La científica brasileña se desempeña como consultora de la Nasa sobre educación (foto: João Pedro de Mello Domingues/Wikimedia Commons)
En visita a São Paulo para participar en la Escuela Interdisciplinaria FAPESP 2023 – Ciencias Exactas y Naturales, Ingenierías y Medicina, la astrofísica Duília de Mello sostuvo que es imperioso que la divulgación científica rompa las burbujas
En visita a São Paulo para participar en la Escuela Interdisciplinaria FAPESP 2023 – Ciencias Exactas y Naturales, Ingenierías y Medicina, la astrofísica Duília de Mello sostuvo que es imperioso que la divulgación científica rompa las burbujas
La científica brasileña se desempeña como consultora de la Nasa sobre educación (foto: João Pedro de Mello Domingues/Wikimedia Commons)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – En los últimos años, la astrofísica brasileña Duília de Mello se ha venido abocando a la misión de hacer que la ciencia llegue a espacios en donde tradicionalmente no se hace presente y los ocupe. Una de las estrategias que emplea para alcanzar este objetivo consiste en intentar entablar colaboraciones con personalidades públicas y artistas que, en su opinión, pueden cumplir el papel de portavoces de los científicos.
“Cuando tenemos grandes nombres del arte y de la cultura brasileña dándole su respaldo a la ciencia, se hace posible llegar al pueblo, porque los artistas están en los bares y cafés [nota de traducción: en realidad hizo mención a las panaderías, espacio histórico habitual de desayuno y merienda en el país] de Brasil, en la radio y en la televisión, pues se convierten en tema de conversación. No lo son los científicos”, dice la investigadora radicada en Estados Unidos, profesora titular de física y consultora de la agencia espacial estadounidense, la Nasa, sobre educación, en esta entrevista que le concedió a Agência FAPESP durante su visita a Brasil para participar en la Escuela Interdisciplinaria FAPESP 2023 – Ciencias Exactas y Naturales, Ingenierías y Medicina.
Uno de los objetivos de dicho encuentro, que tuvo lugar entre los días 5 y 8 de noviembre en la localidad paulista de Embu das Artes, en el área metropolitana de São Paulo, fue ofrecerles a becarios posdoctorales de todo Brasil la oportunidad de conocer la investigación que llevan adelante líderes científicos de Brasil y del exterior en diversas áreas del conocimiento, como así también sus trayectorias académicas.
De Mello es vicerrectora de estrategias globales y profesora titular de física de la Universidad Católica de América (CUA, por sus siglas en inglés), en Washington, Estados Unidos, y comenta que una de las funciones de su trabajo consiste en analizar e identificar a los países que podrán hacer su aporte para suplir el declive estimado en la cantidad de estudiantes universitarios en el país en razón del envejecimiento de la población estadounidense. Toda vez que Brasil pasa por un fenómeno de envejecimiento poblacional análogo, el gigante sudamericano debería empezar a elaborar políticas de inmigración para atraer a estudiantes universitarios e investigadores, provenientes fundamentalmente de los países llamados lusófonos [cuyo idioma es el portugués] y de Latinoamérica, sostiene.
La investigadora, integrante de misiones que emplean telescopios terrestres y espaciales, tales como el Hubble y el James Webb, para analizar las propiedades de las galaxias, se refiere a los proyectos científicos en los cuales toma parte actualmente y a los descubrimientos que pueden realizarse en el marco de nuevas misiones que la Nasa planea.
Agência FAPESP – Tal como lo puso de relieve el presidente de la FAPESP, Marco Antonio Zago, durante la apertura de la escuela, se ha venido observando una mengua mundial del interés de los jóvenes en seguir la carrera científica. ¿Este fenómeno también se nota en su área (la astrofísica), pese a que suscita una mayor fascinación entre los jóvenes, al aparecer bastante en el cine y en las series de ciencia ficción?
Duília de Mello – Me parece que este fenómeno es mundial y está ocurriendo en todas las áreas. Esto está relacionado en parte con el hecho de que en la actualidad existe una valorización muy grande del dinero y de que el éxito en la trayectoria y en la vida personal se rige según la remuneración. Y cuando empezamos a hablar de la carrera científica con los jóvenes, ellos evalúan que no es rentable económicamente. Quieren dedicarse a algo que les dé un retorno económico más inmediato y que les permita ganar dinero. En mi opinión, esto ha sido motivado por el fenómeno de los llamados influentes de internet. Si le preguntan a un chico o a una chica de 12 años, por ejemplo, que quiere ser cuando sea grande, existe una gran posibilidad de que la respuesta sea que quiere ser influencer, que quiere tener miles de personas que le sigan para tener éxito y ganar dinero así. Esto se ha vuelto un fenómeno mundial y es sumamente preocupante, fundamentalmente porque, para ser influente, sería necesario tener conocimiento en una cierta área o un talento para justificar que te sigan en las redes sociales. Y generalmente no es eso lo que ocurre. Pienso que está sucediendo una banalización de las profesiones y esto es muy preocupante. Lo he pensado mucho e intento motivar a los jóvenes a buscar sus verdaderas vocaciones, subrayando que, de ser la ciencia su real vocación, que la sigan, porque el dinero será una consecuencia de esta elección. Asimismo, que tengan conciencia de que está todo bien ser de clase media. Los científicos en todo el mundo son de clase media. El desinterés de los jóvenes constituye un problema gravísimo efectivamente y me doy cuenta de que esto no solamente sucede en Estados Unidos y en Brasil, sino también en Europa y en otras partes del mundo. Hay que motivar a los jóvenes para que le tomen gusto a la ciencia y a la tecnología y vislumbren la posibilidad de desarrollar sus carreras en esas áreas.
Agência FAPESP – Los expertos analizan que este fenómeno es especialmente preocupante y puede tener reflejos económicos muy graves en los países en desarrollo como Brasil, pero también en las potencias científicas como Estados Unidos, que son altamente dependientes de la atracción de talentos en ciencia y tecnología. ¿Ya se notan los efectos de este fenómeno allá?
De Mello – Estados Unidos atravesó un período muy complicado durante el gobierno de [Donald] Trump. Las relaciones internacionales del país se vieron en general bastante afectadas durante los cuatro años de su mandato. También hubo la pandemia de COVID-19 durante ese período, y hay que tener en cuenta ese atenuante. Pero, de cualquier manera, hubo una merma de la migración de investigadores hacia el país. Eso está mejorando y Estados Unidos está volviendo a ser atractivo para el mundo en términos de oportunidades para desarrollar carreras científicas. También existe una demanda mayor de estudiantes internacionales en las universidades estadounidenses. Pero ha habido efectivamente un declive en los últimos años en la atracción tanto de estudiantes como de talentos internacionales en ciencia y tecnología. El foco de Estados Unidos también estaba muy orientado hacia China. Actualmente esto ha disminuido y se dirige más hacia la India. Hay ahora muchos más estudiantes indios llegando a Estados Unidos que antes, pues la India está empezando a tener una clase media mayor y los jóvenes empiezan a inmigrar más. También notamos que existe una falta de interés en las áreas de ciencia y tecnología, ingeniería y matemática [CTIM, o STEM, por sus siglas en inglés] en Estados Unidos, a ejemplo de lo que viene sucediendo en el mundo en los últimos años, pese a todos los incentivos dados durante el gobierno de [Barack] Obama. Ha ocurrido otro fenómeno muy importante en Estados Unidos, que afectará la formación interna de nuevos investigadores y que obedece a razones demográficas. Hay menos estudiantes en las escuelas porque la población tiene más edad. Esto causará un declive de estudiantes universitarios en el país. Sabemos esto y planeamos suplir esa mengua con estudiantes internacionales. Estamos empezando a analizar a los países que suministrarán los estudiantes de las universidades estadounidenses. Esto forma parte de mi trabajo como vicerrectora de estrategias globales de la universidad a la cual estoy vinculada. Un país de África que tiene una tendencia al aumento de la inmigración es Nigeria, por ejemplo. Probablemente será el próximo país que registre la mayor inmigración desde África, fundamentalmente rumbo a Estados Unidos.
Agência FAPESP – Brasil también atraviesa un fenómeno del envejecimiento análogo, tal como lo señalan los datos del Censo 2022 dados a conocer recientemente por el IBGE [el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística]. En tal sentido, ¿el país también debe empezar a pensar en desarrollar políticas de inmigración y a detectar a los potenciales países desde los cuales podrían provenir talentos en ciencia y tecnología?
De Mello – Efectivamente, Brasil necesita una política de inmigración y debe empezar a implementarla. Y el país cuenta con una ventaja enorme: hay países lusófonos que registran tasas de crecimiento de su población. Hay que abrir la migración desde esos países de lengua portuguesa, como Angola, Mozambique, Santo Tomé y Príncipe y Cabo Verde. Tenemos que empezar a hacerlo y tener un rol cada vez más importante en esa red lusófona. Creo que es necesario abrir cátedras orientadas hacia esos países. ¿Por qué todavía no tenemos grandes científicos mozambiqueños y angoleños trabajando como docentes en Brasil? Debería estimularse eso. Tenemos una identificación muy grande con esos países debido al idioma, que es lo que nos une. Y Brasil puede atraer a inmigrantes tanto de países de África como de América Latina. En esta escuela incluso contamos con la presencia de posdoctorandos de Colombia, Perú y Bolivia, por ejemplo. Brasil puede ser una potencia regional y espero que los dirigentes vean que el país necesita políticas públicas de inmigración orientadas hacia esas naciones.
Agência FAPESP – Uno de los objetivos de escuelas como ésta organizada por la FAPESP al seleccionar a estudiantes posdoctorales de otros países es precisamente mostrar las oportunidades de desarrollar carreras y hacer ciencia de alto impacto en universidades e institutos de investigación con sede en São Paulo. Aparte de este esfuerzo regional, ¿qué otras iniciativas usted analiza que deben implementarse en el país a un nivel más amplio?
De Mello – Creo que Brasil no es un país internacionalizado. Tenemos un problema muy serio que es el hecho de estar volcados sobremanera hacia la costa. Y así quedamos aislados incluso en la propia América Latina. Debemos tener en cuenta estos factores e intentar atraer a más gente hacia acá mediante la realización de grandes eventos. Hay que poner al país en el mapa internacional, mostrar que es una potencia educativa. Soy muy favorable a la idea de expandir la promoción de la internacionalización de Brasil mediante la realización de grandes eventos, incluso encuentros educativos. Están las olimpíadas de matemática, de física y de astronomía, por ejemplo. Brasil será sede de la 17ª Olimpíada Internacional de Astronomía y Astrofísica el año que viene. Vendrá gente de todo el mundo acá a hacer las pruebas en Río de Janeiro. La FAPESP, que es una potencia en el estado de São Paulo, puede contribuir mucho en esa misión de mostrarle al mundo que Brasil es una potencia educativa. El idioma es un problema, porque el portugués limita mucho y no tenemos un historial de enseñar en inglés. Yo, por ejemplo, no logro mandar a estudiantes estadounidenses acá porque las universidades, incluso las más grandes, no tienen muchas carreras en inglés. Esto es un factor limitante para Brasil, que una vez más lo aísla.
Agência FAPESP – En simultáneo al fenómeno de la disminución del interés de los jóvenes en la ciencia, hemos venido presenciando el crecimiento del negacionismo científico. Los expertos señalan que esto está relacionado con la mala formación educativa, pero vemos que parece no ser ése el único factor, toda vez que en países con sistemas educativos mejores que el brasileño, como Estados Unidos, este movimiento también está presente y es muy fuerte. ¿De qué manera puede hacer frente a esto la comunidad científica?
De Mello – Efectivamente, nunca había pensado que algún día tendría explicar que la Tierra no es plana (risas). Pienso que una de las maneras de combatir esto es con más científicos que hagan divulgación científica. Los científicos en general están en los laboratorios, en las universidades, y no exponen ante la sociedad la esencia del trabajo que hacen. En mi opinión esto es gravísimo, pues si la gente no sabe cómo es ser científico y que hace un científico, puede por consiguiente no creer en la ciencia. En la percepción de la gente parece entonces que la ciencia es una cosa muy exótica, esotérica, alejada y restringida a personas adultas que se visten con delantales blancos. La gente no se identifica con los científicos y no les creen si no los conocen. Yo espero que la pandemia les haya demostrado a los científicos en Brasil y en el mundo la importancia de explicarle a la sociedad lo que hacemos y la importancia de todas las áreas de la ciencia, no solamente la de aquellas relacionadas con el desarrollo de vacunas. Debemos crear una generación de personas que crean, que apuesten y que les guste la ciencia, pero que no necesariamente sean científicos. No necesitamos miles y miles de científicos, ni mucho menos de astrónomos. Pero sí necesitamos una sociedad que crea y vislumbre el valor en la ciencia. Durante la pandemia de COVID-19, hubo una campaña intitulada “La ciencia nos salvará”, y realmente, la ciencia nos salvó. Ahora es hora de demostrarle nuevamente a la gente que fue la ciencia la que nos salvó de la pandemia y que nos salvará nuevamente, en este caso del calentamiento global. Es el momento de salir de nuestros laboratorios, de contar qué hacemos y de establecer la confianza de la sociedad en la ciencia.
Agência FAPESP – Usted ha venido trabajando bastante en este campo de la divulgación científica desarrollando iniciativas orientadas fundamentalmente a suscitar el interés de los niños y los jóvenes por la ciencia. ¿Cuáles son sus motivaciones para llevar a cabo esa labor?
Mello – Es un intento de salir de las burbujas. Hago divulgación científica hace 30 años, y he terminado adquiriendo mucha experiencia en el área. Es un talento hacer divulgación científica, porque es necesario traducir conceptos complejos a un lenguaje sencillo. Es algo que hago con relativa facilidad debido a la experiencia que he adquirido, pero da mucho trabajo. Lo que sí veo cada vez más es que estamos haciendo divulgación científica dentro de nuestras burbujas, con gente a la que le gusta la ciencia, y esto no está bien. Hay que entrar en los cafés [o en las panaderías, como ya se ha dicho] y bares de Brasil. La ciencia debe convertirse en un tema corriente, debe ocupar las páginas de los periódicos y ser tapa de las revistas. Mis proyectos de divulgación científica actualmente se orientan hacia ello. Estoy intentando entablar colaboraciones con personalidades como Raí [el exjugador de fútbol brasileño] para aunar esfuerzos en esta empresa. Intentaremos llevar un poquito de ciencia a la ONG educativa que él fundó, llamada Gol de Letra [un juego de palabras, pues se vale del nombre de la jugada futbolística conocida como rabona, en portugués], dedicada a niños y jóvenes de las periferias de São Paulo y de Río de Janeiro. También estoy intentando llegar a los artistas, pues creo que son ellos quienes traducirán la ciencia para el pueblo en un lenguaje simple. Y cuando contamos con grandes nombres del arte y de la cultura brasileña que brindan su respaldo a la ciencia se vuelve posible llegar al pueblo, porque son los artistas los que están en las voces de los cafés y bares de Brasil, presentes en la radio y en la televisión, y que son temas en las rondas de diálogos. No son los científicos. Por eso creo que ellos podrían ser nuestros portavoces. Esa es la intención del trabajo que vengo llevando adelante en los últimos dos años.
Agência FAPESP – Usted erigió una carrera exitosa en un área predominantemente masculina y muy competitiva, en uno de los países líderes en producción científica, y en su condición de inmigrante. ¿Qué consejos les daría a las chicas interesadas en ingresar en esta área para afrontar los obstáculos que usted enfrentó?
De Mello – El comienzo de mi trayectoria fue más difícil, pues había menos mujeres en la astronomía, pero hoy en día hay un poquito más. Mi consejo a las chicas interesadas en ingresar en esta área es que consulten a las mujeres que ya trabajan en ella, que conversen con ellas. Pienso que la sororidad tiene una fuerza increíble, pues una extiende su mano y las manos se levantan juntas. Es sumamente importante que tengamos esa conciencia de que solas se hace más difícil, y a menudo resulta imposible. Hay que tomar conciencia para no creer que lograremos todo solas y buscar a las personas que nos darán la mano en el momento justo, a la hora que la necesitemos, sin tener vergüenza de pedir, de exponerse, y siempre pensar que juntas crecemos más fuertes. Siempre ayudo cuando puedo a quienes me buscan y les recomiendo eso también a todas las otras mujeres: siempre que las ayuden, acuérdense de ayudar a las prójimas, porque al hacerlo creceremos todas juntas.
Agência FAPESP – Usted fue la primera mujer en convertirse en profesora titular del Departamento de Física de la universidad a la cual está vinculada. ¿Cuáles son las razones de la baja representatividad femenina en esta área?
De Mello – La física es todavía una de las áreas con menor representatividad femenina. Tampoco existe una conciencia de que la carrera en el área es muy anticuada. Aún seguimos enseñando la física como [Isaac] Newton la inventó. No es ni como [Albert] Einstein lo hizo después. Y esto termina causando desinterés, fundamentalmente el de las chicas. Cuando ellas deben decidir qué van a hacer, terminan inclinándose hacia otra área más interesante. También existe el problema de que ellas no se identificaren al no ver mujeres en el área. Hay una activista estadounidense que dice que no podemos ser aquello que no vemos, y eso tiene mucho sentido en la física. Si las chicas no ven mujeres activas en el área, no se sienten representadas y terminan incluso inconscientemente no decantándose por estudiar en esta área. Por eso es muy simbólico el hecho de que yo haya sido la primera mujer en convertirme en profesora titular del Departamento de Física de mi universidad. No sé si esto tendrá un impacto a largo plazo, pero, a corto plazo, tenemos por ejemplo un programa de posgrado en el que existe un balance de género. Hay tantas mujeres cursando el doctorado como varones. Esto es algo que no existe en los posgrados estadounidenses en la física. Me inclino a creer que esto se debe en parte a mi representatividad y a mi esfuerzo para a atraer a otras mujeres hacia el área.
Agência FAPESP – ¿Cuáles son las principales preguntas que su área de investigación procura contestar al respecto de la evolución de las galaxias?
De Mello – Soy astrofísica extragaláctica y estudio la vida de las galaxias, es decir, cómo evolucionan las galaxias, porque mi interés es entender de qué manera la nuestra llegó al punto en el que está. Esto me parece muy importante porque estamos en un sistema solar, nuestra estrella es el Sol y estamos dentro de una galaxia. ¿Cómo vinimos a parar acá? ¿De qué manera evolucionó la galaxia a punto tal de tener un sistema solar y tener incluso vida? Son interrogantes como estos los que me motivan todos los días para entender mejor cómo se forman y cómo evolucionan las galaxias. En mi trayectoria tuve momentos muy interesantes de descubrimientos y siempre con esa mentalidad. Cuando descubrimos una supernova, una estrella que explotó, que murió, esto es sumamente importante, pues respiramos el oxígeno que se generó dentro de esa estrella. Tenemos el hierro en nuestra sangre que nació dentro de esa estrella. Todos los elementos químicos de la naturaleza se hicieron dentro de una estrella. Este conocimiento de por sí ya es increíble, pero conocer mejor los detalles de cómo eso influyó sobre el origen de la vida, por ejemplo, es importantísimo. Pero la ciencia es incremental. Hay piezas muy pequeñas que van agregándose hasta llenar un rompecabezas para entender la vida, nuestros orígenes. En eso intento aportar un poquito, para montar ese gran rompecabezas de la comprensión del Sistema Solar dentro de la Vía Láctea que a su vez está dentro del universo.
Agência FAPESP – Como astrónoma asociada a la Nasa, usted ha participado durante los últimos años en misiones que utilizan grandes telescopios espaciales para obtener imágenes profundas del universo, como el Hubble y más recientemente el James Webb. ¿Qué descubrimientos pueden hacerse en las próximas misiones?
De Mello – Estimo que hay muchos descubrimientos por hacerse, pues la mayor frontera de la astronomía o de la ciencia reside en entender la energía y la materia oscura. Al fin y al cabo, más del 90 % del universo está compuesto por esos dos componentes. Por eso creo que estamos trabajando en los focos equivocados, tales como las grandes estrellas, las galaxias y la luz. Eso no es la energía oscura. Estamos trabajando solamente en un 4 % del universo y podríamos estar trabajando en el otro 96 %. Las próximas misiones de la Nasa, incluso una que se llama Nancy Grace Roman Telescope [programada para mayo de 2027], se orientan a intentar entender mejor la energía oscura. Estimo que en las próximas décadas puede ser que tengamos que hacer una gran revisión de este tema. El universo se está acelerando debido a la presencia de lo que denominamos todavía energía oscura. Pero, ¿qué es eso? ¿Cómo funciona? ¿Cuál es el componente de energía oscura? ¿Es una física que aún no hemos descubierto? Estas son preguntas que pretendemos contestar.
Agência FAPESP – ¿En qué proyectos científicos está trabajando actualmente?
De Mello – Estoy trabajando en un proyecto que me gusta mucho y en el cual toman parte varios astrónomos aficionados brasileños. En él estamos estudiando qué hay del lado de afuera de galaxias, intentando encontrar restos de colisiones galácticas. Esto es importante, porque la Vía Láctea colisionará con Andrómeda y después de esa colisión restará una galaxia. No sabemos exactamente cómo será esa galaxia al final y esto es lo que estoy intentando entender. Y sigo trabajando con las imágenes profundas del telescopio Hubble. Tengo un proyecto con una exalumna doctoral en el cual estamos procurando entender cómo se forman los discos en donde están los brazos de las galaxias parecidas a la Vía Láctea. Estamos observando cuando el Universo tenía unos 7.000 millones de años, una buena época, porque sabemos que el Sol nació hace unos 4.500 millones de años. Debemos enfocarnos en un período un poquito anterior para poder entender cómo se formaron esos discos.
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