Mediante una técnica experimental, se combinan la quimioterapia localizada con aplicaciones de láser para lograr un tratamiento menos invasivo y remover los tumores completamente (foto: Leo Ramos/ Revista Pesquisa FAPESP)
Mediante una técnica experimental, se combinan la quimioterapia localizada con aplicaciones de luz infrarroja para lograr un tratamiento menos invasivo y remover los tumores completamente
Mediante una técnica experimental, se combinan la quimioterapia localizada con aplicaciones de luz infrarroja para lograr un tratamiento menos invasivo y remover los tumores completamente
Mediante una técnica experimental, se combinan la quimioterapia localizada con aplicaciones de láser para lograr un tratamiento menos invasivo y remover los tumores completamente (foto: Leo Ramos/ Revista Pesquisa FAPESP)
Por Diego Freire | Agência FAPESP – Con el objetivo de ofrecerles un tratamiento menos agresivo a pacientes con cáncer avanzado, científicos de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), en Brasil, aplican experimentalmente en un consultorio externo de esa institución una técnica innovadora en la que emplean luz infrarroja para remover tumores sólidos de cabeza y cuello.
Esta técnica, introducida en Brasil y perfeccionada por el Departamento de Otorrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello de la Unifesp en el marco del proyecto temático intitulado Combinación de cisplatino y láser en el tratamiento de cáncer de cabeza y cuello, realizado con el apoyo de la FAPESP, consiste en la termoablación del tumor –la evaporación del agua del compartimento celular de lesiones sólidas y la consiguiente eliminación del tejido tumoral– aplicada en simultáneo con inyecciones intratumorales del medicamento quimioterapéutico llamado cisplatino.
“Con esta práctica ambulatoria hemos logrado mejorar ciertas condiciones mórbidas del paciente, tales como sangrado, dolor por compresión tumoral, infección local y olor, que tienen impacto sobre la calidad de vida cuando se trata de una enfermedad avanzada”, dice Marcos Bandiera Paiva, quien trajo esa técnica a Brasil luego de 20 años de investigación en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), donde se la ha aplicado con éxito en más de 500 pacientes.
A esta técnica se la conoce con el nombre de terapia térmica inducida por láser (LITT), y en la UCLA se la emplea en la termoablación de tumores de cerebro, mama, pulmón y próstata. Con el apoyo de la FAPESP, se perfeccionó el tratamiento mediante la aplicación de inyecciones locales de quimioterapia, con el empleo del quimioterapéutico cisplatino combinado con la LITT, una innovación si se lo compara con el tratamiento que se les aplica a los pacientes en Estados Unidos, realizado únicamente con láser.
La ventaja de la combinación de cisplatino con LITT radica la cobertura del procedimiento. Durante la desobstrucción tumoral, se detectan niveles máximos de energía en el área central del tumor, sometida a temperaturas superiores a los 100 °C, al tiempo que los bordes son tratados a niveles subterapéuticos, con la temperatura del láser entre los 40 °C y los 60 °C, lo que propicia la recidiva del crecimiento tumoral. Las inyecciones localizadas de cisplatino en la periferia del tumor potencian la erradicación tumoral localizada: sucede que, según explica Paiva, cuando se lo calienta en las áreas periféricas del tumor, durante la aplicación del láser, la toxicidad del cisplatino aumenta.
“El calor hace que se exacerbe la capacidad de penetración a través de las membranas celulares de este medicamento quimioterapéutico. Las células tumorales se vuelven más fácilmente permeables al cisplatino, lo que potencia la toxicidad de la quimioterapia local y lleva a una erradicación más eficaz del tumor.”
A diferencia de la radioterapia, cuya radiación posee energía suficiente como para ionizar átomos y moléculas, con lo cual daña a las células sanas, y afecta al material genético, el procedimiento implementado en el consultorio de la Unifesp puede repetirse al cabo de tres semanas, lo que asegura mejores resultados e incluso la remoción completa del tumor.
La atención
Los pacientes atendidos pasan por una selección antes de someterse al tratamiento. Entre los elegibles se encuentran aquéllos que no responden a las terapias convencionales, tales como la quimioterapia sistémica o la radioterapia, y que no pueden someterse a cirugías. Es necesario estar en condiciones clínicas adecuadas para que se pueda aplicar anestesia general.
“Esta técnica introduce el concepto innovador de un procedimiento mínimamente invasivo mediante inyecciones intratumorales de altas dosis de quimioterapia combinada con hipertermia local. Se trata de un tratamiento experimental paliativo para el control local de la enfermedad en algunos pacientes seleccionados, y no hay garantías de cura, pero sí una considerable mejoría con relación a algunos síntomas específicos”, dice Bandiera Paiva.
De acuerdo con el investigador, “este tratamiento les aporta además alguna esperanza a los pacientes, como para que la técnica, que es localizada, pueda asociarse con tratamientos sistémicos innovadores en la cabeza y el cuello, tal como la administración de Cetuximab”.
El Cetuximab, aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa) de Brasil en 2010, es un anticuerpo monoclonal que actúa de manera más direccionada: en este caso, tiene como blanco al receptor del factor de crecimiento epidérmico (EGFR), al inhibir su activación y la consiguiente transmisión de señal, lo que redunda en una disminución de la invasión de los tejidos normales por las células malignas y de la propagación de tumores en nuevas áreas. Este medicamento también inhibe la posibilidad de que células malignas reparen el daño causado por la quimioterapia o la radioterapia.
Los investigadores siguen abocados ahora al perfeccionamiento de esta técnica de inducción de terapia térmica por láser en el consultorio externo, para su aplicación incluso en el tratamiento de otras enfermedades.
“Hemos demostrado que el tratamiento en los bordes tumorales de pacientes con cáncer avanzado de cabeza y cuello, combinado con inyecciones locales de cisplatino y seguido de termoablación tumoral por LITT, no es tóxico, mejora la calidad de vida de los pacientes y resulta eficaz. La técnica puede perfeccionarse y beneficiar a más gente aún. Mediante el empleo de una fibra óptica conectada al láser, por ejemplo, podremos tener acceso quirúrgico a cualquier lesión del cuerpo humano, y aplicar así un procedimiento ambulatorio mínimamente invasivo que disminuye los costos del Sistema Único de Salud (SUS)”, dice Bandiera Paiva.
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