Los pacientes con esa condición neurodegenerativa tienen tres veces más posibilidades de fallecer como consecuencia de la infección provocada por el SARS-CoV-2, y seis veces más si tienen más de 80 años, según apunta un estudio de científicos brasileños (imagen: Gerd Altmann/Pixabay)
Los pacientes con esa condición neurodegenerativa tienen tres veces más posibilidades de fallecer como consecuencia de la infección provocada por el SARS-CoV-2, y seis veces más si tienen más de 80 años, según apunta un estudio de científicos brasileños
Los pacientes con esa condición neurodegenerativa tienen tres veces más posibilidades de fallecer como consecuencia de la infección provocada por el SARS-CoV-2, y seis veces más si tienen más de 80 años, según apunta un estudio de científicos brasileños
Los pacientes con esa condición neurodegenerativa tienen tres veces más posibilidades de fallecer como consecuencia de la infección provocada por el SARS-CoV-2, y seis veces más si tienen más de 80 años, según apunta un estudio de científicos brasileños (imagen: Gerd Altmann/Pixabay)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – Las enfermedades neurodegenerativas que causan demencia incrementan el riesgo de gravedad y muerte por COVID-19. En los casos de pacientes con enfermedad de Alzheimer, este riesgo es tres veces mayor, y puede aumentar a seis veces cuando tienen más de 80 años.
Estas constataciones se efectuaron en el marco de un estudio realizado en Brasil por investigadores de la Universidad de São Paulo (USP) y del Instituto Butantan, en colaboración con pares de la Universidad Federal del Rio de Janeiro (UFRJ).
Los resultados de esta investigación, que contó con el apoyo de la FAPESP, aparecen descritos en un artículo publicado en la revista Alzheimer’s & Dementia: The Journal of the Alzheimer's Association.
“Verificamos que todas las causas de demencia constituyen factores de riesgo de aumento de la gravedad y de muerte por COVID-19, y que en pacientes con enfermedad de Alzheimer, este riesgo se ve más acentuado”, le dice a Agência FAPESP Sérgio Verjovski, docente del Instituto de Química de la USP y coordinador del proyecto.
La demencia ya había sido identificada como un factor de riesgo para COVID-19 junto con otras comorbilidades, tales como las enfermedades cardiovasculares y respiratorias, la hipertensión, la diabetes, la obesidad y el cáncer. Uno de los motivos de esto es la propia edad: los pacientes con demencia son en promedio mayores, y gran parte de ellos viven bajo el cuidado de otras personas en centros geriátricos, lo que aumenta el riesgo de infección y transmisión del virus.
No obstante, aún no se había estudiado si los pacientes con enfermedades neurodegenerativas que causan demencia –tales como la enfermedad de Alzheimer y el mal de Parkinson– se infectan más y están sujetos a un mayor riesgo de desarrollar las formas graves y morirse como consecuencia del COVID-19; ni tampoco si la edad avanzada acentúa esos peligros.
Con el fin de despejar estas dudas, los científicos investigaron la cantidad de diagnósticos positivos, las internaciones y las muertes por COVID-19 en una cohorte de 12.863 pacientes con más de 65 años y con datos de test positivos o negativos para el coronavirus, registrados entre marzo y agosto de 2020 en el UK Biobank, un banco de datos clínicos de alrededor de 500 mil pacientes con seguimiento desde el año 2006 en el sistema público de salud del Reino Unido.
De ese total de pacientes, fueron 1.167 diagnosticados con COVID-19. Para considerar la edad como un factor de riesgo, se los estratificó en tres franjas etarias: de 66 a 74 años, de 75 a 79 años y de 80 años o más.
“Algunas de las ventajas de utilizar los datos clínicos de ese banco residen en que los mismos son minuciosos, es decir que registran todas las enfermedades preexistentes e indican si los pacientes testearon positivo o negativo, fueron hospitalizados o fallecieron como consecuencia del COVID-19. Esto permite evaluar los factores de riesgo asociados a la infección, la gravedad y la muerte por la enfermedad, incluidas todas las causas de demencia, particularmente las enfermedades de Alzheimer y de Parkinson”, explica Verjovski.
Los resultados de los análisis estadísticos indicaron que todas las causas de demencia –y particularmente la enfermedad de Alzheimer– se erigieron como factores de riesgo de gravedad y muerte de pacientes hospitalizados, independientemente de sus edades.
La enfermedad de Alzheimer, específicamente, no elevó el riesgo de hospitalización en comparación con las comorbilidades crónicas. Con todo, una vez internados, los pacientes con esta enfermedad exhibieron un riesgo tres veces mayor de desarrollar cuadros graves o morirse como consecuencia del COVID-19 en comparación con los pacientes que no tenían esta enfermedad neurodegenerativa. En los casos de pacientes acometidos por la afección y con edades superiores a los 80 años, el riesgo fue seis veces mayor en comparación con los pacientes de menor edad, según constataron los investigadores.
“Existe algún factor aún no identificado que aumenta la predisposición de los pacientes en esas condiciones a evolucionar hacia cuadros más graves y fallecer como consecuencia del COVID-19”, sostiene Verjovski.
“Los resultados de nuestro trabajo indican que es necesario darles una atención especial a esos pacientes al internárselos”, afirma.
Las hipótesis diagnósticas
Una de las explicaciones para los desenlaces observados indica que las condiciones inflamatorias crónicas o las respuestas inmunológicas defectuosas, provocadas por el envejecimiento del sistema inmunológico (inmunosenescencia), pueden incrementar la vulnerabilidad y hacer mermar la capacidad de esos pacientes para generar respuestas eficaces contra la infección.
Otra hipótesis apunta una alteración de la permeabilidad de la barrera hematoencefálica, causada por la enfermedad de Alzheimer, que puede hacer posible la expansión de la infección en el sistema nervioso central.
Estudios recientes demostraron que el SARS-CoV-2 tiene capacidad para invadir el sistema nervioso central a través de la mucosa olfativa, y que la presencia del virus en esa área redunda en una respuesta inmune e inflamatoria local.
Otros estudios informaron acerca de la presencia del nuevo coronavirus en el tronco cerebral, que abarca al sistema cardiovascular primario y al centro del control respiratorio, lo cual plantea la posibilidad de que la infección del sistema nervioso central pueda mediar o agravar problemas respiratorios y cardiovasculares en pacientes con COVID-19.
“Pretendemos ahora efectuar un análisis de los genomas de esos pacientes, también disponibles en el UK Biobank, para identificar qué genes aparecen mutados y pueden estar implicados en el aumento del riesgo de que las personas con la enfermedad de Alzheimer evolucionen hacia cuadros graves y fallezcan a causa del COVID-19”, afirma Verjovski.
Puede leerse el artículo intitulado Dementia is an age-independent risk factor for severity and death in COVID-19 inpatients (DOI: 10.1002/alz.12352), de Ana C. Tahira, Sergio Verjovski-Almeida y Sergio T. Ferreira, en la revista Alzheimer’s & Dementia, en el siguiente enlace: alz-journals.onlinelibrary.wiley.com/doi/full/10.1002/alz.12352.
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