Los odontólogos y los otorrinolaringólogos deben estar atentos y derivar a los pacientes con lesiones sospechosas a los servicios especializados, advierten investigadores (imagen: Wikimedia Commons)
Los odontólogos y los otorrinolaringólogos deben estar atentos y derivar a los pacientes con lesiones sospechosas a los servicios especializados, advierten investigadores
Los odontólogos y los otorrinolaringólogos deben estar atentos y derivar a los pacientes con lesiones sospechosas a los servicios especializados, advierten investigadores
Los odontólogos y los otorrinolaringólogos deben estar atentos y derivar a los pacientes con lesiones sospechosas a los servicios especializados, advierten investigadores (imagen: Wikimedia Commons)
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – El melanoma de mucosa, un tipo de tumor raro y bastante agresivo, se caracteriza por la aparición de lesiones hiperpigmentadas que varían en tonalidad del castaño claro al negro, y que pueden aparecer en la cavidad oral, en los fosas nasales o en los senos paranasales, también conocidos como senos nasales.
Al analizar datos de 51 pacientes diagnosticados con esta enfermedad y tratados en el A.C. Camargo Cancer Center, en São Paulo, Brasil, entre 1954 y 2012, investigadores de dicha institución observaron una clara asociación entre el diagnóstico tardío y una menor prolongación de la vida.
De acuerdo con los resultados publicados en International Journal of Oral & Maxillofacial Surgery, la mayoría de los pacientes padecía la enfermedad en un estadio avanzado al momento del diagnóstico. Al final del estudio, sólo siete estaban vivos.
Esta investigación contó con la coordinación del cirujano de cabeza y cuello Mauro Kasuo Ikeda, en el ámbito del Instituto Nacional de Ciencia y Tecnología en Oncogenómica (INCITO), uno de los Institutos Nacionales de Ciencia y Tecnología (INCTs) del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) apoyados por la FAPESP en São Paulo.
“El gran problema radica en que, debido a que es raro y no siempre está visible, resulta difícil diagnosticar un melanoma de mucosa. En muchos pacientes, el tumor ya se encuentra en un estadio avanzado cuando llegan a un servicio especializado”, comentó Ikeda.
Según el investigador, ocho de cada diez casos de melanoma de mucosa se detectan con base en una pigmentación en áreas tales como las encías superiores y la cavidad nasal. Generalmente, los primeros que se percatan de la existencia del tumor son los odontólogos o los médicos otorrinolaringólogos.
No obstante, cuando se deriva a los pacientes a un centro especializado, más de la mitad ya presenta lesiones ulceradas que requieren un tratamiento quirúrgico más agresivo y con menores posibilidades de controlar la enfermedad.
Ikeda informó que, a lo largo de los años, no se ha logrado una gran evolución en lo que hace a prolongación de la vida, pues el tratamiento para este tipo de cáncer sigue siendo esencialmente quirúrgico desde la década 1950.
“Esas lesiones no responden bien a la quimio o la radioterapia. La diferencia reside en que, gracias a los avances de las técnicas de reconstrucción plástica, los casos graves, que antes no se operaban, pueden operarse actualmente”, comentó el cirujano.
De acuerdo con el investigador, los tumores malignos se dividen en general en estadios de agresividad que varían de 0 a 4. Pero, en el caso del melanoma de mucosa, prácticamente todas las lesiones diagnosticadas –independientemente de su tamaño o de su profundidad– se consideran como de grado 3 ó 4, lo que significa un mal pronóstico, con alto riesgo de metástasis y muerte relacionada con el tumor. Tan raro como la enfermedad lo es descubrirla en sus etapas iniciales (en grados 1 y 2).
“Pero no es imposible arribar al diagnóstico precoz. El estudio mostró que el 84,3% presenta una fuerte pigmentación en las cavidades bucal y nasal. Con esta información, odontólogos y otorrinolaringólogos pueden prestarle atención a las lesiones que puedan estar presentes en estas áreas, identificándolas ya de entrada y derivando a los pacientes a un centro especializado”, subraya Ikeda.
Pero existe un contrapunto, advierte el investigador. Las personas de alrededor de 40 años o más suelen tener en su arcada dentaria restauraciones realizadas con amalgama, un derivado del mercurio. “Cuando se practicaba ese tipo de procedimiento, solían escaparse fragmentos de mercurio que se instalaban en la mucosa e inducían una mayor pigmentación local sin ninguna relación con un cáncer. Por eso el diagnóstico puede ser vago y se requiere que lo efectúe un profesional debidamente capacitado”, dijo.
En casos de lesiones en los senos nasales, la visualización resulta prácticamente imposible, sostuvo Ikeda. El diagnóstico se realiza generalmente cuando el paciente ya exhibe síntomas tales como el sangramiento nasal, o cuando el tumor se propaga a otras zonas de la cabeza.
Factores de riesgo y marcadores de agresividad
A diferencia de otros tumores que afectan a la cabeza y el cuello, el melanoma de mucosa no está relacionado con el consumo de alcohol o de tabaco. Tampoco existe un nexo con la exposición prolongada a la radiación solar, tal como es el caso del melanoma de piel.
“En algunos estudios se han encontrado mutaciones en tumores individuales, pero son hallazgos esporádicos, no es algo que pueda reconocerse como causa. No existe una causa claramente establecida”, dijo Ikeda.
Uno de los objetivos de los investigadores del INCITO actualmente es el de identificar aspectos clínicos y biomarcadores moleculares que funcionen como predictores de un mejor o peor pronóstico y que puedan ayudar a mejorar los índices de prolongación de la vida en términos globales.
“El surgimiento de nuevos fármacos quimioterapéuticos e inmunoterapéuticos también aporta buenas perspectivas al tratamiento. Es posible que los anticuerpos monoclonales puedan tener alguna interferencia en la evolución de esos pacientes”, sostuvo Ikeda.
Puede leerse el artículo intitulado Head and neck mucosal melanoma: clinicopathological analysis of 51 cases treated in a single cancer centre and review of the literature (doi: 10.1016/j.ijom.2015.08.987) en el siguiente enlace: www.sciencedirect.com/science/article/pii/S0901502715012990.
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