La FAPESP y agencias europeas recibirán proyectos en colaboración entre el 11 de mayo y el 8 de septiembre de 2016. El presupuesto puede llegar a los 10 millones de euros (foto: Leandro Negro/ Agência FAPESP)
La FAPESP y agencias europeas recibirán proyectos en colaboración entre el 11 de mayo y el 8 de septiembre de 2016. El presupuesto puede llegar a los 10 millones de euros
La FAPESP y agencias europeas recibirán proyectos en colaboración entre el 11 de mayo y el 8 de septiembre de 2016. El presupuesto puede llegar a los 10 millones de euros
La FAPESP y agencias europeas recibirán proyectos en colaboración entre el 11 de mayo y el 8 de septiembre de 2016. El presupuesto puede llegar a los 10 millones de euros (foto: Leandro Negro/ Agência FAPESP)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – El objetivo de un llamado a la presentación de propuestas anunciado recientemente por la FAPESP en colaboración con la Comisión Europea, el Consejo Nacional de Fundaciones Estaduales de Apoyo a la Investigación Científica (Confap, por sus siglas en portugués) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (MCTI) de Brasil consiste en fomentar el avance de tecnologías capaces de producir a gran escala biocombustibles elaborados con biomasa lignocelulósica, representada esencialmente por las fracciones vegetales que no sirven para la alimentación humana, tales como la celulosa y la lignina.
Para despejar eventuales dudas de científicos brasileños y europeos interesados en presentar proyectos colaborativos e identificar puntos de sinergia que explotarán los centros de investigación, se realizó el pasado 8 de diciembre en la sede de la FAPESP el evento “Brazil-EU Workshop: Coordinated Call on Advanced Lignocellulosic Biofuels”.
Durante la apertura del mismo, Piero Venturi, jefe del sector de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Unión Europea (UE) en Brasil, explicó que la convocatoria a la presentación de propuestas se emitió en el ámbito del Horizon 2020, el Programa Marco de Investigación e Innovación de la Unión Europea, que se puso en marcha en 2014 y prevé inversiones totales por valor de 80 mil millones de euros en el transcurso de siete años.
“Durante los primeros dos años del programa emitimos diversos llamados en el área de bioenergía, y aprendimos algunas lecciones. Entendemos que es necesario trabajar más con nuestros socios mediante colaboraciones internacionales”, dijo Venturi.
“El Horizon 2020 está abierto a investigadores de todo el mundo, y la FAPESP suscribió un acuerdo con la Unión Europea para financiar a los investigadores paulistas incluidos en las propuestas seleccionadas en el ámbito de este programa. Esto es sumamente positivo, pues tenemos así la posibilidad de darle continuidad al trabajo conjunto de los europeos con los paulistas”, subraya Venturi.
También durante la apertura, el coordinador general de Tecnologías Sectoriales del MCTI, Eduardo Soriano, dijo que esta convocatoria conjunta representa una buena oportunidad para fomentar los lazos entre Brasil y Unión Europea y desarrollar nuevas tecnologías referentes a biocombustibles avanzados.
“Los biocombustibles constituyen una buena manera de disminuir las emisiones y de producir riqueza en Brasil. Ésta es la primera oportunidad, y, de obtenerse buenos resultados, a lo mejor tenemos que emitir otra convocatoria”, dijo Soriano.
El director científico de la FAPESP, Carlos Henrique de Brito Cruz, presentó las principales directrices y las condiciones estipuladas para el envío de propuestas, que se recibirán desde el 11 de mayo hasta el 8 de septiembre de 2016. El anuncio del llamado a la presentación de propuestas estuvo a cargo del propio director científico de la Fundación y se concretó el día 17 de noviembre en la sede de la FAPESP, durante la conferencia de Carlos Moedas, comisario de Investigación, Ciencia e Innovación de la Unión Europea, sobre colaboraciones estratégicas entre Brasil y la Unión Europea en ciencia e innovación abierta.
Tal como subrayó Brito Cruz, el proyecto contemplará al menos uno de los tres desafíos que se plantean en la convocatoria, a saber: “Gasificación de bagazo para la producción de gas de síntesis y combustibles líquidos avanzados, incluso biocombustibles para aviación”; “Investigación aplicada a la logística de producción de biomasa e investigación aplicada a la diversificación de materia prima para biocombustibles avanzados”, y “Desarrollo de nuevas tecnologías de fermentación y separación para biocombustibles líquidos avanzados e investigación aplicada tendiente a aumentar la eficiencia energética de los procesos referentes a biocombustibles avanzados”.
“Ésta es una convocatoria coordinada a la presentación de propuestas. Son dos llamados simultáneos: uno en Europa y otro acá en Brasil. Las agencias de Europa y de acá de Brasil recibirán las propuestas por separado y, en una etapa inicial, también se las analizará por separado. Posteriormente, los análisis convergirán. Solamente se financiarán proyectos aprobados desde ambos lados”, explicó Brito Cruz.
También según Brito Cruz, las propuestas que presenten los equipos europeos y brasileños también deberán estar alineadas, tener la misma fecha de comienzo y la misma duración, de hasta cinco años. “Ambos equipos deben dejar claro cómo se relacionan los objetivos de la propuesta que se presenta en Europa con los objetivos de la propuesta que se presenta en Brasil y, fundamentalmente, de qué manera dicho esfuerzo conjunto permitirá alcanzar resultados mejores que los que se lograrían separadamente”, añadió.
En el caso de las propuestas que se presenten en Brasil, es necesario que uno de los investigadores principales sea del estado de São Paulo, y que otros dos investigadores principales sean de estados diferentes y que cuenten con el patrocinio de las respectivas fundaciones de apoyo a la investigación científica que participen en la convocatoria. También es obligatoria la adhesión de al menos una empresa al proyecto, que se comprometa a financiar el 50% de los costos de investigación del lado brasileño.
Según informó Brito Cruz, el apoyo a los proyectos se concretará en los moldes del Programa de Investigación en Asociación para la Innovación Tecnológica (PITE), de la FAPESP.
La Comisión Europea invertirá entre 3 y 5 millones de euros, y habrá una contrapartida equivalente en esfuerzo de investigación del lado brasileño. Para las propuestas brasileñas se requiere la participación de empresas como cofinanciadoras.
“Lo esencial es que exista un esfuerzo de investigación comprable de ambos lados, el europeo y el brasileño, aun cuando los costos en reales sean menores”, afirmó Brito Cruz.
Investigación aplicada
Por teleconferencia, desde Bruselas, Bélgica, la oficial de proyectos de la Comisión Europea, Maria Georgiadou, resaltó que existe interés en que las investigaciones exploren distintas fuentes de biomasa destinadas a la generación de biocombustibles, incluso los residuos sólidos urbanos, y quedan vedadas únicamente aquellas fuentes que también sirven de alimento de seres humanos, tales el almidón del maíz, la sacarosa de caña de azúcar o el aceite de soja.
Georgiadou también hizo en hincapié en que las investigaciones deben tener carácter aplicado y hacer avanzar a las novas tecnologías desde el estadio de prueba de concepto y validación en laboratorio hasta la etapa de demostración y de aumento de escala.
A juicio de Rubens Maciel Filho, docente de la Universidad de Campinas (Unicamp) y miembro de la coordinación del Programa FAPESP de Investigaciones en Bioenergía (BIOEN), hay una diversidad de biomasas que pueden trabajarse.
“Como las materias primas de interés en Brasil y en Europa son distintas, necesitamos procesos flexibles que permitan trabajar con una grande variedad de biomasas. Muchas de esas tecnologías que pueden trabajarse se desarrollaron y se evaluaron a escala de laboratorio, que es como se tiene un mejor control de las cosas. El llamado a la presentación de propuestas deja claro que debemos avanzar en diversos puntos, de manera tal que sea posible implementar tecnológicamente estas soluciones a una escala mayor”, dijo.
Glaucia Mendes Souza, docente de la Universidad de São Paulo (USP) y miembro de la coordinación del BIOEN, puso de relieve que la convocatoria se extiende mucho más allá del etanol de segunda generación, producido con bagazo de caña de azúcar.
“Apunta a desarrollar combustibles de aviación y también gas de síntesis, que puede reemplazar a varios productos de la industria petroquímica, incluso al gas natural renovable. La gasificación es una tecnología que aún no funciona a gran escala en ningún lugar del mundo, y es uno de los cuellos de botella que deben sortearse”, dijo.
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