El Agropolo Campinas-Brasil da inicio a un estudio destinado a mapear oportunidades para el desarrollo de una economía que utilice recursos biológicos en forma sostenible (foto: Diego Freire/ Agência FAPESP)
El Agropolo Campinas-Brasil da inicio a un estudio destinado a mapear oportunidades para el desarrollo de una economía que utilice recursos biológicos en forma sostenible
El Agropolo Campinas-Brasil da inicio a un estudio destinado a mapear oportunidades para el desarrollo de una economía que utilice recursos biológicos en forma sostenible
El Agropolo Campinas-Brasil da inicio a un estudio destinado a mapear oportunidades para el desarrollo de una economía que utilice recursos biológicos en forma sostenible (foto: Diego Freire/ Agência FAPESP)
Por Diego Freire | Agência FAPESP – Brasil es el segundo exportador global en agronegocios y, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), cuenta con potencial para expandir aún más su área agrícola, al menos en 70 millones de hectáreas, lo que podría incrementar un 136% la actual producción de granos y fibras, que actualmente suma alrededor de 210 millones de toneladas.
Con el objetivo de discutir estrategias para que éste y otros potenciales del país puedan aprovecharse plenamente sin detrimento de la sostenibilidad, el Agropolo Campinas-Brasil ha iniciado un mapeo de las áreas estratégicas de investigación e inversiones para el desarrollo de una bioeconomía en esa zona y en el país: una economía que reúna a los sectores que utilizan recursos biológicos de manera sostenible. Esta iniciativa se dio a conocer en el marco del 1º Workshop Bioeconomía, una Oportunidad para Brasil, realizado en el Instituto Agronómico (IAC) de Campinas (São Paulo), entre los días 28 y 29 de junio.
“Brasil es un gran jugador en commodities agrícolas, pero todavía tiene mucho por desarrollar en valor agregado para sus productos. Con una población de más de 200 millones de personas, el país necesita una nueva economía, un modelo económico que nos permita explotar de manera sostenible nuestro enorme potencial, proveniente de nuestra abundancia de tierras fértiles, de una biodiversidad sin igual y de la gran variedad de recursos humanos que posee, cada vez más calificados. Esto es lo que propone la bioeconomía”, dijo Sérgio Augusto Morais Carbonell, director general del IAC y presidente de la Secretaría Ejecutiva del Agropolo Campinas-Brasil.
Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP, participó en las discusiones y destacó experiencias exitosas en investigaciones tendientes al desarrollo de la bioeconomía.
“Debido a sus características naturales y a otras condiciones, Brasil es quizá el país con mayor potencial de desarrollo en áreas de la bioeconomía. Pero, a diferencia de lo que sucede en otras áreas, en las que se nos suele acusar de ser negligentes, la bioeconomía constituye un ejemplo de lo que hacemos mejor, con experiencias exitosas en investigación, ciencia y tecnología y también en medidas que disminuyen los precios de los alimentos y hacen que crezca la productividad agrícola, al conectar ciencia y resultados prácticos. El hecho de que ya exista esta conexión realza la importancia de esta iniciativa plasmada en Campinas y los esfuerzos tendientes lograr una mayor eficiencia aún en esto”, sostuvo.
De acuerdo con Brito Cruz, la FAPESP apoyará esta iniciativa. El director científico también informó que la Fundación ha mantenido diálogos con la Secretaria de Agricultura y Abastecimiento del Estado de São Paulo apuntando a que lleguen periódicamente a los institutos de investigación ligados a este organismo contingentes de científicos extranjeros, seleccionados en el marco del programa Jóvenes Investigadores en Centros Emergentes.
“Una vez creadas las oportunidades de trabajo para esos investigadores en instituciones del estado de São Paulo, contaríamos con los esfuerzos de investigación de buenos científicos jóvenes, que oxigenarán nuestro sistema e estudiarán temas estratégicos definidos por la secretaría”, dijo.
Arnaldo Jardim, secretario de Agricultura y Abastecimiento de la Gobernación de São Paulo, se refirió en la oportunidad a la urgencia de la transición de una economía dependiente de recursos fósiles a la bioeconomía.
“Con los cambios climáticos globales y los compromisos que Brasil suscribió en la COP 21 (la 21ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático), sumados a la rigurosa legislación existente en el estado, que impone metas audaces tendientes a la disminución de gases de efecto invernadero, se vuelve urgente el desarrollo de la bioeconomía en São Paulo y en Brasil en general. Sólo lograremos cumplir las metas con las cuales nos comprometimos, referentes a la sostenibilidad de nuestra economía, si impulsamos cambios en los estándares de producción y de consumo. Para ello, la bioeconomía es indispensable.”
Colaboraciones internacionales
Para Luuk van der Wielen, director del Biotechnology based Ecologically Balanced Sustainable Industrial Consortium (BE-Basic), “Brasil cuenta con todas las oportunidades como para desarrollar la economía de base biológica de una forma benéfica”.
Ese consorcio, de naturaleza pública privada y orientado hacia el desarrollo de soluciones industriales basadas en biotecnología, mantiene acuerdos de cooperación con la FAPESP desde 2010.
“La iniciativa del Agropolo Campinas-Brasil es sumamente interesante para los brasileños, pero también lo es para nuestros socios industriales, pues ayuda en el desarrollo de negocios de base biológica y brinda confiabilidad a los recursos a largo plazo”, dijo van der Wielen.
También según el directivo, empresas holandesas ya ha manifestado interés en la iniciativa. La oficina de BE-Basic en Campinas dará apoyo a la participación internacional.
Roadmap
Este workshop fue el primero de una serie, que se realizarán con el objetivo de detectar oportunidades en bioeconomía y desarrollar un roadmap para la concreción de inversiones en el área.
“Tan importante como las directrices que saldrán de ese roadmap cuando esté listo es el roadmaping, es decir, todo el proceso de desarrollo de la iniciativa, que definirá los intereses de investigación del sector productivo, los medios de acceso a nuevas fuentes de financiación para el desarrollo de tecnología y de innovación en campos de la bioeconomía, las colaboraciones necesarias para el fortalecimiento del área, las estrategias tendientes a atraer inversiones hacia el sector y la prospección de nuevos mercados para las empresas, entre otros aspectos”, sostuvo Rodrigo Leal, del Núcleo Interdisciplinario de Planificación Energética de la Universidad de Campinas (Nipe-Unicamp), responsable de la metodología del roadmap.
La iniciativa de Campinas se inspira en la de Agropolis International, una asociación francesa creada en 1986 y considerada una de las mayores concentraciones de capacidades en las áreas de agricultura, alimentación, biodiversidad y medio ambiente. Para Eric Fargeas, director de dicha institución, “el roadmap brasileño cuenta con potencial para impulsar la bioeconomía local, a ejemplo de lo que se ha hecho en otras regiones del mundo”.
“Se trata de una iniciativa basada en el concepto de innovación colaborativa, cuyo objetivo es desarrollar proyectos de cooperación técnica en diversos sectores. Coexisten en Brasil condiciones importantes para ello: hay áreas con gran potencial para la agricultura y existen buenas perspectivas para la producción de materias primas agrícolas; pero se necesita invertir más en el desarrollo de un ambiente lo suficientemente favorable a la innovación en bioeconomía. La zona de Campinas es reconocida mundialmente en el campo de los agronegocios, pero aún queda un largo camino por recorrer rumbo a la valoración de los productos brasileños en el mercado internacional. El roadmap que está empezando a delinearse ayudará a integrar el conocimiento existente en los institutos de investigación científica brasileños con los intereses del sector privado, promoviendo así una revolución económica en el país”, sostuvo Fargeas.
El alcalde de Campinas, Jonas Donizette, quien preside el Agropolo Campinas-Brasil, integró en abril una misión con destino a Montpellier, en Francia, sede de Agropolis International.
“Pudimos confirmar durante ese viaje la importancia de ese agropolo para la ciudad, para la dinámica de su economía. También pudimos observar que, al igual que las que existen en Campinas, ellos contaban con redes de esfuerzos y fueron fomentando interconexiones entre ellas. Estamos haciendo lo nuevo a partir de aquello que existe: pocas ciudades cuentan con este potencial. Nuestros esfuerzos se destinarán a agregar valor, generar empleo y disminuir las emisiones de CO2”, afirmó Donizette durante el workshop.
Agropolis International es uno de los miembros del Agropolo Campinas-Brasil, compuesto también por la Secretaría de Agricultura y Abastecimiento, a través del IAC, el Instituto de Tecnología de Alimentos (ITAL) y el Instituto Biológico (IB); la Secretaría de Desarrollo Económico, Ciencia, Tecnología e Innovación; la Municipalidad de Campinas; la Unicamp y la Asociación de Propietarios del Techno Park Campinas (Asocitech). En carácter de instituciones asociadas figuran la estatal Empresa Brasileña de Investigación Agropecuaria (Embrapa) y el Consulado general de Francia en São Paulo.
El roadmap desarrollado por el Agropolo estará listo en 2018. Hasta ese entonces se realizarán otros workshops, tres de ellos programados para el segundo semestre de 2016, sobre agricultura, alimentos y salud, química verde y bioenergía.
“Durante los próximos meses desarrollaremos derroteros conjuntos que servirán de orientación respecto al plan de actividades. Es un paso histórico, con base en los puntos fuertes del sector agrícola, que aporta nuevos modelos tendientes a la realización de negocios innovadores”, dijo Luís Augusto Barbosa Cortez, vicerrector ejecutivo de Relaciones Internacionales de la Unicamp y miembro de la Coordinación Adjunta de Programas Especiales de la FAPESP.
Más información en: iac.sp.gov.br/agropolocampinasbrasil.
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