Imagen de un tumor con expresión heterogénea de la EGFR. Las partes marrones indican la zona de expresión de la proteína (imagen: A. C. Camargo Cancer Center)
En una investigación publicada en la revista Human Pathology se muestra que los tumores cuyas células expresan en forma heterogénea al receptor del factor de crecimiento epidérmico son los más peligrosos
En una investigación publicada en la revista Human Pathology se muestra que los tumores cuyas células expresan en forma heterogénea al receptor del factor de crecimiento epidérmico son los más peligrosos
Imagen de un tumor con expresión heterogénea de la EGFR. Las partes marrones indican la zona de expresión de la proteína (imagen: A. C. Camargo Cancer Center)
Por Karina Toledo
Agência FAPESP – Un estudio realizado en el A.C. Camargo Cancer Center y divulgado en la revista Human Pathology revela que el análisis de la expresión de una proteína llamada EGFR (las siglas en inglés de receptor del factor de crecimiento epidérmico), en tumores de vulva, puede ser fundamental en la definición del pronóstico y del tratamiento de los pacientes.
Sucede que el EGFR se relaciona con la capacidad del tumor para multiplicarse y migrar hacia otros lugares del organismo, explicó el investigador Rafael Malagoli Rocha a Agência FAPESP.
“Nuestros resultados, como era de esperarse, mostraron que los tumores que no expresan EGFR son los que mejor responden al tratamiento estándar y cuyas portadoras tienen mayor supervivencia. Lo sorprendente fue descubrir que los tumores mixtos, aquéllos en que parte de las células expresan y parte no expresan ese receptor, tienen un pronóstico peor que los tumores en los cuales todas las células expresan EGFR”, comentó Malagoli Rocha.
La investigación se realizó durante el doctorado de Beatriz de Melo Maia, bajo la dirección de Malagoli Rocha y con beca de la FAPESP.
Se analizaron 150 muestras de portadoras de carcinoma de células escamosas de vulva atendidas en el A.C. Camargo Cancer Center entre 1979 y 2007. Mediante análisis de inmuno-histoquímica, los investigadores verificaron si las células tumorales expresaban o no el receptor del factor de crecimiento epidérmico.
Al cruzar los resultados del análisis con los datos clínicos de las pacientes, los investigadores verificaron que las portadoras de tumores con expresión heterogénea fueron aquéllas que tuvieron menor supervivencia.
“En estos casos, las células de un mismo tumor responden de manera distinta al tratamiento estándar. Creemos que esos tumores con subpoblaciones celulares distintas tienen mayor capacidad adaptativa y, por ende, mayores condiciones de promover metástasis”, contó Rocha.
Análisis de rutina
De acuerdo con Malagoli Rocha, el análisis de la expresión de EGFR forma parte de la rutina clínica para otros tipos de cáncer, y sería relativamente sencillo adoptar este método en el seguimiento de tumores de vulva.
El investigador también aboga por la realización de ensayos clínicos con drogas existentes capaces de inhibir la expresión de EGFR, a los efectos de descubrir si son eficaces en el tratamiento de tumores de vulva con expresión homogénea o heterogénea.
“Debemos ver al cáncer como una enfermedad altamente heterogénea. Una sola alternativa terapéutica puede, por lo tanto, no ser suficiente. Las combinaciones de drogas específicas y adecuadas a cada caso pueden ayudar cada vez más a obtener mejores resultados”, argumentó.
Según Malagoli Rocha, el tratamiento estándar actual para el cáncer de vulva incluye, además de la quimio y la radioterapia, la resección quirúrgica del tumor. Este procedimiento suele ser invasivo y tienen un fuerte impacto psicosexual en las pacientes. “Nuestro objetivo al investigar la biología molecular del cáncer apunta a encontrar alternativas terapéuticas menos mutiladoras”, dijo.
Para el investigador, el cáncer de vulva puede considerarse como una enfermedad olvidada en todo el mundo, fundamentalmente debido a que se encuentra asociado a un comportamiento sexual considerado promiscuo. Alrededor del 40% de los casos se relacionan con la infección previa por el virus VPH y se producen en mujeres jóvenes.
La enfermedad corresponde a entre el 3% y el 5% de las neoplasias del tracto genital femenino, con una incidencia mundial de 100 mil casos por año. Los principales síntomas son el prurito en el lugar de la lesión, la ulceración, el sangrado, la secreción y la aparición de verrugas. En algunos casos, la paciente puede presentar disfunción urinaria.
Genes expresados diferencialmente
En un segundo análisis cuyos resultados saldrán publicados en poco tiempo más, el grupo del A.C. Camargo comparó la expresión génica de las 150 muestras de tumores con la de células sanas de vulva.
“Hicimos un screening con más de 20 mil genes para ver cuáles se encontraban expresados diferencialmente en muestras de cáncer y en tejidos normales. Puedo adelantar que encontramos dos genes expresados diferencialmente en el cáncer de vulva, y esta diferencia se relaciona con el aumento de la cantidad de copias y también con el peor pronóstico en las pacientes”, comentó Malagoli Rocha.
El artículo intitulado EGFR expression in vulvar cancer: clinical implications and tumor heterogeneity (doi: 10.1016/j.humpath.2014.01.015), puede leerse en: www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0046817714000513.
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