El tema fue abordado por el investigador Humberto Ribeiro da Rocha, de la Universidad de São Paulo, durante una conferencia del programa BIOTA-FAPESP (foto: Sabesp)
El tema fue abordado por el investigador Humberto Ribeiro da Rocha, de la Universidad de São Paulo, durante una conferencia del programa BIOTA-FAPESP
El tema fue abordado por el investigador Humberto Ribeiro da Rocha, de la Universidad de São Paulo, durante una conferencia del programa BIOTA-FAPESP
El tema fue abordado por el investigador Humberto Ribeiro da Rocha, de la Universidad de São Paulo, durante una conferencia del programa BIOTA-FAPESP (foto: Sabesp)
Por Karina Toledo
Agência FAPESP – Los eventos climáticos extremos, tales como las sequías prolongadas, las fuertes tempestades y las olas de calor o de frío intenso, se volverán más frecuentes en la medida en que la temperatura del planeta se eleve, lo que podrá impactar sobre la disponibilidad de recursos hídricos en los grandes centros urbanos brasileños.
Esta evaluación estuvo a cargo del investigador Humberto Ribeiro da Rocha, del Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas (IAG/ USP), durante una conferencia dictada en el marco del tercer encuentro del Ciclo de Conferencias 2014 del programa BIOTA-FAPESP Educación, realizado el día 24 de abril en São Paulo.
De acuerdo con Ribeiro da Rocha, la oferta de agua en Brasil es –en promedio– mucho mayor que la demanda. Con un caudal de 5.660 kilómetros cúbicos de agua anuales (km³/a), los ríos brasileños concentran alrededor del 12% de la disponibilidad hídrica mundial. La población consume alrededor de 74 km³/a, menos del 2% de la cantidad ofertada. Sin embargo, como los recursos hídricos se distribuyen de manera desigual, hay regiones que padecen problemas de desabastecimiento.
“Alrededor del 80% de los recursos hídricos se concentra en la Cuenca Amazónica, en tanto que existen regiones donde escasean, tales como el sertón del nordeste, en donde sólo es posible sobrevivir gracias a las grandes represas”, afirmó.
Mientras que en el nordeste y en el norte de Minas Gerais la falta de lluvia constituye la principal causa de la escasez hídrica, según añadió el investigador, en los grandes centros urbanos como São Paulo, Río de Janeiro, Belo Horizonte, Porto Alegre y Goiânia el problema es la densificación poblacional.
“Existe una grande dificultad para consolidar sistemas de abastecimiento que acompañen el crecimiento poblacional y la demanda del sector industrial y el agrícola. Todos trabajan al límite, y cuando se produce un evento climático extremo como la sequía que afectó a São Paulo durante el último verano, el abastecimiento entra en crisis”, evaluó.
Aunque a nivel global se estime un aumento del 10% en el volumen de lluvias debido al calentamiento global, como resultado de una mayor evaporación del océano fundamentalmente, determinadas regiones podrán sufrir sequías.
“La redistribución de calor en el océano puede formar piscinas calientes y frías, lo que distorsiona el régimen de lluvias en el continente. Puede pasar a llover más en ciertas regiones y menos en otras”, afirmó Rocha.
De acuerdo con el investigador, el llamado veranillo (con altas temperaturas y escasez de lluvias) que afectó a São Paulo a comienzos de 2014 fue causado por la formación de una piscina de agua caliente en la zona tropical del Atlántico. “Por algún motivo, los frentes fríos que suelen enfriar el agua del océano no llegaron. La piscina fue se fue calentando cada vez más y bloqueando la entrada de nuevos frentes fríos. La temperatura del océano constituye un factor de gran impacto en el régimen de lluvias del continente”, dijo.
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