Una de las posibilidades consistiría en insertar en el virus vacunal del dengue un gen codificador de una proteína clave del virus del Zika; otra sería crear un virus del Zika atenuado (foto: Eduardo Cesar/ FAPESP)
Una de las posibilidades consistiría en insertar en el virus vacunal del dengue un gen codificador de una proteína clave del virus del Zika; otra sería crear un virus del Zika atenuado
Una de las posibilidades consistiría en insertar en el virus vacunal del dengue un gen codificador de una proteína clave del virus del Zika; otra sería crear un virus del Zika atenuado
Una de las posibilidades consistiría en insertar en el virus vacunal del dengue un gen codificador de una proteína clave del virus del Zika; otra sería crear un virus del Zika atenuado (foto: Eduardo Cesar/ FAPESP)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – La tecnología desarrollada en la formulación de la vacuna brasileña contra el dengue –que contó con el apoyo de la FAPESP y que ha ingresado en la etapa final de ensayos clínicos– puede adaptarse para crear un inmunizante contra el virus del Zika, afirmó el director del Instituto Butantan, Jorge Kalil, en una entrevista concedida a Agência FAPESP.
Según el director de la institución paulista, una de las posibilidades consistiría en insertar un gen codificador de una proteína clave del virus del Zika en el virus vacunal del dengue. Otra idea sería crear un virus del Zika atenuado utilizando un método análogo al empleado en el desarrollo de la vacuna del dengue.
El Instituto Butantan, que integra la recién creada Red Zika (una fuerza operativa que cuenta con el apoyo de la FAPESP y que está conformada por alrededor de 40 laboratorios), también ha dado inicio a investigaciones orientadas al desarrollo de un suero que podría aplicárseles a gestantes infectadas para combatir el virus del Zika circulante en el organismo antes de que cause daños a los fetos.
También durante la entrevista, Kalil se refirió a los preparativos necesarios para el comienzo de la inmunización de los voluntarios que participan en la tercera etapa de ensayos clínicos de la vacuna tetravalente contra el dengue, lo que está previsto para este mes.
“Estamos viviendo una crisis aguda de zika, pero no podemos minimizar al dengue. Es una enfermedad que persiste, que todavía mata en Brasil y que llegará con mucha fuerza este año”, sostuvo. Lea a continuación los principales pasajes de la entrevista.
Agência FAPESP – Durante el pasado mes de diciembre, la agencia federal de control sanitario Anvisa autorizó el comienzo de la tercera etapa de ensayos clínicos de la vacuna contra el dengue. ¿Qué se ha hecho desde entonces?
Jorge Kalil – Desde que la agencia Anvisa nos dio el aval, el 11 de diciembre de 2015, iniciamos las tratativas finales necesarias antes de la inmunización de los voluntarios, que empezará este mes. Necesitamos hacer nuevos preparados vacunales, por ejemplo, pues las muestras que estaban listas ya iban a vencer. Hemos preparado un lote del inmunizante de acuerdo con las nuevas normas de Anvisa para la producción de las muestras que se utilizan en los ensayos clínicos. Para eso fue necesario efectuar algunas alteraciones en el área de producción. También contratamos un seguro que cubre a todos los participantes y a una empresa tipo CRO (del inglés Clinical Research Organization) con actuación internacional, para llevar adelante la gestión del estudio.
Agência FAPESP – ¿Cuál será el papel de esa empresa?
Kalil – En general, los ensayos clínicos son sumamente complejos y participa mucha gente. Esas CROs ayudan en la capacitación del personal de los centros participantes, hacen el seguimiento del proceso para asegurar que los investigadores actúen de acuerdo con el procedimiento prescrito y evalúan la calidad de los datos recabados. Esto no puede hacerlo el propio Instituto Butantan, que es una de las partes interesadas y funciona como un patrocinador de la investigación. Como aspiramos a obtener un registro internacional de la vacuna, contratamos a una CRO con actuación internacional. Los 14 centros participantes contarán con un investigador principal sin ninguna relación con el Instituto Butantan.
Agência FAPESP – ¿Cuándo empezará exactamente la inmunización de los voluntarios y cómo será el proceso?
Kalil – La fecha exacta la anunciará el gobernador Geraldo Alckmin en breve. Las primeras inmunizaciones se harán en São Paulo, en el Hospital de Clínicas de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (HCFMUSP), y luego en los otros 13 centros. Se vacunará a 17 mil voluntarios, a quienes se les hará un seguimiento durante un plazo de hasta cinco años. Pero antes, posiblemente dentro de un año, debemos obtener la respuesta principal: si la vacuna protege o no contra el dengue. Ese tiempo dependerá de la incidencia de la enfermedad en los distintos lugares donde se hará el estudio durante los próximos meses, y también de nuestra capacidad de inmunización de los voluntarios.
Agência FAPESP – ¿La propagación del virus del Zika en Brasil puede dificultar de alguna forma los ensayos clínicos?
Kalil – Nuestra principal preocupación consistirá en capacitar a los centros para efectuar el diagnóstico con precisión, distinguiendo así los casos de zika y de dengue. Al margen de eso, no veo problemas.
Agência FAPESP – ¿Puede existir una interacción del virus del dengue atenuado utilizado en la vacuna con el virus del Zika que circula en el país?
Kalil – Aún no hay datos al respecto, pero es un factor que sin duda vamos tener en cuenta durante la investigación.
Agência FAPESP – ¿Es posible adaptar la vacuna desarrollada contra el dengue para que inmunice contra el virus del Zika?
Kalil – Una de las ideas consiste en utilizar el mismo andamiaje viral de la vacuna contra el dengue, que es el propio virus del dengue atenuado, e insertarle el gen que codifica una proteína de la envoltura vírica del Zika (una bicapa lipídica que se ubica en la parte más exterior del virus). Ya se sabe que los anticuerpos que protegen contra esas enfermedades virales –los llamados anticuerpos neutralizantes– apuntan contra proteínas de la envoltura vírica. Otra posibilidad consistiría en crear una vacuna utilizando el propio virus del Zika atenuado, mediante un método parecido con el empleado para crear la vacuna contra el dengue. Vamos a probar diferentes posibilidades.
Agência FAPESP – ¿En ese caso, las pruebas con la nueva vacuna deberían empezar desde la etapa preclínica o podrían marchar más rápido?
Kalil – Hay que empezar todo de nuevo, pero quizá el proceso avance un poco más rápido, pues sería muy similar al que se hizo y ya hemos demostrado que el método es seguro. Ante la prisa, deberíamos conversar con las autoridades sanitarias.
Agência FAPESP – ¿El Butantan también trabaja en un suero contra el virus del Zika?
Kalil – Sí. Ya estamos cultivando el virus en células in vitro. La idea consiste en aislar antígenos específicos para inmunizar caballos. Precisamos observar si los animales producen cantidades significativas de anticuerpos neutralizantes, y aislar y purificar esas inmunoglobulinas en nuestra fábrica, algo similar a lo que hacemos al producir sueros contra toxinas y venenos. Luego es necesario obtener fragmentos de esa inmunoglobulina de caballos que funcionen como anticuerpos neutralizantes y puedan inyectarse en las mujeres para combatir al virus. Ya hemos empezado a inmunizar ratones y estamos desarrollando test para evaluar si el anticuerpo producido es del tipo neutralizante. Las primeras etapas están en marcha.
Agência FAPESP – El avance de los casos de microcefalia posiblemente vinculados al virus del Zika fue considerado como una emergencia internacional por la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Esto contribuirá a la aceleración de la marcha de esas investigaciones?
Kalil – Sin duda. Eso llama más la atención hacia el tema, promueve una mayor colaboración entre los científicos y, sobre todo, una mayor destinación de recursos para llevar adelante las investigaciones. El caso del ébola es un ejemplo. Por haber sido considerado una emergencia, las investigaciones avanzaron en el sistema fast track, que permite evaluar y aprobar los resultados con mayor rapidez. Esto también depende de las agencias reguladoras locales, que deberán seguir la decisión de la OMS.
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