A diferencia de los ecosistemas de innovación más maduros, las deep techs brasileñas tardan más de cinco años para empezar a crecer (imagen: Freepik*)
Entre las 875 deep techs que se mapearon en el país en el marco de un informe elaborado por la consultora Emerge en asociación con Cubo Itaú, el 28 % contó con recursos del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas de la FAPESP
Entre las 875 deep techs que se mapearon en el país en el marco de un informe elaborado por la consultora Emerge en asociación con Cubo Itaú, el 28 % contó con recursos del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas de la FAPESP
A diferencia de los ecosistemas de innovación más maduros, las deep techs brasileñas tardan más de cinco años para empezar a crecer (imagen: Freepik*)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – En la actualidad existen en Brasil alrededor de 900 deep techs, tal el nombre que se les da a las startups que se enfocan en la creación de tecnologías basadas en avances científicos que afrontan o han superado riesgos de desarrollo y cuentan con un gran potencial para impulsar cambios, establecer nuevas industrias y reinventar las actuales.
La ubicación de esas deep techs se concentra casi en un 70 % en la región sudeste del país, y casi el 55 % en el estado de São Paulo, debido entre otras razones a la disponibilidad de recursos de fomento de esas startups, especialmente provenientes del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP.
Estas constataciones aparecen en el informe Deep Techs Brasil 2024, elaborado por la consultora Emerge en asociación con Cubo Itaú (un hub de innovación del mayor banco privado de Brasil) y Chemical Abstract Services (CAS).
En el referido informe se hace hincapié en que las deep techs han venido cobrando relieve en los escenarios de inversiones y en los ámbitos industrial, gubernamental y académico debido a que contribuyen para solucionar grandes retos globales, como así también porque aportan al desarrollo socioeconómico.
Mediante consultas a las bases de fomento y apoyo a startups con ese perfil, en fuentes abiertas de datos de startups y con un mapeo propio, Emerge detectó la existencia de 875 deep techs en Brasil que operan en diversos sectores, con un 55,2 % en el estado de São Paulo y un 28 % con aportes de recursos del PIPE-FAPESP.
“Este contexto refleja el fuerte estímulo e igual apoyo al desarrollo de startups, con el estado de São Paulo como pionero y sede de los principales ecosistemas de innovación en Brasil. Asimismo, en el estado paulista están algunas de las más renombradas universidades y centros de investigación del país, tales como las universidades de São Paulo (USP), de Campinas (Unicamp) y Estadual Paulista (Unesp), aparte del Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) y el Centro Nacional de Investigaciones en Energía y Materiales (CNPEM)”, consignaron los autores del referido documento.
“Las iniciativas de fomento a la innovación de base científica, tales como los pliegos de concurso de las fundaciones de apoyo de los estados (FAP) y los programas regionales, como es el caso del Innova Amazonia, han venido haciendo su aporte al crecimiento de los ecosistemas en otras unidades federativas brasileñas”, afirmaron.
Los desafíos de la financiación
A diferencia de los ecosistemas de innovación más maduros, las deep techs brasileñas tardan más de cinco años para empezar a crecer. Hay organizaciones que están presentes en el mercado desde hace más de una década y aún no han logrado avanzar en el escalamiento de sus tecnologías, según constataron los autores.
“El reto de obtener financiación para el desarrollo de tecnologías en Brasil es grande y muchas startups terminan dependiendo de los pliegos de fomento o de las subvenciones económicas, con lo cual su ritmo de crecimiento se vuelve extremadamente lento”, verificaron.
La mayoría de las startups deep techs brasileñas que aparecen en el estudio aún se enfocan en el desarrollo de sus tecnologías, y tan solo en un 30 % de los casos esas organizaciones avanzan hacia las fases de escalamiento, comercialización y expansión. Esas startups afrontan un desafío significativo entre el desarrollo inicial y final de sus soluciones, que pasa por la comprobación de la factibilidad y la aplicabilidad de sus tecnologías para atender demandas del mercado.
“Durante esa transición, esas firmas afrontan un obstáculo crítico relacionado con el capital, pues las fuentes de fomento público generalmente no se aplican a ese estadio de madurez y las inversiones privadas son escasas debido al riesgo asociado a la también escasa madurez tecnológica”, afirmaron.
Los programas de subvención y de fomento público y los inversores ángeles representan el 70 % de las inversiones en las deep techs brasileñas. En el caso de las que percibieron más de 5 millones de reales de inversiones, el 70 % se valió de recursos públicos, según constataron los autores.
“Dado el riesgo asociado al desarrollo tecnológico de las deep techs, la combinación con inversiones públicas no reembolsables se erige como una estrategia necesaria para gran parte de las startups. La FAPESP, la Finep [que es la Financiadora de Estudios y Proyectos, una agencia del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) de Brasil], Sebrae [el Servicio Brasileño de Apoyo a las Micro y Pequeñas Empresas, una organización sin fines de lucro] y Embrapii [la Empresa Brasileña de Investigación e Innovación Industrial, también ligada al MCTI] han venido cumpliendo un rol sumamente relevante en este ecosistema brasileño. De la misma manera, la cadena de inversiones privadas es compleja y requiere de la existencia de varios tipos de inversores en cada etapa del desarrollo de la tecnología y de la maduración del negocio”, compararon.
El modelo de negocio de las deep techs brasileñas se concentra en el desarrollo de nuevas tecnologías para las ventas directas o las licencias que se les otorgan a grandes industrias, y sus principales segmentos de mercado son los de la salud y del agronegocio.
Al comparar la tasa de crecimiento promedio de los sectores de la salud (un 19,8 %) y del agro (un 20,8 %) entre 2015 y 2024, los autores detectaron que la misma se ubica cerca del promedio de los demás sectores (el 18,8 %).
“Este dato refuerza la idea de que, pese al evidente potencial en ambos sectores, existe un a expansión de startups deep techs que se fundan con la mira puesta en los demás sectores y, por consiguiente, una ampliación de sus oportunidades”, estimaron.
Puede accederse al informe al que aquí se hace referencia este sitio web: emergebrasil.in/panorama-startups-deep-tech-brasileñas/.
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