Algunas tecnologías ya están siendo empleadas por AB Inbev, General Motors y el Departamento de Defensa de Estados Unidos (foto: un sistema inteligente de inspección de calidad/ Autaza)
Soluciones tecnológicas desarrolladas en empresas brasileñas con el apoyo del PIPE de la FAPESP ganan mercados en Estados Unidos, Europa y China
Soluciones tecnológicas desarrolladas en empresas brasileñas con el apoyo del PIPE de la FAPESP ganan mercados en Estados Unidos, Europa y China
Algunas tecnologías ya están siendo empleadas por AB Inbev, General Motors y el Departamento de Defensa de Estados Unidos (foto: un sistema inteligente de inspección de calidad/ Autaza)
Por Claudia Izique | FAPESP Investigación para la Innovación – La compañía AB InBev utilizará la tecnología Flowe, de I.Systems, para incrementar la eficacia en las líneas de producción de sus fábricas de Estados Unidos. El Departamento de Defensa (DoD) de Estados Unidos seleccionó a Griaule Biometrics como proveedora de sistema de identificación y certificación de datos biométricos de más de 80 millones de ciudadanos de Irak y Afganistán. Y la estadounidense GM −al igual que Peugeot en Alemania− adoptó recientemente un sistema inteligente de inspección de calidad de partes desarrollado por Autaza Tecnologia.
Además del apoyo del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP, estas empresas brasileñas tienen en común la misma visión de negocios, que apunta que la innovación tecnológica no debe saber de fronteras. “La FAPESP espera e incentiva que las empresas del PIPE tengan objetivos mundiales, cosa que se tiene en cuenta al momento de la selección de los planes de negocios de los proyectos de investigación más prometedores. El hecho de romper los límites del mercado interno debe constituir un reto permanente para las industrias brasileñas, especialmente cuando perciben subsidios con recursos de los contribuyentes”, dice Carlos Henrique de Brito Cruz, director científico de la FAPESP.
“El proceso de internacionalización de I.Systems empezó en 2016, cuando introdujimos Leaf en la minera BHP, en Australia”, comenta Igor Santiago, presidente de la empresa instalada en la localidad paulista de Campinas. La tecnología Leaf, el producto de debut de I.Systems en el mercado, se vale de la inteligencia artificial para el control y la estabilización de procesos industriales. Con el apoyo del PIPE y del programa PIPE/ PAPPE Subvención –una asociación de la FAPESP con la Financiadora de Innovación e Investigación Científica (Finep) de Brasil– y con solicitudes de patente en Estados Unidos, Canadá, la India y Australia, esta tecnología ya ha sido implementada en industrias de diversos sectores: agronegocio, química y papel y celulosa, aparte del de minería, entre otros.
Pero fue con su segundo producto, Flowe, basado en machine learning, que la empresa llegó a Ambev, que a su vez la recomendó al holding AB Inbev, la mayor cervecería del mundo. “Durante este primer semestre, nuestros los primeros proyectos estarán en marcha en Estados Unidos”, afirma Santiago.
La tecnología Flowe se diferencia de productos similares de la competencia en dos apartados estratégicos: el tiempo de implementación –un mes en el caso de Flowe; entre seis meses y dos años, en el caso de la competencia– y el modelo de comercialización. “Utilizamos la modalidad de contrato Saas (Software as a service): el cliente paga por mes”, resume Santiago.
Con un crecimiento anual del 50% durante los últimos cinco años, I.Systems tiene pronósticos ambiciosos para el próximo quinquenio. “El plan es atender al mercado de América del Sur a partir de la operación en Brasil y tener una presencia fuerte en Estados Unidos”, prevé Santiago.
Innovación competitiva
La multimodalidad del software desarrollado por Griaule –identifica individuos por huellas dactilares y palmares, voz, imágenes faciales e iris– le redituó a la empresa de Campinas un contrato por valor de 75 millones de dólares con DoD en septiembre del año pasado. Al mes siguiente, Griaule fue seleccionada también por el Departamento de Seguridad Pública del estado de Arizona (EE.UU.) para ayudar en pesquisas policiales y averiguación de antecedentes penales de empleados públicos.
Griaule contó con el apoyo del PIPE de la FAPESP en el desarrollo de tres proyectos: el perfeccionamiento de su sistema de identificación por huellas dactilares y del de reconocimiento facial y en la creación de un sistema de identificación de voz. “Sin el apoyo económico de la FAPESP, no habríamos llegado hasta acá”, dijo Iron Daher, director presidente de la empresa, en declaraciones a la revista Pesquisa FAPESP (lea más sobre el contrato de Griaule con el Pentágono en el siguiente artículo revistapesquisa.fapesp.br/2018/12/14/tecnologia-brasileira-no-pentagono de la revista Pesquisa FAPESP).
El carácter innovador del sistema de inspección inteligente le abrió a Autaza, de la localidad de São José dos Campos, los mercados estadounidense y europeo. Esta historia se remonta a 2016, cuando tres científicos del Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) desarrollaron −en colaboración con General Motors (GM), en el municipio de São Caetano do Sul (situado en el Área Metropolitana de São Paulo, Brasil)− el prototipo de un sistema que se vale de la visión computacional y la inteligencia artificial para detectar defectos en las carrocerías de vehículos, en reemplazo de la inspección visual.
Aparte de probar la tecnología, GM autorizó el uso de la propiedad intelectual del sistema –así se constituyó Autaza– y también lo implementó en sus fábricas de Estados Unidos y de Alemania, en donde producía la marca Opel hasta 2017. Esa unidad alemana posteriormente fue adquirida por Peugeot y BNP Paribas, pero sigue siendo cliente de Autaza.
La misma tecnología de inspección inteligente también se utiliza para detectar defectos en la pintura de materiales compuestos utilizados en el sector de aeronáutica, lo que le abrió a la empresa otro mercado, con clientes del porte de Embraer.
Autaza ahora está abriendo una subsidiaria en Ann Arbor-Michigan, cerca de Detroit, la cuna de la industria automovilística mundial, y a tres horas de Chicago, la sede de Boeing. Las operaciones de venta comenzarán en abril de este año. “La oficina está alojada en la Aceleradora de Negocios Spark. Además de expandir mercados, el objetivo es homologar nuestros sistemas en las principales ensambladoras mundiales de automóviles y sellar acuerdos comerciales con socios locales”, afirma Renan Padovani, socio de la empresa.
Autaza contó con el apoyo de la FAPESP en el desarrollo del algoritmo de clasificación de defectos en carrocerías y en el desarrollo industrial y comercial del producto. “Estamos creando ahora el primer escáner 3D brasileño para la detección de defectos, e implementando la robótica en nuestro sistema de inspección”, resume Padovani.
Estados Unidos: un mercado en expansión
Además de Autaza, varias empresas apoyadas por el PIPE ya se han instalado físicamente en el mercado estadounidense. Tal es el caso de Finamac, fabricante de máquinas de helados de São Paulo, con 60 empleados. “Teníamos una oficina en Estados Unidos, pero ahora contamos también con un galpón y con cinco trabajadores que se encargan del montaje de los equipos”, dice Marino Arpino, fundador de Finamac.
Y la inversión se justifica: el mercado estadounidense representa un 50% de la facturación de la empresa; y la tendencia apunta un aumento. “Estamos negociando la distribución con una empresa que atiende al mercado de fast-food. Saldremos de las ventas minoristas para entrar en las mayoristas”, prevé Arpino. La empresa también apuesta a la receptividad del mercado para dos nuevas líneas de productos que está desarrollando con el apoyo del PIPE: una nueva tecnología para palitos o paletas industriales, que ya cuenta con una solicitud de patente, y una máquina multifuncional robotizada para la fabricación de paletas. “Ambos productos fueron concebidos específicamente para el mercado estadounidense: todos sus componentes son norteamericanos. El costo de importación inviabilizaría su fabricación acá en Brasil”, justifica.
Otro ejemplo es el de Agrosmart, empresa de manejo integrado de plagas instalada en Campinas, con clientes en México, Guatemala, Perú, Honduras, Colombia y Israel y que, recientemente, instaló una subsidiaria en Estados Unidos. “El buque insignia de nuestras ventas al exterior lo constituyen las tecnologías de monitoreo climático que contemplan el control de plagas y los pronósticos meteorológicos, que se valen de inteligencia artificial para arribar a soluciones más asertivas”, dice Marcus Sato, ingeniero agrónomo de la compañía.
Aparte de las ventas, la subsidiaria estadounidense de Agrosmart es estratégica para su cadena de suministros, para la prospección de clientes del segmento corporativo y para las inversiones de venture capital. “Pusimos en marcha nuestro proceso de internacionalización en 2018, y en 2019 la meta es incrementar ese esfuerzo. La estrategia consiste en consolidar la empresa como principal plataforma de agricultura digital de Latinoamérica”, afirma Mariana Vasconcelos, CEO de Agrosmart.
La firma está desarrollando una trampa automática contra plagas con el apoyo del PIPE/ PAPPE Subvención.
El camino hacia China
Algunas de las empresas apoyadas por el PIPE conciben la innovación con la mira puesta en el mercado externo. Hoobox Robotics, que desarrolló una plataforma de reconocimiento facial bautizada con el nombre de Wheelie, que traduce expresiones del usuario en comandos para silla de ruedas, estructuró su plan de negocio apuntando a la demanda de Estados Unidos. En la actualidad, la empresa tiene alrededor de 60 clientes en 14 estados de ese país y “una lista de espera de 300 personas”, de acuerdo con Paulo Gurgel Pinheiro, CEO de Hoobox.
Desde 2018, la compañía integra un programa de aceleración de Intel, el AI for Social Good, con el apoyo del cual pretende optimizar el desempeño de los algoritmos del sistema de reconocimiento facial utilizando hardware y software de la empresa. En la edición de 2019 de la feria Consumer Electronics Show (CES), en Las Vegas, la plataforma de Hoobox descolló en el estand de Intel.
La empresa está hospedada en Eretz bio, la incubadora de startups de la Sociedad de Beneficencia Israelita Brasileña Albert Einstein, en São Paulo, e incubada en el JLabs Houston, en Texas, perteneciente a Johnson&Johnson. Y desde finales del año pasado empezó a instalar una subsidiaria en Suzhou, en China, que ofrecerá la tecnología de reconocimiento facial para su uso en seguridad. “Atenderemos inicialmente a los clientes en Shanghái, Qingdao, Nankín y Shenzhen”, comenta Gurgel Pinheiro (sepa más sobre Hoobox y su expansión internacional en agencia.fapesp.br/29878; agencia.fapesp.br/23270; y pesquisaparainovacao.fapesp.br/802).
El ejecutivo tiene en sus planes la llegada de Wheelie a Brasil, pero prevé algunos obstáculos en relación al modelo de negocios. “En Estados Unidos no cobramos el kit: utilizamos el modelo de suscripción que cuesta 300 dólares por mes, que no parece funcionar muy bien en Brasil”, justifica.
Hoobox contó con recursos del PIPE de la FAPESP en la etapa de pruebas de la tecnología y sigue contando con el apoyo de la Fundación en el desarrollo de nuevas funcionalidades del producto.
CFlex, de Campinas, también cuenta actualmente con clientes exclusivamente en el exterior. Esta empresa desarrolló una herramienta de planificación de tránsito ferroviario, destinada a la gestión de la circulación de los trenes, los cruces, los tiempos de detención y la ubicación de equipos de maquinistas, entre otros apartados, implementada en la minera Rio Tinto, en Australia; en Ferrosur Roca, en Argentina, y en la Empresa de los Ferrocarriles del Estado (EFE) en Chile.
“El primer PIPE, en 2004, se enfocó en el desarrollo de la solución mediante asociaciones con ferrocarriles brasileños. Siguiendo el plan inicial, algunos años después el producto pasó a tener como objetivo los ferrocarriles del exterior”, afirma Carlos Eduardo Carneiro, vicepresidente y CFO de la empresa. “El mercado brasileño es pequeño para este tipo de solución”.
Inicialmente orientada hacia el trasporte de cargas, la herramienta CFlex Movement Planner (CMP) incorporó durante las etapas II y III del PIPE un gestor de algoritmos –llamado Meta Planning– que permite su utilización en otras modalidades de trasporte, tales como los trenes de pasajeros, por ejemplo, o en operaciones mixtas. “Dependiendo del tipo de operación ferroviaria, el gestor define qué algoritmo utilizar para producir el mejor resultado”, explica Carneiro.
La empresa invierte en Meta Planning para expandir el mercado. “En la etapa actual del PIPE, la estrategia consiste en incrementar la visibilidad de CFlex, de CMP y de su componente Meta Planning, mediante la participación en ferias ferroviarias con estands propios y la publicidad en revistas especializadas, en internet, Youtube y Google Adwords, con el enfoque principal en los mercados de Australia, Europa, Estados Unidos y Canadá.”
Todos los proyectos, subraya el ejecutivo, se desarrollaron con el apoyo de la FAPESP, en las etapas I, II y III del PIPE.
La garantía de calidad
La inserción de un producto en el mercado nacional o internacional puede requerir certificaciones, ya sea de la empresa o del producto. Kryptus, una compañía de seguridad de la información con sede en Campinas –que tiene entre sus clientes en Brasil a Savis, subsidiaria de Embraer, el Centro de Comunicaciones y Guerra Electrónica del Ejército de Brasileño (CCOMGEX) y Mectron Comm, entre otras–, posee la calificación de Empresa Estratégica de Defensa (EED) del Ministerio de Defensa de Brasil, y algunos de sus productos están homologados en la ICP-Brasil − Infraestructura de Claves Públicas Brasileña, del Instituto Nacional de Tecnología de la Información (ITI).
En Brasil, ambas certificaciones le abren a Kryptus tanto el mercado compuesto por organismos del Estado –el Ejército Brasileño, la Receita Federal [el ente de recaudación tributaria del país] y el Tribunal Superior Electoral, entre otros, son sus clientes–, como el mercado privado: Valid Certificadora, Certisign y OKI; aparte de diversas universidades como la de São Paulo (USP), por ejemplo.
La cartera de clientes en el exterior empezó a crecer en 2016, cuando la empresa recibió una inversión de un grupo suizo que posee el 15% de su capital. “En la actualidad, entre el 30% y el 40% de la facturación de la empresa corresponde a exportaciones de la tecnología a América Latina (Colombia, Perú y Chile), Europa y Estados Unidos”, dice Roberto Gallo, socio de la firma.
El desafío ahora, sostiene Gallo, consiste en obtener la certificación estadounidense FIPS 140-2, emitida por el National Institute of Standards and Technology (NIST), para su producto kNET. “El proceso ya se encuentra en marcha, y esperamos obtener la certificación este mismo año. A partir de allí, no tendremos más fronteras”, dice Gallo.
La empresa, con el apoyo del PIPE, desarrolló un módulo criptográfico de alto rendimiento (HSM), puso a prueba la factibilidad técnica de su aplicación en la nube y, con recursos del PIPE/ PAPPE Subvención, preparó el producto para su comercialización en el mercado interno y externo.
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