El artículo publicado en la revista Biological Conservation contiene una buena noticia: el 90% de las especies esperables en el estado de São Paulo, Brasil, se registraron en 22 fragmentos forestales circundados por monocultivos de caña de azúcar (foto: oso hormiguero gigante/ divulgación)
Científicos detectaron que el 90% de las especies esperables en el estado de São Paulo, en Brasil, se registraron en 22 fragmentos forestales circundados por monocultivos de caña de azúcar
Científicos detectaron que el 90% de las especies esperables en el estado de São Paulo, en Brasil, se registraron en 22 fragmentos forestales circundados por monocultivos de caña de azúcar
El artículo publicado en la revista Biological Conservation contiene una buena noticia: el 90% de las especies esperables en el estado de São Paulo, Brasil, se registraron en 22 fragmentos forestales circundados por monocultivos de caña de azúcar (foto: oso hormiguero gigante/ divulgación)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – Investigadores de la Universidade Estadual Paulista (Unesp), en São Paulo, Brasil, publicaron un censo de mamíferos de mediano y gran porte hallados en 22 fragmentos forestales circundados por monocultivos de caña de azúcar en São Paulo. La conclusión del estudio es “sorprendentemente positiva”, según Mauro Galetti, docente del Departamento de Ecología del Instituto de Biociencias de dicha institución, con sede en la localidad de Rio Claro.
“Encontramos alrededor de un 90% de todas las especies de mamíferos que es esperable hallar en el estado de São Paulo. En esos fragmentos aún existen jaguares (panthera onca), osos hormigueros gigantes (Myrmecophaga tridactyla), tapires (Tapirus terrestris) y pecaríes barbiblancos (Tayassu pecari), es decir, no hay registro de extinción regional de especies. Sólo no hallamos algunas sumamente raras, como el tatú carreta o armadillo gigante (Priodontes maximus)”, dijo Galetti.
Esta investigación, cuyos resultados salieron publicados en la revista Biological Conservation, se realizó con el apoyo de la FAPESP.
Sin embargo, no todas son buenas noticias. Según informan los autores del artículo, en los fragmentos forestales pequeños se hallan entre un 20% y un 50% de las especies esperables para el estado. Esto quiere decir que, en algunos casos, hasta un 80% de las especies se han extinguido localmente.
“Observamos que cuanto mayor es el área forestal remanente, más animales raros viven allí. Encontramos incluso un registro único del perro venadero (Speothos venaticus), algo no esperable en esos ambientes circundados por cañamelares”, afirmó Gabrielle Beca, primera autora del estudio.
En tanto, en los fragmentos menores, añadió la investigadora, quedan solamente las especies más generalistas, como la comadreja (Didelphis albiventris) o el armadillo de nueve bandas o tatú negro (Dasypus novemcimtus), que logran adaptarse a ambientes conturbados porque no necesitan áreas tan grandes para hallar alimento.
Metodología
El trabajo de campo se realizó durante la maestría de Beca, bajo la dirección de Galetti, en el marco del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP).
Los remanentes forestales estudiados se extienden desde la región de Presidente Prudente, en el extremo oeste del estado, hasta São José do Rio Pardo, al este, pasando por zonas situadas al norte, cerca de Araçatuba y de São José do Rio Preto.
“Visitamos esos 22 fragmentos e instalamos en cada uno de ellos, en el medio del monte, trampas fotográficas. Colocamos las máquinas automáticas donde existían grandes posibilidades de que los animales pasen: en sitios con agua o cerca de árboles que estaban fructificando”, explicó Beca.
Las cámaras fueron retiradas al cabo de un mes y, para complementar el trabajo, se realizó un censo de huellas dejadas en los bordes del bosque. “Existen guías que permiten identificar a la especie de acuerdo con el formato de las huellas y el tipo de marca dejada, y también efectuamos avistamientos directos de animales”, comentó Beca.
En total se identificaron 29 especies de mamíferos de mediano y gran porte. Aparte de las especies ya mencionadas, se observaron también el cuatí de cola anillada (Nasua nasua), el cabasú grande (Cabassous tatouay), el oso melero (Tamandua tetradactyla), el puercoespín arborícola (Coendó prehensilis), el carpincho (Hydrochoerus hydrochaeris) y el agutí de Azara (Dasyprocta azarae), entre otros.
“También ha habido muchos registros de animales invasores como los cerdos ferales (Sus scrofa), un híbrido de jabalí con cerdo doméstico que se convirtió en plaga en Brasil”, comentó Beca.
De acuerdo con una investigación anterior del grupo de Galetti, los cerdos ferales constituyen una amenaza a la salud pública, pues se han convertido en una importante fuente de alimento de los vampiros comunes (Desmodus rotundus), lo que lleva a un aumento de la población de estos animales transmisores del virus de la rabia (lea más en: agencia.fapesp.br/24675). Asimismo, según Beca, generan impactos sobre la agricultura y compiten con otras especies de mamíferos, tales como el pecarí de collar (Pecari tajacu) y el pecarí barbiblanco.
“Otro registro problemático fue el de perros domésticos (Canis lupus familiaris), que son predadores de muchas especies silvestres”, comentó Beca.
Corredores ecológicos
A juicio de Galetti, los resultados de este censo indican que aún hay posibilidades de preservar buena parte de la fauna de mamíferos del estado de São Paulo si se crean los corredores ecológicos destinados a conectar los diversos fragmentos forestales.
“En este momento, no es necesario reintroducir animales que se han extinguido, sino que hay que conectar esos paisajes mediante el plantío de corredores forestales, para que los animales puedan encontrarse y sobrevivir. De lo contrario, esa fauna quedará aislada y con el tiempo se extinguirán varias especies”, dijo el investigador.
Para Beca, los fragmentos que albergan la mayor cantidad de especies deben tener prioridad en este trabajo. “Especies tales como el tapir y el pecarí barbiblanco prestan un importante servicio ecosistémico, pues son dispersoras de semillas. Debemos observar las áreas donde habitan y, a partir de esos puntos, conectarlos con otros”, sostuvo.
Según la investigadora, un buen comienzo consistiría en poner en práctica las medidas preconizadas en el nuevo Código Forestal (Ley Nº 12.651, de 2012).
“La ley estipula que debe preservarse una área de monte de 30 metros alrededor de los ríos, por ejemplo. Pero en el general esto no ha sido respetado ni implementado”, afirmó Beca.
“Si todos cumplen el Código Forestal y dejan de perseguir a los animales silvestres, habrá una enorme posibilidad de que São Paulo se erija en un ejemplo que alíe la conservación de la biodiversidad con la producción agrícola”, comentó Galetti.
Puede leerse el artículo intitulado High mammal species turnover in forest patches immersed in biofuel plantations (http://dx.doi.org/10.1016/j.biocon.2017.02.033), de Gabrielle Beca, Maurício H. Vancine, Carolina S. Carvalho, Felipe Pedrosa, Rafael Souza C. Alves, Daiane Buscariol, Carlos A. Peres, Milton Cezar Ribeiro y Mauro Galettim, en el siguiente enlace: sciencedirect.com/science/article/pii/S0006320717303117.
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