El descubrimiento refuerza las evidencias de que este mosquito fue el principal vector responsable de los brotes de la enfermedad registrados en 2015 y 2016. Un estudio llevado a cabo en el marco de la Red Zika se publicó en PLoS Neglected Tropical Diseases (foto: Grahan Snodgrass/ Wikimedia Commons)
El descubrimiento refuerza las evidencias de que este mosquito fue el principal vector responsable de los brotes de la enfermedad registrados en 2015 y 2016
El descubrimiento refuerza las evidencias de que este mosquito fue el principal vector responsable de los brotes de la enfermedad registrados en 2015 y 2016
El descubrimiento refuerza las evidencias de que este mosquito fue el principal vector responsable de los brotes de la enfermedad registrados en 2015 y 2016. Un estudio llevado a cabo en el marco de la Red Zika se publicó en PLoS Neglected Tropical Diseases (foto: Grahan Snodgrass/ Wikimedia Commons)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – Un grupo de científicos detectó por primera vez en Brasil, en Aracaju (la capital del estado de Sergipe), la presencia de un mosquito de la especie Aedes aegypti infectado naturalmente con el virus causante de la fiebre chikunguña. El informe al respecto salió publicado en la revista PLoS Neglected Tropical Diseases.
Según los autores, este descubrimiento refuerza las evidencias de que el Aedes aegypti fue el principal vector responsable de los brotes de esta enfermedad registrados en 2015 y 2016, fundamentalmente en el nordeste brasileño.
Según datos del Ministerio de Salud, hasta el mes de diciembre de 2016 se habían registrado más de 265 mil casos probables de fiebre chikunguña en Brasil. En 2015, se notificaron casi 40 mil casos sospechosos. Pese a esa cifra alta, no se había detectado ningún insecto infectado.
“Hasta esse momento, y en todo el continente americano, existía una sola descripción de Aedes aegypti infectado por el genotipo asiático del virus chikunguña, realizada en México. El insecto que identificamos en Aracaju presentaba el genotipo ECSA [cepa africana del este, centro, sur, por sus siglas en inglés]. A estos dos linajes ya se los halló en pacientes de Brasil”, dijo André Luis Costa-da-Silva, posdoctorando del Instituto de Ciencias Biomédicas (ICB) de la Universidad de São Paulo (USP) y primer autor del artículo.
La investigación tuvo lugar en el marco de la Red de Investigaciones sobre el Virus del Zika de São Paulo (Red Zika), que cuenta con el apoyo de la FAPESP, y contó con la coordinación de Margareth Capurro, docente del ICB-USP.
La captura de los insectos se realizó en febrero de 2016 en seis barrios de la ciudad de Aracaju donde había una gran cantidad de gente con síntomas característicos de arbovirosis (enfermedades transmitidas por artrópodos), tales como fiebre alta y dolor en el cuerpo. La identificación de los lugares estratégicos se llevó a cabo con la colaboración de investigadores del Laboratorio Central de Salud Pública de Sergipe (Lacen-SE), y con la ayuda de un equipo del Ministerio de Salud. Otros investigadores de la USP y del Instituto Butantan también participaron en esa tarea multidisciplinaria concretada en Aracaju.
Los análisis se enfocaron en los tres principales arbovirus en circulación en ese momento: los del dengue, del Zika y del chikunguña.
“Los mosquitos fueron capturados vivos mediante aspiración, tanto en el interior como alrededor de las residencias. Cada vivienda contaba con su respectivo pote de recolección. En el laboratorio se procedió a separar a los insectos según sus especies y por sexos. Las hembras quedaron subdivididas entre las que estaban con el abdomen lleno [señal de que se habían alimentado con sangre recientemente] y las que no lo estaban. Posteriormente, todos fueron congelados y enviados para su análisis a São Paulo”, comentó Costa-da-Silva.
Se recolectaron en total 194 mosquitos de la especie Culex quinquefasciatus, más conocido como mosquito común. En segundo lugar se ubicó el Aedes aegypti, con 50 ejemplares. También se capturaron insectos de otras dos especies del género Aedes: A. scapularis (dos ejemplares) y A. taeniorhynchus (también dos especímenes).
En el laboratorio que coordina Capurro, en la USP, el material genético presente en los cuerpos de los insectos se analizó aplicando una técnica conocida como PCR (reacción en cadena de la polimerasa, por sus siglas en inglés) en tiempo real. La secuenciación y el análisis de genotipo viral se concretaron respectivamente con la colaboración de científicos estadounidenses e investigadores del Laboratorio de Evolución Molecular y Bioinformática, bajo la jefatura del profesor Paolo Zanotto.
En el caso de los mosquitos machos, todo el ARN presente en los cuerpos de los insectos se evaluó en un solo momento. En tanto, en el caso de las hembras, para evitar resultados falsos positivos, se realizó un análisis más detallado, utilizando únicamente el ARN extraído de la región del tórax, donde se encuentran las glándulas salivales.
“Tuvimos ese cuidado porque puede suceder que las hembras se alimenten de sangre contaminada, pero que la infección no se establezca en el insecto. En tal caso, si analizamos todo el ARN presente en el cuerpo del mosquito, puede detectarse el virus”, explicó Costa-da-Silva.
Entre los 248 mosquitos examinados, ninguno estaba infectado con los patógenos causantes del dengue o del zika. Solamente una hembra de la especie Aedes aegypti portaba el virus de la fiebre chikunguña.
“Puede parecer poco, pero una hembra infectada en un grupo de 50 ejemplares es un índice que se considera alto. Sugiere una alta circulación viral y, posiblemente, una epidemia en marcha”, dijo Costa-da-Silva.
El virus del Zika
A juicio de Capurro, no se hallaron en ese estudio insectos infectados con el virus del Zika porque el apogeo de la epidemia que causó este patógeno en el nordeste de Brasil ya había quedado atrás cuando se concretó la captura de insectos. La eclosión de casos empezó en octubre de 2015.
“El equipo estaba preparado para ir de inmediato. La FAPESP aprobó la financiación rápidamente. Pero lo que se demoró fue la negociación con las secretarías de Salud de los estados, a los efectos de obtener la autorización para las capturas. Pese a esa tardanza, logramos demostrar algo que nadie había confirmado todavía en Brasil”, dijo la investigadora.
Capurro recordó que, en la época en que los casos de zika y de chikunguña empezaron a aumentar, existía la sospecha de que el mosquito común también podría estar tomando parte en la propagación de esas enfermedades, pero en ningún estudio aún se ha logrado comprobarlo.
“La seguridad al respecto de cuál es el vector de una epidemia es algo que tiene un impacto directo sobre las medidas de control, pues para cada especie de mosquito se aplican protocolos completamente distintos. Si bien resulta sumamente importante arribar a este tipo de conocimiento, casi toda la inversión destinada a los estudios referentes al zika ha ido a parar al desarrollo de vacunas y de métodos de diagnóstico. No hay recursos para programas piloto de control de mosquitos”, se lamentó.
Según Costa-da-Silva, el grupo pretende realizar capturas y análisis similares a los que se han descrito en este estudio en la región sudeste de Brasil, con su enfoque en la detección del virus del Zika. “Este trabajo todavía no se ha realizado porque no se han detectado áreas prometedoras para la recolección en las cuales haya una gran cantidad de personas con síntomas”, afirmó.
Puede leerse el artículo intitulado First report of naturally infected Aedes aegypti with chikungunya virus genotype ECSA in the Americas, de André Luis Costa-da-Silva, Rafaella Sayuri Ioshino, Vivian Petersen, Antonio Fernando Lima, Marielton dos Passos Cunha, Michael R. Wiley, Jason T. Ladner, Karla Prieto, Gustavo Palacios, Danuza Duarte Costa, Lincoln Suesdek, Paolo Marinho de Andrade Zanotto y Margareth Lara Capurro en el siguiente enlace: journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0005630.
The Agency FAPESP licenses news via Creative Commons (CC-BY-NC-ND) so that they can be republished free of charge and in a simple way by other digital or printed vehicles. Agência FAPESP must be credited as the source of the content being republished and the name of the reporter (if any) must be attributed. Using the HMTL button below allows compliance with these rules, detailed in Digital Republishing Policy FAPESP.