Un artículo publicado en la revista Science Advances da cuenta de que los estudiantes se muestran cada vez más sensibles con relación a los temas ambientales y científicos. Con todo, esto aparece de manera desigual en el país, con una mayor intensidad en el norte y una menor en el sudeste (foto: Patrícia Ferrari/Wikimedia Commons)
Un artículo publicado en la revista Science Advances da cuenta de que los estudiantes se muestran cada vez más sensibles con relación a los temas ambientales y científicos. Con todo, esto aparece de manera desigual en el país, con una mayor intensidad en el norte y una menor en el sudeste
Un artículo publicado en la revista Science Advances da cuenta de que los estudiantes se muestran cada vez más sensibles con relación a los temas ambientales y científicos. Con todo, esto aparece de manera desigual en el país, con una mayor intensidad en el norte y una menor en el sudeste
Un artículo publicado en la revista Science Advances da cuenta de que los estudiantes se muestran cada vez más sensibles con relación a los temas ambientales y científicos. Con todo, esto aparece de manera desigual en el país, con una mayor intensidad en el norte y una menor en el sudeste (foto: Patrícia Ferrari/Wikimedia Commons)
By Maria Fernanda Ziegler | Agência FAPESP – Temas tales como la biodiversidad, la conservación de la Amazonia y las ciencias suscitan un creciente interés entre los estudiantes brasileños que están ingresando a la enseñanza media. Así y todo, la disposición para aprender sobre la fauna y la flora local aparece de manera desigual: los jóvenes de la región norte del país muestran un mayor interés que los del sudeste.
Esto es lo que se afirma en un artículo publicado en la revista Science Advances, que constituye el primer fruto de un Proyecto Temático apoyado por la FAPESP en cuyo marco se analizaron datos recabados durante cinco estudios doctorales, aparte de resultados de la investigación internacional intitulada The Relevance of Science Education (Rose). Los autores apuntan la necesidad de que haya una mayor inclusión de los estudios sobre plantas y animales regionales en el currículo escolar brasileño. Este proyecto forma parte del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP), y abarca a cinco instituciones paulistas: la Universidad de São Paulo (USP), la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), la Universidad Federal del ABC (UFABC), la Universidad Municipal de São Caetano del Sul (USCS) y el Instituto Butantan.
El proyecto Rose, aplicado en más de 40 países desde el año 2004, apuntó a determinar cuál es el grado de interés de los jóvenes de 15 años con respecto a temas relacionados con la conservación, la ciencia, la tecnología y la biodiversidad. “Los alumnos brasileños demostraron un gran interés en estudiar más profundamente las plantas y los animales autóctonos, mucho mayor que el de los ingleses, los noruegos y los suecos, por ejemplo. En Brasil llevamos a cabo este estudio tres veces entre 2007 y 2014, de manera tal que esto nos permite identificar tendencias: una de ellas indica que, al contrario de lo que puede propagarse desde el sentido común, el interés de los jóvenes con respecto a estos temas es creciente”, dice Nélio Bizzo, docente de la Facultad de Educación de la USP y del Instituto de Ciencias Ambientales, Químicas y Farmacéuticas de la Unifesp, y también coordinador del estudio.
Se motivó a los estudiantes a que opinaran libremente sobre ciencia, tecnología e intereses referentes a la biodiversidad. La investigación se concretó en tres momentos distintos: en 2007 (únicamente en algunas ciudades), en 2010 y en 2014 (con representación nacional). En la última investigación, 788 alumnos (un 43,7%) de escuelas públicas y privadas del país mostraron interés en estudiar la flora y la fauna local, en tanto que 1.015 alumnos (un 56,3%) se mostraron desinteresados.
En la comparación regional, entre los alumnos que viven en la región norte del país, donde se ubica la selva amazónica, el 50,4% manifestaba interés en expandir los conocimientos sobre la biodiversidad local, mientras que en sudeste el porcentaje en tal sentido llegaba tan solo al 33,1%.
La región nordeste también sobresale ocupando el segundo lugar en cuanto al número relativo de entrevistados motivados (46,9%) por conocer la biodiversidad de su región.
“Este resultado es sorprendente, pues lo esperable indica que cuanto mayor es el IDH [el Índice de Desarrollo Humano] y el acceso a equipamientos tales como museos, por ejemplo, mayor será el interés en la educación. Sin embargo, fue justamente lo contrario lo que la investigación mostró. Los motivos de esta desigualdad de intereses deberán investigarse más a fondo, para entender el gran interés de unos y hallar formas de estimular la atención de otros. En las regiones norte y nordeste se registran los menores IDH de Brasil. Por eso sugerimos que la cultura indígena se erija de algún modo como un componente importante en esa actitud positiva de los jóvenes de la región norte con relación al interés en el estudio de la conservación y la biodiversidad de la selva”, explica Bizzo.
Los investigadores hacen hincapié en el artículo en que la biodiversidad de la selva amazónica y el conocimiento ancestral de los pueblos indígenas casi no existen en el currículo escolar nacional, que es unificado para todo el país. Un ejemplo claro de ello puede verse en los libros didácticos. En ellos se aprecia una tendencia a valorar el abordaje de la fauna exótica –los osos polares, los elefantes, las jirafas y los leones– en detrimento de la diversidad local conformada por el bufeo o delfín del Amazonas, el coatí, el perezoso, el ibis escarlata o garza roja, el carapanã (un mosquito) y el ocelote.
“Queda evidente la necesidad de que los estudiantes brasileños conozcan la Amazonia. Así y todo, lo que aprendemos en la escuela y en los libros didácticos evoca una selva impenetrable y solo recientemente ocupada por indígenas. Y la cosa no es así precisamente: se sabe que la selva amazónica estaba muy lejos de constituir un vacío poblacional cuando llegaron acá los portugueses”, afirma Bizzo en declaraciones a Agência FAPESP.
Está afianzado actualmente el conocimiento de que la Amazonia precolombina albergaba una población grande, compleja y que incluso introdujo alteraciones en la selva. “Las poblaciones locales intervenían en la distribución de los árboles y domesticaron más de 80 especies vegetales. Esto se ha comprobado en un estudio sumamente interesante en el cual se asoció arqueología y lingüística. Sin embargo, estos saberes tradicionales han sido silenciados hasta ahora, aun cuando los estudiantes se muestran ávidos por conocerlos en las escuelas”, dice.
El investigador remarca que el caso más conocido de la domesticación de plantas es el de la mandioca, pero entre esas 80 especies también están el camote o batata, el ananá o piña, la papaya y muchas otras que forman parte de la dieta alimentaria de mucha gente en el mundo. “El propio principio activo de la cloroquina, utilizada en el tratamiento de la malaria, y tan en boga y controvertida actualmente, proviene de corteza de un árbol que los indígenas descubrieron”, añade.
De acuerdo con los investigadores, este interés también posee un fuerte componente cultural. Seres mitológicos como el boto o bufeo colorado, el curupira o el mapinguarí pueblan el imaginario de poblaciones locales e indígenas de la Amazonia y reflejan la cercanía de las mismas con el bioma. Esas historias y esos personajes forman parte constitutiva de la cultura amazónica rural y urbana y contribuyen con la difusión del conocimiento sobre la biodiversidad, al hacer que incluso los jóvenes de las áreas urbanas del norte de Brasil mantengan un contacto distinto con la naturaleza en comparación con los alumnos urbanos o de las áreas rurales del sur y del sudeste del país.
“Difícilmente se encuentra algo similar en el sur de Brasil, incluso en el oeste del estado de Santa Catarina, donde es importante la presencia de indígenas, fundamentalmente de las culturas guaraní y káingang”, comenta Bizzo.
Por eso mismo, según el investigador, existe una necesidad urgente de elaborar un abordaje distinto de la biodiversidad local y de la conservación destinado a los estudiantes y al público en Brasil, especialmente en la región amazónica.
Un tema que se abordó en el marco del programa (en 2014) ilustra bien la desconexión existente entre los intereses de los estudiantes brasileños y las políticas ambientales y de conservación. Se les solicitaba a los estudiantes que se posicionasen con relación a los deberes de los países ricos de pagar indemnizaciones relacionadas con problemas ambientales. “Nuestros datos objetivos muestran que la mayoría de los estudiantes brasileños se manifestaron contrarios a la postura de cobrarles indemnizaciones a los países ricos por problemas ambientales. Obviamente, los jóvenes no podían prever que, cinco años después de que se los cuestionara sobre este tema, nuestro ministro de Medio Ambiente exigiría la responsabilidad de los países ricos en la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP-25, en Madrid), en diciembre del año pasado”, dice.
Puede leerse el artículo intitulado Amazon conservation and students’ interests for biodiversity: The need to boost science education in Brazil (doi: 10.1126/sciadv.abb0110), de Fernanda Franzolin, Paulo S. Garcia y Nelio Bizzo, en el siguiente enlace: advances.sciencemag.org/content/6/35/eabb0110.
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