Los indicadores de pérdidas económicas provocadas por la polución atmosférica sobre la salud de la población de las ciudades aún son poco tangibles, evaluó el coordinador de salud pública y medio ambiente de la OMS (foto: Elton Alisson)
Los indicadores de pérdidas económicas provocadas por la polución atmosférica sobre la salud de la población de las ciudades aún son poco tangibles, evaluó el coordinador de salud pública y medio ambiente de la OMS
Los indicadores de pérdidas económicas provocadas por la polución atmosférica sobre la salud de la población de las ciudades aún son poco tangibles, evaluó el coordinador de salud pública y medio ambiente de la OMS
Los indicadores de pérdidas económicas provocadas por la polución atmosférica sobre la salud de la población de las ciudades aún son poco tangibles, evaluó el coordinador de salud pública y medio ambiente de la OMS (foto: Elton Alisson)
Elton Alisson, desde París | Agência FAPESP – Las estimaciones existentes actualmente en cuanto a los impactos económicos de la contaminación ambiental sobre la salud de la población de las ciudades son poco tangibles, evalúa el epidemiólogo brasileño Carlos Francisco Dora, coordinador de salud pública y medio ambiente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
A los efectos de poder evaluar con mayor precisión los reales beneficios de la implementación de políticas públicas destinadas a la disminución de la polución atmosférica sobre la salud en distintas ciudades en el mundo y poder suministrarle a la sociedad civil este tipo de información, la institución está desarrollando un sistema de monitoreo con enfoque local, según comentó Dora en la siguiente entrevista, concedida a Agência FAPESP durante la 21ª Conferencia de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP21).
Dora, un experto en la evaluación de impactos de políticas públicas sobre la salud pública, explica por qué la OMS decidió crear un sistema de monitoreo de los beneficios de iniciativas implementadas en diversas ciudades con el objetivo de disminuir la contaminación específicamente –y no de mitigar los impactos de los cambios climáticos– y también se refiere a los resultados esperables del encuentro de París, que resultaron en un nuevo acuerdo climático global.
Agência FAPESP – ¿Por qué la OMS decidió monitorear los impactos sobre la salud de políticas públicas orientadas específicamente a la disminución de la contaminación en las ciudades y no a la mitigación o a la adaptación al cambio climático?
Carlos Dora – La contaminación tiene una conexión muy clara o cercana con la cuestión del clima. La diferencia reside en que el impacto de la contaminación atmosférica sobre la salud es muy rápido y el del clima surge más bien a largo plazo. Por eso la OMS está trabajando con la contaminación en el ámbito de la salud, porque ésta tiene impactos locales y a corto plazo. Por eso resulta importante para nosotros documentar los beneficios esperables a partir de algunas políticas que São Paulo va a implementar, que son parecidas, pero que no son las mismas que las de las ciudades de México o de Pekín, por ejemplo, y analizar esto exhaustivamente en el ámbito local, a los efectos de crear indicadores de costos y beneficios tangibles para la población de la ciudad. El New Climate Economy [una iniciativa internacional que apunta a analizar los beneficios y los costos de acciones relacionadas con el cambio climático] estima que la contaminación causa un costo de 3 millones de euros por habitante en Europa, pero no se sabe quién paga ni tampoco quién se beneficia a causa de estos costos. Y para poder evaluar los impactos de la contaminación sobre la salud, es necesario verificar cuál es el costo local –en cada ciudad específicamente–, además de analizar las políticas que existen en esas ciudades para operar con esta cuestión y los beneficios que determinadas acciones podrán tener con respecto a la salud de la población.
Agência FAPESP – ¿Qué se espera de este sistema de monitoreo de políticas públicas orientadas a la disminución de la contaminación en las ciudades?
Carlos Dora – La OMS produce actualmente indicadores referentes a la polución del aire en las ciudades. La unidad que coordino en Ginebra, además de hacerlo con esos indicadores, también trabaja con programas que relacionan energía, transporte y vivienda con salud. Ahora estamos reuniendo todo este conjunto de indicadores en un programa de evaluación de políticas públicas destinadas a disminuir la contaminación ambiental en las ciudades, para evaluar los impactos de esas acciones sobre la salud. Esto permitirá suministrarle a la sociedad civil, a las universidades y a los gobiernos este tipo de información, porque observamos que falta una conexión entre la contaminación y la salud. La idea del sistema de monitoreo consiste en hacer un seguimiento de qué está sucediendo en las ciudades en términos de políticas públicas orientadas a disminuir la contaminación de una manera un poco más dinámica.
Agência FAPESP – ¿Por qué decidieron monitorear, entre las políticas públicas de las ciudades, aquéllas orientadas específicamente al transporte, la vivienda, la energía y gestión de residuos?
Carlos Dora – Las ciudades tienen un nivel de autonomía bastante grande. Estamos enfocándonos en las políticas de transporte, vivienda, energía y gestión de residuos en los hogares porque son áreas que tienen con una gobernanza muy fuerte a nivel urbano y en las cuales los gobiernos tienen una gran posibilidad de actuación. Empezamos trabajando con algunas ciudades, pero el objetivo es que el sistema se utilice para evaluar a todas las ciudades del mundo y que se pueda tener acceso a este tipo de información.
Agência FAPESP – ¿Por qué la salud pública constituye un buen indicador para evaluar los reales impactos de las políticas públicas orientadas a la reducción de la contaminación ambiental a nivel global?
Carlos Dora – Porque la salud pública tiene presencia global. Cualquier poblado, cualquier pequeña ciudad tiene sus sistema de salud. Asimismo, el sistema de salud tiene una gran capacidad de informar a la población acerca de las políticas públicas existentes en las ciudades. La OMS brinda orientaciones a los sistemas de salud del mundo sobre cómo se puede ayudar a prevenir enfermedades. Lo que estamos planteando ahora es que los sistemas de salud pueden trabajar algunos de estos temas de prevención mediante políticas públicas, informando a los pacientes atendidos sobre las políticas existentes en las ciudades, tales como la recolección selectiva de residuos, por ejemplo.
Agência FAPESP – ¿De qué modo puede influir el sistema público de salud en las políticas públicas orientadas hacia la disminución de la contaminación en las ciudades?
Dora – El sistema de salud puede informar sobre qué puede hacerse, pero no puede definir qué debe hacerse en el área de transporte, por ejemplo. Puede ayudar a los tomadores de decisiones respecto a cuáles son las mejores políticas públicas para la salud y cómo puede evaluarse el impacto de una determinada acción de gobierno, por ejemplo. Hemos trabajado durante mucho tiempo con este tipo de acciones en la OMS a nivel internacional. Ahora estamos elaborando un “paquete” para las ciudades y vamos a probarlo. Vamos a empezar a realizar este trabajo a comienzos de 2016.
Agência FAPESP – ¿Los sistemas de salud contarán con incentivos para eso?
Dora – El sistema de atención y cuidado de la salud divide los costos. No existen muchos mecanismos de incentivo para que el sistema de salud se aboque a la prevención. El sector de medicamentos, que es muy necesario, no tiene interés en eso. Quienes sí tendrían interés serían los seguros de salud. Habrá que pensar en mecanismos destinados a generar demanda e identificar a los interesados que puedan invertir en esto. Existen algunos mecanismos de mercado que pueden emplearse, pero yo creo que la gestión de la demanda exige realmente que mucha gente piense en estos temas. Por eso el sistema de salud tiene una función potencialmente importante, que es la de poder informar y generar este tipo de demanda, a los efectos de lograr algunas soluciones más sostenibles y más sanas para la población de las ciudades.
Agência FAPESP – ¿Cuál es la barrera que existe actualmente en lo que hace a la aplicación de los indicadores de costos de contaminación para la mejora de los sistemas de salud?
Dora – Es muy fácil calcular los costos de la contaminación ambiental en la salud humana. El sistema de salud es sumamente rico en información sobre cuánto cuesta en promedio tratar cada enfermedad relacionada con la polución. Pero esta información no está utilizándose para promover la prevención. Se la utiliza para calcular cuántos médicos se necesitan y qué tamaño debe tener el hospital, para pensar la gestión de los servicios. Establecemos escasa conexión con la prevención. Ésta es una de las cosas que queremos cambiar. Por eso estamos empleando gente que hace economía de la salud: precisamente para romper esa barrera para crear esa conexión.
Agência FAPESP – ¿Que espera la OMS de la COP21 en términos de políticas públicas orientadas a la disminución de la contaminación ambiental en las ciudades?
Dora – Esperamos el acuerdo, por supuesto. Pero también esperamos que la gente no aguarde el acuerdo para hacer algo concreto, porque los impactos sobre la salud aparecen a corto plazo. Y cualquier acuerdo sólo existe si se lo implementa, y son las ciudades, los estados y los individuos quienes van a implementarlo.
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