Inundaciones costeras en la ciudad de Santos pueden causar pérdidas multimillonarias

Los perjuicios provocados por la elevación del nivel del mar, con eventos meteorológicos extremos asociados a resacas, pueden ascender a casi 2.000 millones de reales en la ciudad del litoral brasileño

Por Elton Alisson, de Santos

Agência FAPESP – La inundación de áreas costeras de las zonas sudeste y noroeste de la ciudad de Santos (en São Paulo, Brasil), causada por la combinación de la elevación del nivel del mar con resacas, mareas meteorológicas y astronómicas y eventos climáticos extremos, puede ocasionar pérdidas acumuladas por valor de casi 2.000 millones de reales hasta el año 2100, de no implementarse medidas de adaptación.

Esta estimación surge de un estudio internacional realizado por investigadores brasileños del Centro de Monitoreo de Desastres Naturales (Cemaden), de Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), del Instituto Geológico (IG) y de las universidades de São Paulo (USP) y de Campinas (Unicamp), en colaboración con colegas de la University of South Florida, de Estados Unidos, y del King’s College London, de Inglaterra, además de técnicos de la Municipalidad de Santos.

Los resultados de este estudio, que forman parte del proyecto intitulado “Una estructura integrada para analizar la toma de decisiones local y la capacidad adaptativa al cambio ambiental a gran escala: estudios de casos de comunidades en Brasil, el Reino Unido y Estados Unidos”, apoyado por la FAPESP en el marco de un acuerdo de cooperación con el Belmont Forum, se presentaron el pasado 30 de septiembre ante representantes de la sociedad civil de Santos.

Durante el encuentro, los investigadores les mostraron a los líderes locales las proyecciones de elevación del nivel del mar y de impactos económicos hasta 2050 y 2100 en las zonas sudeste y noroeste de Santos –que han sufrido el impacto de la elevación del nivel del mar y de la ocurrencia de eventos extremos– y discutieron posibles medidas de adaptación para minimizar los riesgos.

“No es necesario esperar 20 ó 30 años para sentir los efectos de la elevación del nivel del mar. Es posible implementar ahora medidas de adaptación para minimizar los potenciales daños económicos”, declaró José Marengo, investigador titular del Cemaden y coordinador del proyecto por el lado de Brasil, a Agência FAPESP.

Los investigadores constataron a través de datos sobre alteraciones del nivel del mar en Santos –obtenidos por mareógrafos en la zona durante el período 1945-1990 y mediante altimetría satelital entre 1993 y 2013 –, que el mismo aumentó 3 milímetros en promedio durante los últimos años en la ciudad.

Con base en esta constatación, estimaron que el nivel del mar en la ciudad puede aumentar entre 18 y 30 centímetros hasta 2050 y entre 36 centímetros y 1 metro en 2100.

La combinación de esta elevación con una sobrelevación causada por una resaca fuerte (ondas elevadas y mareas meteorológicas) y en una fase de marea de sizigia (marea astronómica de mayor amplitud, que ocurre durante la luna llena y la luna nueva, cuando el Sol y la Luna están alineados con relación a la Tierra y hay una mayor atracción gravitacional), puede resultar en una rápida elevación del nivel del mar en Santos de 90 centímetros hasta 2050 y de 95 cm hasta 2100.

En esas condiciones, las zonas sudeste y noroeste de Santos serían más inundadas aún por el mar y habría una mayor erosión de la playa.

“La llanura costera de Santos presenta declividades muy bajas [menos del 2%] y altimetrías inferiores a 3 metros. Asimismo, el nivel de la napa freática de la ciudad es muy poco profunda, lo que la torna sumamente susceptible a inundaciones provocadas por el mar y a anegamientos ocasionados por lluvias intensas”, explicó Joseph Harari, docente del Instituto de Oceanografía (IO) de la USP y participante en el proyecto.

Aumento de resacas

Los impactos relacionados con la elevación del nivel del mar, combinados con mareas meteorológicas y astronómicas y eventos meteorológicos ya se vienen haciendo sentir en Santos desde hace algunas décadas.

Un estudio realizado por Celia Regina de Gouveia Souza, investigadora del Instituto Geológico y participante en el proyecto, constató que la cantidad de resacas registradas en la ciudad experimentó un salto a partir del final de la década de 1990.

En 2010, por ejemplo, se registraron en la ciudad 15 eventos de resaca, contra un número máximo de 4 por año entre 1960 y comienzos de los años de 1990.

La peor resaca del mar en la ciudad se registró en 2005 y llevó a la Municipalidad a poner una escollera en el extremo conocido como Ponta da Praia, una zona que ha sufrido con la erosión costera acelerada (pérdida de una franja de playa) desde el comienzo de la década de 1940, con la construcción de la avenida costanera sobre la playa.

La resaca del mar, según la investigadora, está asociada con el desarrollo de ciclones extratropicales, formados en el sur de América del Sur y que avanzan por la región sudeste de Brasil generando ondas de alta energía y sobrelevación del nivel del mar (marea meteorológica positiva), aparte de frentes fríos que pueden llevar mucha lluvia a las regiones costeras.

“La intensidad de los impactos generados en la orilla por la conjugación de estas condiciones con la elevación actual del nivel del mar está aumentando, pero aún no sabemos si la magnitud de los eventos se ha modificado”, afirmó Gouveia.

La zona noroeste de la ciudad, por ejemplo, donde se concentran inmuebles cuyo valor de venta es en general inferior a los de Ponta da Praia y donde viven unas 83 mil personas, sufre periódicamente con las inundaciones provocadas por mareas positivas y de sizigia, además de las crecidas.

En tanto, la zona sudeste –donde se encuentran los inmuebles de valores más elevados de la ciudad y donde viven alrededor de 34 mil habitantes– es afectada por anegamientos causados por lluvias fuertes, pero fundamentalmente por la erosión costera que viene agravándose mucho en Ponta da Praia.

“Estas dos zonas tienen patrones de uso y de ocupación del suelo distintos, que generan vulnerabilidades y, por lo tanto, daños y pérdidas también diferentes con relación a las proyecciones de elevación del nivel del mar”, explicó Souza.
 

El cálculo de las pérdidas

Los investigadores estimaron los posibles daños económicos de las inundaciones costeras en las zonas sudeste y noroeste de Santos causadas por la elevación del nivel del mar en los distintos escenarios proyectados para 2050 y 2100, combinadas con una sobrelevación de la marea de 1,6 metros en 2050 y 1,66 metros en 2100, provocada a su vez por un evento extremo que ocurre una vez cada 100 años.

Para ello emplearon un software de geoprocesamiento llamado COAST (las siglas de Coastal Adaptation to Sea Level Rise Tool), desarrollado por una empresa estadounidense.

El software dimensiona los potenciales daños en activos inmobiliarios provocados por la inundación costera con base en datos de la elevación del nivel del mar, de mareas astronómicas y meteorológicas y datos espaciales georreferenciados, cruzados con los valores de venta de los inmuebles (la suma de lo que se gastó en la construcción de los mismos y el valor estimado de cada terreno), información suministrada por la Municipalidad.

Las proyecciones indicaron que la zona sudeste de la ciudad será la más impactada en los tres escenarios diferentes de elevación del nivel del mar proyectados para 2050 y 2100.

De no implementarse ninguna medida de adaptación para una elevación del nivel del mar de un metro hasta 2100 –en un escenario más extremo–, los daños económicos pueden ascender a 1.300 millones de reales en la zona sudeste y a 483,8 millones de reales en la zona noroeste, estiman los investigadores.

“El COAST y otros modelos matemáticos aún no son capaces de estimar la resiliencia y la resistencia de los ambientes: cómo responde una playa a una elevación del nivel del mar o como un manglar logra posponer el avance del mar sobre áreas de estuarios, por ejemplo”, afirmó Souza.

“De cualquier manera, es necesario estudiar y adoptar medidas de adaptación a los efectos de minimizar los posibles impactos socioeconómicos”, ponderó.

Algunas de las medidas de adaptación que se están implementando en el mundo para afrontar las inundaciones y la erosión costera causada por el aumento del nivel del mar son las siguientes: barreras naturales, tales como franjas de manglares, implementadas en Palm Beach, en Florida; engordamiento de playa, como se hizo en Cuba y en Miami; diques flotantes, implementados en Venecia, Italia, y readecuaciones en los proyectos de viviendas y edificios para volverlos más resilientes al avance del mar, como se hizo en Hamburgo, Alemania.

En Santos, los participantes en el workshop debatieron y apuntaron algunas medidas de adaptación más factibles para la ciudad.

Las propuestas se incorporarán al sistema COAST y las evaluarán los investigadores durante los próximos dos meses.

Aquéllas más indicadas para su implementación en términos de costos y plazos, serán presentadas durante un workshop con realización prevista para el día 1º de diciembre.

“La adaptación es un proceso caro. Pero es mucho más costoso si no se hace nada”, sostuvo Marengo.

Lea más sobre el proyecto en: http://agencia.fapesp.br/22053.