1950 y 2000.

Sin embargo, las áreas agrícolas dependientes de la polinización también se expandieron más de un 300% en idéntico período, apuntan los autores de la investigación.

“Pese a que ha aumentado el manejo de especies de abejas polinizadoras, necesitamos mucho más que lo tenemos en este momento como para contemplar las necesidades de la agricultura”, sostuvo Fonseca.

La declinación de las especies de polinizadores en el mundo estimula la polinización manual en muchos países. En China, por ejemplo, es común el comercio de polen con esta finalidad, afirmó la investigadora.

“En ausencia de animales que puedan hacer la polinización, se la efectúa manualmente en cultivos importantes como la palma y la manzana. En Brasil se efectúa la polinización manual de la pasionaria (maracuyá), el tomatero y otros cultivos”, dijo.
 


Falta de datos

Según Fonseca, existen datos sobre la declinación de especies de abejas, moscas de las flores (sírfidos) y mariposas en Europa, en Estados Unidos, en Medio Oriente y en Japón.

Un estudio internacional, publicado en el Journal of Apicultural Research, apuntó pérdidas de aproximadamente un 30% de colonias de Apis mellifera L como consecuencia de la infestación por el ácaro Varroa destructor, que acorta la vida de las abejas y, por consiguiente, su actividad de polinización en las flores, especialmente en los países del hemisferio Norte.

En Europa, las pérdidas de colonias de abejas a causa de este ácaro pueden llegar al 53%, y en Medio Oriente, al 85%, según señalan los autores del estudio. Pero aún no existen estimaciones sobre la pérdida de colonias y de especies en América del Sur, África u Oceanía.

“No contamos con datos sobre esos continentes. Necesitamos información objetiva para cargar una base de datos sobre la polinización a nivel mundial, con el fin de definir estrategias de conservación en cada país”, analizó Fonseca. “También es necesario evaluar los efectos de pesticidas en la desaparición de abejas en áreas agrícolas, que han sido objeto de estudios y también de la actuación de los organismos regulatorios en Brasil.”

Otra enorme laguna que debe llenarse es la que se refiere a los estudios sobre las interacciones entre especies de abejas polinizadoras nativas con especies criadas para la polinización, tales como las Apis mellifera L.

Un estudio internacional publicado en 2013 apuntó que cuando las Apis mellifera L y las abejas solitarias actúan en un mismo cultivo, el índice de polinización aumenta significativamente, pues ambas especies se evitan en las flores y mudan más a menudo los sitios de recolección de alimento, explicó Fonseca.

De acuerdo con la investigadora, una solución para la polinización en áreas agrícolas extensas ha sido el uso de colonias de polinizadores provenientes de la producción de colonias masivas, como las de abejas Bombus terrestris, criadas en gran escala y incluso exportadas.

En 2004, la producción de colonias de esas abejas para su uso en la agricultura llegó al millón.

En Sudamérica, Chile fue el primer país que introdujo esas abejas para la polinización de frutas y verduras. No obstante, en algunas de las áreas donde se lo hizo, esa especie exótica operó como invasora, con una gran capacidad para ocupar nuevos territorios.

“Es necesario estudiar más la interacción entre las especies para detectar dónde conviven, cuál es el aporte de cada una ellas en la polinización y si dicha interacción es positiva o negativa”, señaló Fonseca.

“Asimismo, la propagación de enfermedades entre las especies autóctonas de abejas genera preocupación y constituirá un foco de investigación durante los próximos años”, apuntó.

Un problema global

De acuerdo con Fonseca, el estudio intitulado Polinizadores, polinización y producción de alimentos, del IPBES, se encuentra en fase de redacción y estará concluido al final de 2015.

Aparte de un informe técnico, con seis capítulos de 30 páginas cada uno, este análisis también contendrá un texto destinado a los formuladores de políticas públicas sobre el tema, comentó.

“La evaluación de la polinización contribuirá para aumentar los esfuerzos de combate contra el problema de la desaparición de especies de polinizadores en el mundo, que es urgente y tiene una relevancia política y económica sumamente grande, pues afecta la producción de alimentos”, afirmó.

Esta evaluación constituirá el primer diagnóstico temático a cargo del IPBES y estará a disposición del público en general en diciembre de 2015. El panel planea producir durante los próximos años otros estudios similares sobre otros temas, tales como especies invasoras, restauración de hábitats y panoramas de la biodiversidad para el futuro.

Una estrategia que se adoptó para que los diagnósticos temáticos se integren más consistió en la creación de grupos de trabajo –abocados a la promoción de la capacitación profesional e institucional, al perfeccionamiento del proceso de gestión de datos e información científica y a la integración del conocimiento tradicional indígena y de las investigaciones locales a los procesos científicos– que ayudarán en la elaboración del texto final.

“El IPBES trabaja en colaboración con la FAO [la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura], el Unep [el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente], la CBD [Convention on Biological Diversity] y la Unesco [ Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura], y todos los esfuerzos anteriores que abordaron el tema de la polinización”, afirmó Fonseca.

La polinización fue el primer punto seleccionado por los países miembros de la plataforma intergubernamental, entre otras razones debido a que constituye un problema global y que ya existe una gran cantidad de estudios sobre el tema, comentó Carlos Joly, coordinador del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP) y miembro del Panel Multidisciplinario de Expertos del IPBES.

“Debido a que ya existe una estructura muy grande de datos sobre el tema, pensamos que sería posible elaborar rápidamente una síntesis. Asimismo, este tema tiene un impacto global muy grande, fundamentalmente porque se encuentra asociado a la producción de alimentos”, analizó Joly.

Los 75 científicos que participan en el proyecto fueron nominados por el Panel Multidisciplinario de Expertos del IPBES, que se basó en las recomendaciones que recibió de los países miembros y de observadores de la plataforma intergubernamental.

Dos integrantes del grupo son elegidos para coordinar el trabajo, uno de un país desarrollado y otro de una nación en desarrollo.

“La invitación y la elección de la profesora Vera Imperatriz Fonseca como coordinadora de la evaluación constituye un reflejo de la calidad de la ciencia desarrollada en el área en Brasil y de su experiencia en el trabajo con diagnósticos nacionales”, sostuvo Joly. “Querríamos contar con más científicos brasileños que participasen la elaboración de los diagnósticos del IPBES.”

Lea más sobre la reunión del IPBES en la sede de la FAPESP en: http://agencia.fapesp.br/19981.

 

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