Este proyecto es una de las iniciativas del Regional Leadership Summit, que congrega también a investigadores de Alemania, Sudáfrica, Austria, China, Canadá y EE.UU. El grupo se reunió en el Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (imagen: RLS)
Este proyecto es una de las iniciativas del Regional Leadership Summit, que congrega también a investigadores de Alemania, Sudáfrica, Austria, China, Canadá y EE.UU.
Este proyecto es una de las iniciativas del Regional Leadership Summit, que congrega también a investigadores de Alemania, Sudáfrica, Austria, China, Canadá y EE.UU.
Este proyecto es una de las iniciativas del Regional Leadership Summit, que congrega también a investigadores de Alemania, Sudáfrica, Austria, China, Canadá y EE.UU. El grupo se reunió en el Instituto Brasileño de Investigaciones Espaciales (imagen: RLS)
Por Maria Fernanda Ziegler | Agência FAPESP – Científicos brasileños del estado de São Paulo integrarán un consorcio internacional cuyo objetivo es el lanzamiento de pequeños satélites de observación de la Tierra. Se espera que el conjunto de estos aparatos –menores que cajas de zapatos– conforme una red de sensores en órbita capaz de suministrar imágenes en 3D de alta calidad sobre el relieve terrestre, la formación de nubes y su contenido.
Gracias a la tecnología espacial, grandes satélites multifuncionales giran alrededor de la Tierra y hacen posible el funcionamiento de internet y del GPS; y la observación terrestre. Sin embargo, los satélites menores y capaces de trabajar juntos han venido cobrando fuerza recientemente. Estos artefactos permiten el intercambio de información con el suelo de manera más eficiente y la obtención de imágenes de buena calidad.
“La mayor ventaja de los minisatélites y los nanosatélites reside en que, por situarse a alturas más bajas [a 300 kilómetros de la superficie terrestre], tienen menor latencia. De este modo, es posible que el flujo de datos se concrete en tiempo real, a diferencia de lo que sucede con los satélites geoestacionarios. Otra ventaja considerable consiste en que el costo del lanzamiento de un satélite suele calcularse de acuerdo con su masa”, dijo Klaus Schilling, docente del Zentrum Für Telematik (de Alemania) y líder del proyecto, durante la reunión anual del Regional Leadership Summit (RLS), realizada entre los días 27 y 31 de mayo en el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe, por sus siglas en portugués), en la localidad de São José dos Campos (estado de São Paulo, Brasil).
El RLS es un foro integrado por científicos de siete regiones: Baviera (Alemania), Georgia (Estados Unidos), Quebec (Canadá), Shandong (China), Alta Austria (Austria), Provincia Cabo Occidental (Sudáfrica) y São Paulo. El objetivo del mismo es impulsar la colaboración bilateral y multilateral para el desarrollo de nuevas tecnologías.
Uno de los acuerdos firmados durante el encuentro realizado en São José dos Campos –en el marco del proyecto Telematics International Mission (TIM)– prevé el lanzamiento de satélites con un peso de alrededor de 3 kilos a la órbita terrestre en 2021, probablemente desde una base china.
Durante el evento, que contó con el apoyo de la FAPESP, los científicos pudieron intercambiar experiencias y planificar acciones futuras.
“Esta reunión les brinda a los científicos del RLS una oportunidad clave para intercambiar experiencias e impresiones sobre sus trabajos. Y permite a su vez definir qué se discutirá durante la 10ª Cumbre de Líderes Regionales, que se realizará en Linz, en Austria, en año que viene”, dijo Euclides de Mesquita Neto, miembro de la coordinación adjunta para Programas Especiales y Colaboraciones en Investigación de la FAPESP.
Innovación colaborativa
De acuerdo con Geilson Loureiro, jefe del Laboratorio de Integración y Pruebas del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (LIT-Inpe), esta reunión hizo posible congregar a empresas, institutos y universidades del estado de São Paulo con miras a impulsar la marcha de la parte paulista del proyecto de pequeños satélites.
“Contamos con la tecnología y tenemos la intención de participar en la empresa, que reunirá, junto a los investigadores de Baviera, a científicos de las provincias de Shandong, Quebec y Provincia Cabo Occidental. Congregamos a integrantes de las empresas paulistas Visiona, Orbital y Cron y a científicos del Inpe, del Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) y de la Universidad Federal del ABC para discutir nuestra participación y formular una propuesta de financiación del proyecto”, declaró Loureiro a Agência FAPESP.
Se espera contar con nueve pequeños satélites trabajando juntos en el marco del proyecto TIM, que permitirá realizar abordajes innovadores en áreas tales como la de observación de la Tierra, la de exploración científica y la de telecomunicaciones. Si bien ya existen varios pequeños satélites que orbitan la Tierra, según explicó Loureiro, las investigaciones de punta en el área actualmente se valen de equipos controlados desde el suelo. Este proyecto prevé que los satélites trabajen en formación intercambiando información referente a la órbita y a la actitud (la orientación de un cuerpo con relación a una referencia inercial) entre ellos.
Por ahora, cabe esperar que Baviera, líder del proyecto, aporte tres satélites. La provincia de Quebec tomará parte en el programa con un satélite, y Provincia Cabo Occidental con una cámara. En tanto, la provincia china de Shandong está comprometida con el lugar de lanzamiento y con uno o más satélites. São Paulo participará con uno o más satélites y efectuará en el LIT-Inpe el montaje, la integración y las pruebas de los satélites de la formación.
“Es algo completamente nuevo. Ahora estamos intentando coordinar la comunicación entre los satélites para contar con una cooperación real en órbita. Cuanto más satélites tenemos en órbita, mejor. Y con tantas regiones cooperando, se hace más fácil alcanzar esta meta. Se habla mucho de internet de las cosas y se espera que 25 mil millones de objetos estén conectados en 2020. Empero, para proveer eso es necesario que mini y nanosatélites hagan posible la internet del espacio”, dijo Schilling.
Loureiro pone de relieve el potencial innovador del proyecto colaborativo. “Aún no existen en el mundo satélites que trabajen de esta forma, con un control mutuo, que se comunican para controlar en forma coordinada la órbita y la actitud. El mantenimiento de la actitud y la posición relativa de los satélites también es algo sumamente importante e innovador. Y está también la propulsión iónica de los pequeños satélites. Esto es importante para viabilizar el reposicionamiento de los artefactos”, dijo.
Cuatro áreas de investigación
La reunión del RLS se realiza anualmente y cuenta con la participación de científicos y empresas. Cada dos años, participan también los jefes de los Estados participantes. Uno de los objetivos de este foro consiste en fomentar los intercambios académicos, científicos y tecnológicos, como así también proyectos multilaterales en cuatro áreas de investigación: RLS-Energy Network, RLS-Expert Dialogue on Digitization, RLS-Global Campus Aeroespacial y RLS-Small Satellites.
“Son siete regiones del mundo que colaboran en cuatro grandes áreas que se intercambian –energía, digitalización, aeroespacial y pequeños satélites– y trabajan en tres niveles: científico, empresarial y político”, dijo Fiona Rumohr, gerente de proyectos de la Bavarian Research Alliance GmbH, quien actúa en la colaboración entre Baviera y Quebec y en la oficina del RLS Sciences.
Aparte de facilitar el desarrollo de investigaciones en colaboración internacional y crear una estructura para el desarrollo innovador entre científicos de las siete regiones, el RLS procura ayudar a los científicos participantes a identificar oportunidades de financiación.
“Son regiones sumamente heterogéneas que poseen sus complementariedades y tienen objetivos interesantes. Hace algunos años elaboramos una planificación para el área de energía y mostramos en qué es más fuerte cada región en términos de energía, en qué lugar existe un mayor desarrollo de cada una de las respectivas tecnologías”, dijo Gilberto Jannuzzi, presidente del RLS.
De acuerdo con Jannuzzi, en la parte de energía se debatieron temas y proyectos sobre ciudades inteligentes. “Pusimos en discusión el proyecto que se lleva adelante en la Unicamp [la Universidad de Campinas], el campus sostenible. Este trabajo tuvo una buena aceptación en los debates. Existen proyectos parecidos en Quebec, por ejemplo. La idea es aprender a gestionar una ciudad inteligente, a administrar la red eléctrica del campus como una pequeña ciudad y a integrar el transporte [con la inclusión de autobuses eléctricos]”, dijo Jannuzzi.
También en el campo de la energía, existe una colaboración entre científicos alemanes y brasileños para estudiar el impacto de las fuentes renovables de energía en el medio ambiente y la interferencia de la naturaleza en ese proceso, como así también un estudio multilateral sobre el almacenamiento de energía.
“Podemos contribuir con la visión de diversas disciplinas. Contamos con ingenieros, economistas y científicos sociales que forman un grupo capaz de generar aportes científicos destinados decisores políticos. Estamos pensando en las necesidades de cada región para efectuar la transición energética”, dijo Sebastian Goers, investigador del Departamento de Economía Energética de la Universidad de Linz, en Austria. El economista participa en un grupo de investigación sobre almacenamiento energético.
En el campo aeroespacial, las regiones están organizándose para estructurar un campus virtual de aeronáutica. “Además de las colaboraciones bilaterales, con alianzas en investigaciones, estamos desarrollando un proyecto denominado Mini Campus Aerospace. Es una universidad totalmente virtual de enseñanza e investigación en los niveles de grado y posgrado”, dijo Mesquita Neto.
Otro interés del consorcio consiste en el desarrollo económico que se genera con base en la investigación científica. “Es un foro con distintas regiones que poseen intereses en común y complementariedades en términos de investigación. Cuantas más colaboraciones haya que aumenten la innovación, mejor. Al poner a distintos equipos de científicos a trabajar juntos es posible acelerar la innovación”, dijo Patrick Hyndman, director del área de asociaciones del Ministerio de Economía e Innovación de Quebec.
Quebec fue sede de la reunión del año pasado, la cual además del cuerpo técnico, contó con la participación de los jefes de Estado de las regiones. “El próximo año, las smart regions [regiones inteligentes] constituirán el tema del encuentro. Tenemos mucho por ofrecer en este campo, pues Quebec ha evolucionado mucho en inteligencia artificial. Pretendemos integrar las tecnologías de smart regions también a los campos de manufactura y supply chain [gestión de cadenas de suministros]. En el campo de la digitalización, tenemos interés en el área referente al e-government, es decir, a cómo implementar más información y más digitalización en el gobierno como una forma de ganar en transparencia y en eficiencia”, dijo Hyndman.
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