Los hábitos de usar diariamente auriculares y frecuentar ambientes muy ruidosos han provocado un aumento de la prevalencia de zumbidos en los oídos de los jóvenes, un síntoma de pérdida auditiva (foto: Wikimedia Commons)
Los hábitos de usar diariamente auriculares y frecuentar ambientes muy ruidosos han provocado un aumento de la prevalencia de zumbidos en los oídos de los jóvenes, un síntoma de pérdida auditiva
Los hábitos de usar diariamente auriculares y frecuentar ambientes muy ruidosos han provocado un aumento de la prevalencia de zumbidos en los oídos de los jóvenes, un síntoma de pérdida auditiva
Los hábitos de usar diariamente auriculares y frecuentar ambientes muy ruidosos han provocado un aumento de la prevalencia de zumbidos en los oídos de los jóvenes, un síntoma de pérdida auditiva (foto: Wikimedia Commons)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – Los hábitos de usar diariamente auriculares para escuchar música y de frecuentar ambientes muy ruidosos, tales como discotecas y shows, han provocado un incremento de la prevalencia de zumbidos en los oídos de los adolescentes, lo que se considera como un síntoma de pérdida auditiva.
Esta constatación surge de un estudio realizado en Brasil por científicos de la Asociación de Investigación Interdisciplinaria y Difusión del Tinnitus (APIDIZ, por sus siglas en portugués).
Este estudio, resultado del proyecto intitulado “Prevalencia y causas de zumbidos en adolescentes de clase media y alta”, realizado con el apoyo de la FAPESP, salió publicado en la revista Scientific Reports, del grupo Springer Nature.
“Constatamos que existe una prevalencia muy alta en adolescentes de zumbido en los oídos, lo que constituye una primera señal de alarma de riesgo de que se desarrolle una pérdida de audición”, declaró Tanit Ganz Sanchez, docente de otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP) y coordinadora del estudio, a Agência FAPESP.
“Si esta generación de adolescentes sigue exponiéndose a niveles tan elevados de ruido, probablemente padecerá la pérdida de audición entre los 30 y 40 años”, estimó Ganz Sanchez, quien preside el Instituto Ganz Sanchez, las actual denominación de la APIDIZ.
Los investigadores les realizaron exámenes de oído (otoscopías) a 170 adolescentes ubicados en la franja etaria entre los 11 y los 17 años que estudian en un colegio privado tradicional de la ciudad de São Paulo, y les solicitaron que respondieran un cuestionario con preguntas tales como si habían sentido zumbidos en los oídos durante los últimos 12 meses y, en caso de que la respuesta fuese afirmativa, con qué intensidad, duración y frecuencia.
Más de la mitad de los adolescentes (el 54,7%) respondieron que habían sentido zumbidos en los oídos durante los últimos 12 meses.
“La prevalencia de zumbidos en los oídos en adolescentes es alarmante. Existía una idea de que los zumbidos en los oídos eran un problema de la tercera edad, pero estamos observando que se han vuelto más prevalentes en otros grupos etarios, tales como niños y adolescentes, debido a la exposición cada vez mayor a niveles elevados de ruido, entre otros factores”, afirmó Ganz Sanchez.
Los adolescentes que respondieron que habían sentido zumbidos en los oídos durante los últimos 12 meses pasaron por pruebas realizadas dentro de una cámara acústica, mediante las cuales se evaluaron la audición por audiometría convencional y de alta frecuencia –entre 250 y 16 mil hercios (Hz)–, el nivel de frecuencia e intensidad de los zumbidos en los oídos y el umbral de incomodidad sonora.
Los resultados de las pruebas revelaron que el 28,8% de los adolescentes escuchó zumbidos en los oídos dentro de la cabina acústica en niveles comparables con los de adultos.
“Detectamos que los adolescentes padecen zumbidos en los oídos con suma frecuencia; pero, a diferencia de los adultos, no se molestan y no se quejan ante sus padres y docentes, por ejemplo. Por eso dejan de contar con ayuda médica y el problema puede entonces volverse crónico”, dijo Ganz Sanchez.
Los investigadores también observaron que, si bien la mayoría de los adolescentes que participaron en el estudio informaron que tenían hábitos riesgosos de escucha, tales como el uso continuo de auriculares y la exposición a ambientes muy ruidosos, los que afirmaron que sufrían zumbidos en los oídos manifestaron menor tolerancia a niveles elevados de sonido.
Del total de un 54,7% de los adolescentes que afirmaron haber sentido zumbidos en los oídos durante los últimos 12 meses, el 51% sostuvo que se percataron del problema enseguida después de usar auriculares durante mucho tiempo o luego de salir de ambientes muy ruidosos, tales como un establecimiento nocturno o un show.
“Si los oídos de los adolescentes con zumbidos son más sensibles a altos niveles de sonido que los de los estudiantes sin zumbidos, es natural esperar que manifiesten las lesiones antes. El zumbido en los oídos sería la primera señal de esas lesiones, y aparece más precozmente que cualquier pérdida auditiva”, comparó Ganz Sanchez.
Los efectos de los zumbidos
De acuerdo con la investigadora, los tinnitus, acúfenos o comúnmente llamados zumbidos en los oídos son causados por la lesión temporal o permanente de las células ciliadas.
Estas células, localizadas en el oído interno (cóclea), se alargan y se acortan repetidamente cuando son estimuladas por las vibraciones sonoras.
Cuando el estímulo proviene de altos niveles de vibraciones sonoras, tales como aquéllas causadas por una explosión, fuegos artificiales, el sonido alto de un auricular o de un show, por ejemplo, esas células ciliadas se sobrecargan y pueden sufrir lesiones temporales o permanentes.
Con el fin de compensar la pérdida de la función de las células ciliadas lesionadas o muertas, las zonas vecinas pasan a trabajar a un ritmo más acelerado que lo normal, y esto da origen al zumbido en los oídos, explicó Ganz Sanchez.
“El zumbido en los oídos suele ser producto de lesiones de esas células auditivas”, afirmó.
Estudios recientes en neurociencia realizados con animales también sugieren que los zumbidos en los oídos pueden constituir un reflejo de la pérdida de sinapsis (pérdida de comunicación) de las células ciliadas con el nervio coclear y, posteriormente, con el cerebro.
La pérdida de esas sinapsis, causada por la exposición a altos niveles de ruido, puede provocar, además de la disminución de la capacidad auditiva, alteraciones neurales en vías auditivas que reducen la tolerancia al nivel sonoro, tal como se observó en los adolescentes que tomaron parte en el estudio, según apuntaron los investigadores.
“El zumbido en los oídos y la menor tolerancia a niveles sonoros que manifestaron los adolescentes que participaron en el estudio pueden constituir indicios de pérdidas de sinapsis de las células ciliadas que no se detectan en los exámenes audiométricos”, afirmó Ganz Sanchez. “Por eso puede parecer que no hay ninguna lesión en la vía auditiva; pero, a decir verdad, lo que sucede es que la lesión no aparece en la audiometría y dificulta el diagnóstico”, remarcó.
De seguir utilizando con tamaña frecuencia auriculares y exponiéndose de igual modo a ambientes ruidosos hasta los 20 y 25 años, por ejemplo, la pérdida de sinapsis en esos adolescentes tiende a seguir progresando, y podrán tener problemas de sordera siendo jóvenes aún, estimó Ganz Sanchez.
Las formas de prevención
De acuerdo con la investigadora, el zumbido en los oídos es tratable y pasible de prevención.
Algunas de las formas de protegerse de este problema consisten en utilizar protectores auditivos y hacer intervalos de diez minutos por hora de exposición a ambientes ruidosos, recomendó.
“Al hacer un intervalo de diez minutos por hora de exposición a altos niveles de ruido es posible aumentar las posibilidades de que los oídos se recuperen y de no padecer lesiones definitivas”, explicó Ganz Sanchez.
Según la investigadora, aparte de la exposición a altos niveles de ruido, otras causas de zumbidos en los oídos detectadas en adolescentes son el ayuno prolongado y el consumo excesivo de dulces –fundamentalmente chocolates– y de cafeína, presente no sólo en el café, sino también en el té y en el chocolate, como así también en las bebidas energéticas.
Puede leerse el artículo intitulado “Tinnitus is asociated with reduced sound level tolerance in adolescentes with normal audiograms and otoacoustic emissions” (doi: 10.1038/srep27109), de Ganz Sanchez y otros, en la revista Scientific Reports, en el siguiente enlace: nature.com/articles/srep27109.
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