Durante la FAPESP Week New York se debatieron las noticias forjadas y el rol de los medios sociales durante las recientes elecciones en Brasil, y la importancia de verificar los hechos al hacer periodismo (foto: Eugênio Bucci, profesor titular de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (ECA-USP)/ Heitor Shimizu, Agência FAPESP)
Durante la FAPESP Week New York se debatieron las noticias forjadas y el rol de los medios sociales durante las recientes elecciones en Brasil, y la importancia de verificar los hechos al hacer periodismo
Durante la FAPESP Week New York se debatieron las noticias forjadas y el rol de los medios sociales durante las recientes elecciones en Brasil, y la importancia de verificar los hechos al hacer periodismo
Durante la FAPESP Week New York se debatieron las noticias forjadas y el rol de los medios sociales durante las recientes elecciones en Brasil, y la importancia de verificar los hechos al hacer periodismo (foto: Eugênio Bucci, profesor titular de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (ECA-USP)/ Heitor Shimizu, Agência FAPESP)
Por Heitor Shimizu, desde Nueva York (EE.UU.) | Agência FAPESP – Las recientes elecciones en Brasil estuvieron signadas por una combinación entre desinformación, cadenas de WhatsApp, redes sociales, ideologías conservadoras y discursos populistas de derecha. Éste fue el análisis de Eugênio Bucci, profesor titular de la Escuela de Comunicación y Artes de la Universidad de São Paulo (ECA-USP), durante la FAPESP Week New York, realizada por la FAPESP junto a la City University of New York (CUNY) y el Wilson Center entre los días 26 y 28 de noviembre en el Graduate Center de la CUNY.
“¿Por qué? Aún no contamos con respuestas concluyentes. Necesitamos investigar más, necesitamos más y mejores datos, más ciencia y más filosofía para entender qué pasó”, dijo Bucci, quien fue uno de los expositores en el marco de un panel sobre “Las noticias falsas y los medios sociales durante las campañas políticas”.
“Los resultados de las elecciones presidenciales de Brasil este año atestiguan una clara desmoralización de la política tradicional. Las llamadas noticia falsas –o, para emplear un concepto mejor, la desinformación– cumplieron un rol central en la campaña del ganador, el candidato Jair Bolsonaro”, dijo Bucci.
“Su éxito se elaboró en las redes sociales. Bolsonaro tenía tan sólo algunos segundos por día en la propaganda política obligatoria. Otros candidatos tuvieron varios minutos. Ningún partido fuerte apoyaba su candidatura. Pero en los medios sociales, él superó a sus rivales. Llegó a una marca de 8,7 millones de seguidores en Facebook y de 2,37 millones en Twitter. Fernando Haddad, el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), quien se ubicó en segundo lugar en las elecciones, llegó a 1,7 millones en Facebook y a 1 millón en Twitter”, dijo.
Bucci destacó que un aspecto original de la campaña de Bolsonaro fue el gran uso de WhatsApp. “Si bien no se considera técnica o legalmente que sea una red social, WhatsApp, en el caso brasileño, tuvo el efecto de una enorme red social. WhatsApp se encuentra protegido por la confidencialidad de la correspondencia. Debido a ello, los investigadores no tienen acceso. No sabemos exactamente qué sucede en su interior”, dijo.
Bucci mencionó una encuentra dada a conocer por el instituto Datafolha el pasado 2 de octubre, según la cual seis de cada diez apoyadores de Bolsonaro dijeron que se informaban al respecto de las elecciones vía WhatsApp.
“Es importante recordar que la propagación de noticias falsas no es únicamente producto de la tecnología sino también una acción de multitudes, de multitudes de personas reales. La noticia falsa o falsificada crece mucho más rápido que la noticia real a causa de la gente y no sólo a causa de la tecnología”, dijo Bucci, quien es miembro del consejo editorial de la revista Pesquisa FAPESP y fue miembro del consejo deliberativo del Instituto de Estudios Avanzados de la USP.
Bucci citó un estudio realizado por investigadores del Media Lab del Massachusetts Institute of Technology (MIT). En dicho trabajo, se analizaron 126 mil historias compartidas por aproximadamente tres millones de personas en Twitter, y se verificó que era un 70% más probable que se compartieran fake news que historias reales.
“Y entonces nos deparamos con algo extraño. Aunque todos, a la izquierda o a la derecha del ambiente político, usen noticias falsas, por alguna razón la gente de derecha parece compartirlas más. Deseo ser muy claro en este punto. Yo no digo que la gente de derecha tiene la exclusividad de actuar con noticias falsas o con otras técnicas de desinformación. De ninguna manera. Lo único que digo, con base en encuestas de opinión pública, es que entre varones y mujeres de derecha este comportamiento parece ser más frecuente y más intenso”, dijo.
Bucci citó a la filósofa Hannah Arendt (1906-1975), quien en diversas obras puso de relieve que la política en democracia sólo puede hacerse con base en los hechos.
“Los hechos y las opiniones, si bien deben mantenerse separados, no son antagónicos unos con otros: pertenecen al mismo dominio. Los hechos informan opiniones y las opiniones, inspiradas en intereses y en pasiones distintas, pueden diferir ampliamente y aun así ser legítimas, en tanto y en cuanto respeten la verdad fáctica, dijo Arendt.”
“De acuerdo con Arendt, la verdad fáctica debe constituir la base del pensamiento político. Y a menos que la información fáctica esté asegurada y que los hechos en sí mismos no se encuentren en disputa, la libertad de opinión es una farsa”, dijo Bucci.
Chequeo y veracidad
“No me gusta la expresión ‘noticias falsas’, prefiero decir ‘noticias forjadas’. Porque la expresión fake news se convirtió en una especie de arma contra los periodistas. Algunos dicen que estamos viviendo en una era de la posverdad, pero yo creo que estamos viviendo en una era de una verdad profunda. Las verdades se encuentran mejor escondidas y necesitamos esforzarnos más para traerlas a la superficie”, dijo Barbara Gray, docente del Craig Newmark Graduate School of Journalism de la CUNY, otra participante en el panel.
“El periodismo es una disciplina de chequeo. Nuestro trabajo consiste en ser escépticos, pero no cínicos. Debemos buscar evidencias, y chequear y volver a chequear nuestras fuentes”, dijo Gray, quien fue directora de investigación del periódico New York Times.
Según Gray, los periodistas de hoy en día deben volver a ser como los de antes, que hacían de todo. “Los nuevos profesionales de prensa deben saber cómo averiguar, escribir, editar, sacar fotos y hacer videos. Pero también deben chequear todo, dedicándose intensamente a la veracidad de los hechos. La veracidad es investigar. El periodista debe ir a fondo en el tema sobre el cual está escribiendo”, dijo.
“En nuestras carreras de periodismo les enseñamos a los alumnos a chequear. Ellos odian hacer eso, ya que es un proceso minucioso y aburrido, pero después dicen que es lo mejor que aprendieron”, dijo Gray.
El panel “Las noticias falsas y los medios sociales en las campañas políticas” también contó la participación de Michelle Strah, docente del John Jay College de la CUNY, Paulo Sotero, director del Brazil Institute del Wilson Center, y Carlos Eduardo Lins da Silva, consultor de comunicación de la FAPESP.
Sepa más sobre la FAPESP Week New York en el siguiente enlace: www.fapesp.br/week2018/newyork.
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