La diplomacia articula la relación entre científicos brasileños en EE.UU. y sus potenciales socios

Una iniciativa de la embajada de Brasil en Washington apunta a reforzar la cooperación científica, tecnológica y de innovación entre ambos países

Por José Tadeu Arantes  |  Agência FAPESP – La diáspora brasileña en Estados Unidos está compuesta por alrededor 450 mil personas. De ellas, unas 75 mil poseen diploma de educación superior. Y una parte aún no computada de ese subconjunto ejerce actividades profesionales relacionadas con las áreas de ciencia, tecnología e innovación.

La identificación de esos brasileños, su articulación en redes y su conexión con potenciales socios es un objetivo que la Embajada de Brasil en Washington ha venido procurando alcanzar en los últimos años. Para ello, ya se han realizado tres encuentros, en 2017, en 2018 y en 2019.

La reunión más reciente, el 3º Encuentro de la Diáspora Brasileña de Ciencia, Tecnología e Innovación: Brain Bridges Brazil – U.S., se estructuró bajo la forma de cinco paneles temáticos: Innovación y Desarrollo, Ciencia y Tecnología, Tecnología en Agricultura, Tecnología en Salud y Tecnología Espacial.

“Estuvieron presentes en dicho evento alrededor de 150 personas: científicos y empresarios brasileños, representantes de instituciones gubernamentales estadounidenses y directivos de entidades brasileñas de apoyo a la investigación científica, entre otros participantes. El objetivo del mismo consistió en acercar a la comunidad científica y emprendedora brasileña en Estados Unidos a las autoridades tanto de Brasil como de ese país. Evaluamos que ese objetivo se cumplió plenamente”, declaró a Agência FAPESP el diplomático Lauro de Castro Beltrão Filho, consejero de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Embajada de Brasil en Washington. El encuentro contó con la presencia del embajador, Nestor Forster.

Según De Castro Beltrão, la meta del 3º Encuentro consistió en hacer posible que representantes de esos tres núcleos –científicos brasileños, autoridades estadounidenses y autoridades brasileñas– pudiesen intercambiar información y experiencias, con la expectativa de que ese contacto directo generase nuevos proyectos de cooperación en las áreas de ciencia, tecnología e innovación.

“Los científicos brasileños que actúan en la Universidad de Texas, por ejemplo, entablaron tratativas con la Fundación Oswaldo Cruz [Fiocruz] para desarrollar proyectos específicos en el área de oncología en Brasil. Otro ejemplo práctico lo constituyeron los contactos entre el presidente de la Empresa Brasileña de Investigación e Innovación Industrial [Embrapii], Jorge Guimarães, y el presidente de la Financiadora de Estudios y Proyectos [Finep], Waldemar Magno Neto, con un grupo de la diáspora brasileña en Estados Unidos denominado Brazilian Expert Network [BEM], con el objetivo de analizar posibilidades de financiación de proyectos de innovación incremental en fármacos”, informó De Castro Beltrão.

El consejero diplomático destacó como punto importante del 3º Encuentro la presencia de directivos de las entidades de apoyo a la investigación científica, entre ellos el presidente de la FAPESP, Marco Antonio Zago, quien disertó en el panel de Ciencia y Tecnología, en cuyo marco presentó un panorama general de la investigación científica que se lleva adelante en el estado de São Paulo, y destacó la participación de la FAPESP en dicho proceso. “Las investigaciones que la FAPESP apoya tuvieron una influencia significativa en las alteraciones en el uso de la energía que se materializaron en el estado de São Paulo, donde el empleo de la energía fósil ha disminuido, mientras que la caña de azúcar expandió su aporte al 34%. La FAPESP también es responsable de una de las mayores carteras de investigaciones científicas sobre la Amazonia, por sí sola o en cooperación con diversos socios”, dijo Zago.

Entre los representantes de instituciones gubernamentales estadounidenses, participaron en el evento funcionarios del Departamento de Estado, del Departamento de Agricultura, de la Agencia Espacial Estadounidense (Nasa), de la Oficina de Política Científica y Tecnológica de la Casa Blanca (OSTP), del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), del Instituto Nacional de Estándares y Tecnología (NIST), de la Fundación Nacional para la Ciencia (NSF), de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) y de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA).

También estuvieron presentes el representante permanente de Brasil ante la Organización de Estados Americanos (OEA), el embajador Fernando Simas Magalhães, y el cónsul general de Brasil en Washington, el embajador João Pedro Correa Costa, aparte de diplomáticos de otros países.

Una política a largo plazo

La socióloga Ana Maria Carneiro, investigadora del Núcleo de Estudios de Políticas Públicas de la Universidad de Campinas (NEPP/ Unicamp), estuvo presente en el encuentro. E hizo hincapié en que el evento fue importante al darle continuidad a una política que ya se llevaba adelante desde la Embajada de Brasil en Washington. Pero a su vez ponderó que es necesario ir más allá.

“Tenemos que conocer mejor a la diáspora brasileña, saber en qué se diferencia de otras diásporas, tales como la china y la india, por ejemplo. Y aun teniendo en cuenta a la diáspora brasileña por separado, identificar a los grupos y a los individuos que la integran. La diáspora brasileña no está únicamente en Estados Unidos. También tiene su expresión en el Reino Unido, en Francia y en otros países. Debemos crear una política vasta que la movilice más allá de los eventos”, dijo Carneiro a Agência FAPESP. 

Según la investigadora, esto debería erigirse en una política de Estado, a largo plazo, no sujeta a los cambios de orientación de los distintos gobiernos. “Un ejemplo interesante proviene de Irlanda. A partir de una iniciativa del Estado, se creó una división denominada Irish Abroad Unit, que organizó foros con el objetivo de reunir a los emigrados irlandeses y pensar de qué manera podrían contribuir en la gestión de crisis y en la recuperación económica en el país. Con base en ello, se estructuró la Global Irish Network, conformada por 300 líderes de la diáspora irlandesa en 37 países que ahora le brindan una especie de consultoría al gobierno irlandés”, dijo.

Para debatir el tema de la diáspora en el ámbito de la ciencia, la FAPESP realizó junto a la Embajada de Brasil en Londres el Workshop Brazilian Diaspora of Science, Technology and Innovation in the UK en la capital inglesa en 2019. Dicho encuentro congregó a científicos y estudiantes brasileños y del Reino Unido en conferencias, mesas redondas y debates.

Un artículo publicado el 18 de enero de este año por la BBC News Brasil aportó cifras bastante significativas sobre el incremento detectado en la salida definitiva de brasileños rumbo al exterior. Con base en datos de la Receita Federal, el ente nacional de recaudación tributaria de Brasil, en dicho artículo se afirma que el contingente de brasileños que dejaron el país trepó de 8.170 en 2011 a 23.271 en 2018, con un crecimiento del 184%. Hasta el mes de noviembre de 2019, fueron 22.549 las personas las que habían declarado su salida definitiva del país. “Estos datos no permiten saber cuántos de esos emigrantes se dedican a actividades relacionadas con la ciencia, la tecnología y la innovación. Pero es algo que debemos investigar”, comentó Carneiro.