Carlos Moedas, comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea, durante su conferencia en la FAPESP (foto: Léo Ramos/ FAPESP)
Está afirmación estuvo a cargo de Carlos Moedas, comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea, durante una conferencia realizada en la FAPESP
Está afirmación estuvo a cargo de Carlos Moedas, comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea, durante una conferencia realizada en la FAPESP
Carlos Moedas, comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea, durante su conferencia en la FAPESP (foto: Léo Ramos/ FAPESP)
Por Elton Alisson
Agência FAPESP – La Unión Europea y Brasil poden hacer mucho más en términos de cooperación científica y tecnológica basada en la ciencia y la innovación abierta.
Esta afirmación estuvo a cargo de Carlos Moedas, comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea, durante la conferencia que dictó el 17 de noviembre en la FAPESP, sobre colaboraciones estratégicas entre Brasil y la Unión Europea en ciencia e innovación abierta.
“Brasil es un socio esencial de Europa, y juntos hemos avanzado en áreas estratégicas”, dijo Moedas. “Actualmente tenemos más de 150 investigadores becarios brasileños con patrocinio de programas europeos de apoyo a la investigación científica, pero podemos hacer mucho más”, afirmó.
De acuerdo con el comisario, uno de los ejemplos de colaboración científica entre Brasil y la Unión Europea en ciencia e innovación abierta es Viajeo, una plataforma abierta que permite compartir e intercambiar información sobre el tránsito en las ciudades de São Paulo, Río de Janeiro, Atenas en Grecia y Pekín y Shanghái en China, con el objetivo de organizar el transporte colectivo e individual en esas ciudades. En São Paulo, este proyecto cuenta con la participación del Instituto de Investigaciones Tecnológicas (IPT) y de la Universidad de São Paulo (USP).
Otro ejemplo de colaboración entre Brasil y la Unión Europea en ciencia e innovación abierta que apuntó el comisario fue Itaka (sigla de Initiative Towards sustainable Kerosene for Aviation), un proyecto colaborativo implementado por la Iniciativa Industrial Europea en Bioenergía (EIBI, por sus siglas en inglés), con el objetivo de viabilizar la adopción de biocombustibles en la aviación en Europa. En Brasil, este proyecto cuenta con la participación de Embraer.
“Este proyecto constituye un paso adelante en la vasta experiencia brasileña de producción de biocombustibles, fundamentalmente a partir de la caña de azúcar”, sostuvo Moedas.
“Podemos y debemos continuar esta experiencia positiva e incrementar nuestra colaboración en áreas en las cuales nuestra complementariedad es más fuerte. Y una de las formas de hacer esto consiste en continuar con nuestra cooperación a través de programas como el Horizonte 2020”, dijo.
El Horizonte 2020 (H2020), gestionado por la Administración General de Investigación e Innovación de la Comisión Europea, bajo responsabilidad de Moedas, es el mayor programa de investigación cooperativa e innovación del mundo.
Hasta 2020 se invertirán más de 80 mil millones de euros en proyectos de investigación científica y tecnológica desarrollados en colaboración con investigadores de todos los países.
“Un tercio de los recursos del Horizonte 2020 se destinará a apoyar la ciencia básica a través del Centro Europeo de Investigación. Otro tercio será para apoyar la investigación en pequeñas y medianas empresas, y el resto irá a apoyar proyectos relacionados con grandes desafíos de la sociedad”, explicó Moedas.
La FAPESP estableció un acuerdo de cooperación con la Unión Europea para el H2020 mediante el cual investigadores vinculados a universidades e instituciones de investigación del estado de São Paulo pueden utilizar modalidades de apoyo ofrecidas por la Fundación para financiar su participación en propuestas asociadas al programa, pero siguiendo los plazos del H2020.
“Este sistema de financiación paralelo refuerza nuestra asociación y asegura una mejor participación de Brasil en el Horizonte 2020”, dijo Moedas. “Espero que esto les sirva de inspiración a otros estados brasileños”, afirmó.
A juicio del presidente de la FAPESP, José Goldemberg –quien abrió la ceremonia al lado de João Gomes Cravinhos, embajador de la Unión Europea en Brasil– “la presencia del comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea en la Fundación indica la posibilidad de cooperación para dinamizar y acelerar la investigación científica y tecnológica en el estado de São Paulo”.
Investigación colaborativa en biocombustibles
Antes de la conferencia del comisario europeo, el director científico de la FAPESP, Carlos Henrique de Brito Cruz, también anunció un llamado a la presentación de propuestas emitido por la Comisión Europea y la Fundación, junto al Consejo Nacional de Fundaciones Estaduales de Apoyo a la Investigación Científica (Confap, por sus siglas en portugués) y el Ministerio de Ciencia, Tecnología e innovación (MCTI), con el objetivo de apoyar investigaciones colaborativas internacionales en biocombustibles de segunda generación.
Las propuestas deben reunir a investigadores de tres estados brasileños: uno de São Paulo y los otros dos residentes en estados cuyas respectivas Fundaciones de Apoyo a la Investigación Científica (FAPs) participen en el llamado.
Asimismo, es necesario contar con una empresa asociada a la propuesta y comprometida a financiar al menos el 50% de los costos del proyecto de investigación por el lado brasileño, explicó Brito Cruz.
“Estas dos oportunidades de proyectos científicos conjuntos están alineadas con una acción que la FAPESP ha realizado con bastante intensidad en los últimos años, que es la de crear oportunidades para que científicos de estado de São Paulo hagan investigación en colaboración con colegas de otros lugares del mundo, como los de la Unión Europea”, dijo Brito Cruz.
“Uno de los requisitos importantes tanto en el pliego que lanzamos con del programa Horizonte 2020 como en este anuncio que estamos haciendo ahora sobre una nuevo llamado a la presentación de propuestas de proyectos con la Comisión Europea indica que los investigadores del estado de São Paulo deben demonstrar que son actores en la concepción y la creación de los proyectos, habiendo participado en el montaje, la discusión y la elección del tema”, subrayó.
El conocimiento, patrimonio de la humanidad
En su conferencia, Moedas destacó una frase de Louis Pasteur (1822-1895) en la que dice que la ciencia no tiene patria, porque el conocimiento es patrimonio común de la humanidad.
Por eso, la humanidad tiene la responsabilidad conjunta de definir cómo será el conocimiento en el futuro, qué punto desea que alcance y con qué fines se lo utilizará.
La definición de estas trayectorias pasa, según Moedas, por lo que definió como las tres o: open science, open innovation y open to the world.
“La ciencia del futuro se asienta sobre la calidad y la cantidad de datos disponibles, y el Big Data será una parte esencial de este nuevo juego. Por eso hemos definido una política agresiva en Europa con respecto a open access, open data y research integrity, pues en el fondo lo que queremos es integridad para poder tener apertura”, afirmó.
Uno de los grandes ejemplos de beneficios aportados por la apertura de dados, de acuerdo con el comisario, fue el Proyecto Genoma Humano, encabezado por los Institutos Nacionales de Salud (NIH, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos.
Con una inversión de 3.500 millones de dólares, se estima que ese proyecto dio origen a un nuevo mercado valuado en más de 800 mil millones de dólares y a la creación de más de 300 mil empleos, al poner a disposición los datos, dijo Moedas.
“Necesitamos innovadores que aprovechen las nuevas posibilidades del nuevo mundo digital que les permite a las pequeñas empresas, y nos permiten a todos, crear nuevos mercados y productos y servicios que contemplen las necesidades de la sociedad, cada vez más globales”, afirmó.
Algunos de los ejemplos de empresas derivadas de este nuevo mundo digital que apuntó Moedas son Spotify –una startup sueca que dominó el mercado de música– y la brasileña Easy Taxi, que hace cuatro años creó la primera aplicación de servicio de taxi del mundo y actualmente está presente en más de 420 ciudades de 30 países.
“En Europa se está entablando una gran discusión sobre empresas como Uber [un servicio de remises o coches particulares con chofer] y Airbnb [un servicio que permite el alquiler de casas y apartamentos particulares para alojamiento] y, obviamente, debemos ver si esas empresas pagan impuestos y respetan las reglas de la competencia leal”, dijo Moedas.
“Pero tenemos que detenernos y pensar que esas empresas están creando valor, transacciones económicas que nunca existieron antes, y debemos aumentar el tamaño de la torta de la economía a través de ellas”, afirmó.
Soluciones globales a los desafíos
Dirigiéndose al auditorio, con un público compuesto por dirigentes de universidades, de instituciones de investigación, de empresas e investigadores, Moedas los convocó a usar sus voces para explicarles a los políticos que sólo existe una manera de generar mejores condiciones de bienestar para la sociedad: la productividad económica. Y eso implica innovar.
“Si observamos a los países de Europa y otros que pasaron por crisis económicas recientes, los que lograron superarlas mejor fueron los que invirtieron más en ciencia e innovación, porque en los momentos difíciles, los políticos de esos países tomaron esa decisión”, afirmó.
Entre 1995 y 2007, por ejemplo, el 67% del crecimiento registrado en Europa surgió merced a la ciencia y la innovación.
“Es difícil venderles esta idea [acerca de la importancia de la ciencia y la innovación para el desarrollo económico] a los políticos, porque ellos trabajan en un ciclo corto, mientras que la ciencia tiene ciclos largos. Pero es en estos momentos difíciles cuando se hace necesario que los científicos alcen su voz y demuestren la importancia de esto con cifras y datos, para que los políticos tomen sus decisiones”, sostuvo.
Al tiempo que es necesario utilizar el conocimiento para generar empleos y crecimiento económico, también lo es que los científicos tengan apertura al mundo y den respuestas a los desafíos globales, tales como los de la energía, el agua, la salud y los alimentos. “Estos desafíos dependerán de soluciones globales. De allí la idea por la cual abogo: que la ciencia se abra al mundo”, sostuvo Moedas.
Una de las experiencias más significativas que tuvo en tal sentido, y que lo motivó a defender la importancia de la ciencia abierta para el mundo, fue cuando visitó, ya en el cargo de comisario de investigación, ciencia e innovación de la Comisión Europea, el Synchrotron-Light for Experimental Science and Applications in the Middle East (Sesame), en construcción en Jordania.
Lanzado en 1999 con el apoyo de la Unesco, el Sesame tiene como miembros fundadores a Bahréin, Chipre, Egipto, Irán, Israel, Paquistán, la Autoridad Palestina y Turquía, aparte de Jordania.
“Allí, gente que quizá nunca conversaría sobre otros temas, habla sobre ciencia. Yo pude constatar que la ciencia resulta fundamental para construir puentes allí donde muchas veces no son posibles”, sostuvo.
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