A la izquierda, una célula humana no infectada; a la derecha, el coronavirus multiplicándose en una célula cultivada en laboratorio (imagen: ICB-USP)
Las muestras del microorganismo de distribuirán entre laboratorios clínicos públicos y privados de todo Brasil para su aplicación como control positivo. El objetivo es ampliar la capacidad de realización de test de diagnóstico
Las muestras del microorganismo de distribuirán entre laboratorios clínicos públicos y privados de todo Brasil para su aplicación como control positivo. El objetivo es ampliar la capacidad de realización de test de diagnóstico
A la izquierda, una célula humana no infectada; a la derecha, el coronavirus multiplicándose en una célula cultivada en laboratorio (imagen: ICB-USP)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – Científicos del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP), en Brasil, lograron aislar y cultivar en laboratorio el coronavirus SARS-CoV-2 extraído de los dos primeros pacientes brasileños diagnosticados con la enfermedad en la ciudad de São Paulo, en el Hospital Israelita Albert Einstein.
Los virus se distribuirán entre grupos de investigación y laboratorios clínicos públicos y privados de todo el país con el objetivo de ampliar la capacidad de realización de test de diagnóstico y avanzar en los estudios sobre las causas de la enfermedad y su propagación.
“La posibilidad de tener disponibles muestras de este virus cultivadas en células les permitirá a los laboratorios clínicos contar con controles positivos para validar los test de diagnóstico, de manera tal de cerciorarse de que realmente funcionan”, declaró a Agência FAPESP Edison Luiz Durigon, docente del ICB-USP y coordinador del proyecto, que cuenta con el apoyo de la FAPESP.
De acuerdo con el investigador, la falta de estas muestras del virus para su empleo como controles positivos constituía uno de los factores que limitaban el diagnóstico del coronavirus en Brasil.
Como el SARS-CoV-2 surgió en el exterior, las muestras de virus que han venido utilizándose como controles positivos en las técnicas de diagnóstico que aplican los laboratorios brasileños en este comienzo del brote en el país se importan desde Europa y Estados Unidos, a un costo que varía entre 12 mil y 14 mil reales.
Por eso el diagnóstico de casos de la enfermedad en el país ha estado hasta ahora a cargo fundamentalmente de laboratorios privados y laboratorios de referencia en el sector público a donde han sido derivados los casos sospechosos.
En la red pública, cuatro laboratorios de referencia nacional realizan los test actualmente: el Instituto Adolfo Lutz, en el estado de São Paulo; el Instituto Evandro Chagas, en el estado de Pará; la fundación Fiocruz, en el estado de Río de Janeiro, y el Laboratorio Central del Estado de Goiás, que fue capacitado para la realización del análisis específico para coronavirus en los brasileños que, tras su repatriación provenientes de China, pasaron por una cuarentena en la Base Aérea de Anápolis.
El primer test se ha venido haciendo en los hospitales de referencia de cada estado, y el material extraído se envía luego a uno de esos cuatro laboratorios para la realización de la contraprueba.
“Los virus que logramos cultivar en laboratorio podrán utilizarse en un kit de diagnóstico que el Ministerio de la Salud distribuirá entre los Laboratorios Centrales de Salud Pública [Lacens] en todo Brasil. De este modo, todos los estados estarán en condiciones de realizar el diagnóstico”, dijo Durigon.
Los virus que se distribuirán entre los laboratorios clínicos estarán inactivados, es decir, sin capacidad para infectar células, y a temperatura ambiente. En tanto, los virus que importan hasta ahora los laboratorios brasileños deben transportarse en refrigeración, en hielo seco, lo cual encarece en demasía el flete, según explicó el investigador.
Los laboratorios clínicos recibirán muestras con aproximadamente 1 mililitro (ml) de virus inactivados. Se extraerá entonces el ácido nucleico de dichas muestras, que se empleará como control positivo en análisis que se realizarán mediante la aplicación de la técnica conocida como RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real, por sus siglas en inglés).
Esta técnica permite amplificar el genoma del virus en una muestra clínica, aumentando en millones la cantidad de copias del ARN del coronavirus. De esta forma, es posible detectarlo y cuantificarlo en una muestra clínica.
“El PCR permite efectuar el diagnóstico en hasta cuatro horas. Pero aún son pocos los laboratorios en Brasil que cuentan con los equipamientos necesarios”, dijo Durigon.
A los efectos de superar esta limitación, los investigadores también pretenden desarrollar otros test de diagnóstico basados en otras técnicas más accesibles, como el análisis por inmunofluorescencia, un método que permite visualizar antígenos en una muestra mediante la aplicación de colorantes fluorescentes.
“Si logramos validar un test de este tipo específico para el coronavirus, sería posible que otros laboratorios y hospitales que no poseen el aparato para el análisis por RT-PCR también realicen el diagnóstico”, sostuvo Durigon.
El legado del virus del Zika
Según el investigador, el aislamiento y la reproducción del coronavirus en laboratorio fueron posibles gracias a los recursos que la FAPESP aportó para la instalación en el ICB-USP de dos laboratorios de nivel 3 de bioseguridad, destinados al manipuleo de agentes con potencial para causar enfermedades graves o infecciones letales. Esa infraestructura se creó inicialmente para el cultivo del virus del Zika.
La construcción de estos laboratorios a comienzos de 2016, en el apogeo de la epidemia del virus del Zika en Brasil, ha hecho posible ahora cultivar no solamente el coronavirus, sino también el virus de la influenza (causante de la gripe) y otros, con el fin de avanzar en el diagnóstico de virus emergentes, remarcó Durigon.
“Cuando se produjo el brote de zika, a finales de 2015, nos tomó de sorpresa. Con los recursos de la FAPESP, logramos ser los primeros que lo aislamos y lo cultivamos en laboratorio para ponerlo a disposición de los laboratorios y grupos de investigación”, añadió el investigador.
En el marco de un proyecto denominado “Genoma Virus”, también con apoyo de la FAPESP, que se puso en marcha en el año 2003, fue posible conformar una red de 18 laboratorios del estado de São Paulo, a la cual se la capacitó para la realización de diagnósticos de virus respiratorios mediante RT-PCR y secuenciación de genomas.
Con el surgimiento del virus del Zika, se accionó esa red y esto permitió avanzar en el diagnóstico y en la comprensión de esa enfermedad en el país, afirmó Durigon.
“Por eso la financiación constante de la investigación científica es importante. En razón de las inversiones efectuadas en el pasado, existe una infraestructura de investigación en São Paulo que permitirá responder más rápido a las demandas sin tener que empezar de cero”, dijo. El grupo de investigadores de la USP ha venido monitoreando la circulación estacional de otros cuatro coronavirus en el país. Los resultados de los estudios indicaron que dicha circulación se concreta fundamentalmente en invierno.
“Es probable que en los estados de São Paulo y Rio Grande do Sul se registre una mayor cantidad de casos de infección en el invierno, porque son los estados más fríos”, afirmó Durigon.
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