Colonias de E. coli (a la izquierda) y antibiograma de la bacteria (a la derecha), en el cual cada disco blanco es uno de los 16 antibióticos testeados; la ausencia de halo de inhibición (el espacio libre de bacterias entre el cultivo y los discos de antibiótico) corresponde a la resistencia del microorganismo a la droga: en este caso, a 11 de los 16 antibióticos
Científicos de la Universidad de São Paulo también reportaron el primer caso de infección humana por un microbio resistente a la Colistina
Científicos de la Universidad de São Paulo también reportaron el primer caso de infección humana por un microbio resistente a la Colistina
Colonias de E. coli (a la izquierda) y antibiograma de la bacteria (a la derecha), en el cual cada disco blanco es uno de los 16 antibióticos testeados; la ausencia de halo de inhibición (el espacio libre de bacterias entre el cultivo y los discos de antibiótico) corresponde a la resistencia del microorganismo a la droga: en este caso, a 11 de los 16 antibióticos
Por Diego Freire | Agência FAPESP – El gen mcr-1 –recientemente descubierto en China y también encontrado en países de Europa, Asia y de África–, que genera resistencia a una clase de antibióticos utilizados precisamente para tratar infecciones por bacterias multirresistentes, fue detectado por primera vez en Brasil en cepas de la bacteria Escherichia coli aisladas en animales de producción.
Los investigadores del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP) responsables de la identificación de la bacteria también reportaron el primer caso de infección humana en Brasil, en un hospital de alta complejidad de la ciudad de Natal (Rio Grande do Norte), por una cepa de la bacteria portadora del gen y resistente a la Colistina (polimixina E), uno de los más poderosos antibióticos, considerado como último recurso en el tratamiento de infecciones producidas por bacterias que no responden a la acción de otros fármacos.
“La aparición de este gen en Brasil puede contribuir para el surgimiento de bacterias totalmente resistentes a los antibióticos, con el riesgo de que enfrentemos una situación similar a la de la era preantibiótica, cuando enfermedades comunes, tales como una infección urinaria o una herida profunda en la piel llevaban fácilmente a la muerte”, advierte Nilton Lincopan, responsable de la investigación realizada con el apoyo de la FAPESP.
Los resultados de la investigación salieron publicados en las revistas científicas Eurosurveillance, del European Centre for Disease Prevention and Control, y Antimicrobial Agents and Chemotherapy, de la American Society for Microbiology.
Una superbacteria
La producción de Colistina, sustancia descubierta en 1949, se interrumpió entre la década de 1970 y el año 2000, debido a su alta toxicidad. El uso de este antibiótico quedó restringido al ámbito veterinario. Sin embargo, a comienzos de este siglo, con la emergencia de bacterias productoras de enzimas responsables de provocar resistencia prácticamente a todos los antibióticos betalactámicos, tales como las penicilinas, se la volvió a utilizar como última alternativa terapéutica en el tratamiento de infecciones producidas por microorganismos multirresistentes, fundamentalmente asociadas a brotes de infecciones hospitalarias.
Durante mucho tiempo, comenta Lincopan, la comunidad científica internacional creyó que el desarrollo de la resistencia bacteriana a la Colistina sería un proceso difícil. “Con todo, a finales del año pasado, un artículo alarmante salió publicado en la revista Lancet Infectious Diseases, en el cual científicos chinos describieron la identificación de un nuevo gen (el mcr-1) que confiere resistencia contra la polimixina y la polimixina B.”
Aún más preocupante, de acuerdo con el investigador, fue el descubrimiento de que este gen es fácilmente transferible de una especie bacteriana a otra a través de los plásmidos, fragmentos de ADN extracromosómicos que pueden replicarse autónomamente y que pueden transferirse entre distintas especies bacterianas mediante la conjugación, un proceso de reproducción de las bacterias a través del cual tramos de ADN pasan directamente de una a otra. El fragmento de ADN transferido se recombina con el material genético de la bacteria receptora y produce nuevas combinaciones genéticas que se transmitirán a las células hijas durante la próxima división celular.
Se encontraron cepas bacterianas cargando el gen mcr-1 tanto en animales de producción como en seres humanos, lo que generó sospechas sobre la existencia de una cadena en la propagación de la resistencia a la Colistina que comienza a partir del uso del antibiótico en la alimentación animal y se esparce por los animales faenados, los alimentos derivados y el medio ambiente.
Frente a la amenaza de que muchas infecciones podrían volverse intratables, el Centro de Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), la agencia del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos emitió un alerta mundial a principios de año. Según Lincopan, papers de científicos de distintos países reportaron luego la identificación del gen mcr-1 en cepas de bacterias clínicamente importantes, tales como Escherichia coli, Salmonella spp. y Klebsiella pneumoniae.
“El aspecto que más atemoriza de ese gen es la facilidad con que se transfiere entre diferentes especies bacterianas. Por consiguiente, algunas bacterias hospitalarias se han alineado a este gen junto a otros genes de resistencia a antibióticos, lo cual favorece que la especie bacteriana receptora se vuelva resistente prácticamente a la totalidad de los medicamentos. De este modo, si un paciente estuviera gravemente infectado por una E. coli, por ejemplo, no se podrá hacer nada”, dice el investigador.
Urgencia epidemiológica
De acuerdo con Lincopan, se sospecha que la principal razón para el surgimiento y la propagación del mcr-1 sería el uso exacerbado de Colistina en la producción agropecuaria, como promotora de crecimiento. Sin embargo, la presencia de este gen también fue descrita en muestras de animales domésticos, alimentos y ambientes acuáticos, lo que muestra la propagación hacia diversos ecosistemas.
“En Brasil, a comienzos de este año, nuestro grupo de investigación identificó por primera vez la presencia del gen mcr-1 en animales de producción de las regiones sudeste (São Paulo y Minas Gerais) y sur (Paraná y Santa Catarina), lo cual debe considerarse como una urgencia epidemiológica y un alerta al respecto de las implicaciones en el agronegocio, visto y considerando que el país es un gran productor y exportador de productos de origen animal.”
Para los científicos, los organismos reguladores del sector deberían revaluar el uso de antibióticos como la Colistina.
“El impacto real de la resistencia bacteriana en Brasil también debe pasar por un análisis a cargo del poder público y de la comunidad científica. Asimismo, debemos privilegiar la educación sobre el uso racional de antibacterianos. Clínicamente, diversos estudios y reuniones científicas han alertado que bacterias multirresistentes están adquiriendo un carácter de endemicidad en centros hospitalarios, y a menudo se las ha asociado con los altos índices de falla terapéutica y la consiguiente morbimortalidad”, comenta Mirian Fernandes, alumna de doctorado de la Facultad de Ciencias Farmacéuticas de la USP y primera autora de los artículos publicados. “Estos esfuerzos podrían evitar una situación irreversible”.
Un plan de acción global contra el riesgo del colapso de los antibióticos, sostiene Lincopan, debe incluir “el uso racional de esos fármacos en la salud humana y animal, el refuerzo del monitoreo epidemiológico y el estímulo a las investigaciones en el área, la educación de la población y de los profesionales de la salud humana y veterinaria, como así también la de los propietarios y productores rurales con relación al uso adecuado de antibióticos y al desarrollo de nuevos compuestos y herramientas de diagnóstico”.
Puede accederse a los resultados de esta investigación en el artículo intitulado First Report of the Globally Disseminated IncX4 Plasmid Carrying the mcr-1 gen in a Colistin-Resistant Escherichia coli ST101 aislated from a Human Infection in Brazil, disponible en el siguiente enlace: aac.asm.org/content/early/2016/07/19/AAC.01325-16.abstract, y en el artículo Silent dissemination of colistin-resistant Escherichia coli in South America could contribute to the global spread of the mcr-1 gene, en: eurosurveillance.org/ViewArticle.aspx?ArticleId=22458.
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