La afirmación es de Jerry Hatfield, director del Laboratorio Nacional de Agricultura y Medio Ambiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (foto: Eduardo Cesar/ FAPESP)

Los cambios climáticos ya están provocando una disminución de la productividad agrícola en el mundo
26-06-2014

La afirmación es de Jerry Hatfield, director del Laboratorio Nacional de Agricultura y Medio Ambiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en conferencia en la FAPESP

Los cambios climáticos ya están provocando una disminución de la productividad agrícola en el mundo

La afirmación es de Jerry Hatfield, director del Laboratorio Nacional de Agricultura y Medio Ambiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en conferencia en la FAPESP

26-06-2014

La afirmación es de Jerry Hatfield, director del Laboratorio Nacional de Agricultura y Medio Ambiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (foto: Eduardo Cesar/ FAPESP)

 

Por Elton Alisson

Agência FAPESP – Los cambios climáticos han provocado alteraciones en las etapas de reproducción y desarrollo de distintos cultivos agrícolas, entre ellos el maíz, el trigo y el café. Y los impactos de dichas alteraciones ya se hacen sentir, pues causan una disminución de la productividad en el sector agrícola de países tales como Brasil y Estados Unidos.

Este análisis estuvo a cargo de los científicos que participaron del Workshop on Impacts of Global Climate Change on Agriculture and Livestock, que se realizó el pasado 27 de mayo en el auditorio de la FAPESP y contó con la coordinación de Carlos Martinez, docente de la Universidad de São Paulo (USP) en el campus de la ciudad paulista de Ribeirão Preto.

El objetivo de dicho evento, organizado en el marco del Programa FAPESP de Investigación sobre Cambios climáticos Globales, consistió en reunir a científicos de Brasil y de Estados Unidos para compartir conocimientos y experiencias en estudios sobre los impactos de los cambios climáticos globales en la agricultura y en la ganadería.

“Sabemos desde hace mucho tiempo que los cambios climáticos tendrán impactos en los cultivos agrícolas en forma directa e indirecta”, dijo Jerry Hatfield, director del Laboratorio Nacional de Agricultura y Medio Ambiente del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). “El tema está en saber cómo serán tanto esos impactos como la magnitud de esos cambios en los distintos países productores agrícolas”, dijo el investigador en su conferencia durante el evento.

De acuerdo con Hatfield, uno de los principales impactos que se observan en Estados Unidos es la caída de la productividad de cultivos como el maíz y el trigo. El país es el primero y el tercer productor mundial de dichos granos, respectivamente. “La producción de trigo [en Estados Unidos] ya no logra obtener los grandes aumentos de cosecha que se obtenían entre las décadas de 1960 y 1980”, afirmó.

Una de las razones de la caída de productividad de ése y de otros cultivos agrícolas en el mundo, según el análisis del investigador, es el aumento de la temperatura durante la etapa de crecimiento y de polinización.

Las plantas de trigo, soja, maíz, arroz, algodón y tomate poseen distintos rangos de temperatura ideal para el período vegetativo –de la germinación de la semilla hasta el crecimiento de la planta– y el período reproductivo, que se inicia a partir de la florada y la formación de las semillas.

El maíz, por ejemplo, no tolera altas temperaturas en la etapa reproductiva. La soja, en tanto, es más tolerante a las temperaturas elevadas en esta etapa, comparó Hatfield.

Sin embargo, lo que se observa en los distintos países es un aumento de la frecuencia de días más cálidos, con temperaturas hasta 5 ºC más altas que el promedio registrado durante años anteriores, precisamente en la etapa de crecimiento y de polinización.

“Observamos diversos casos de fracaso en la polinización del arroz, del trigo y del maíz, en razón del aumento de la temperatura en esa etapa. Y si el incremento de temperatura se produce aparejado a un déficit hídrico, el impacto puede verse exacerbado”, analizó.

Según Hatfield, la temperatura nocturna mínima ha aumentado más que la temperatura máxima por las noches. Este cambio ocasiona un impacto sobre la respiración de las plantas por la noche y reduce su capacidad de fotosíntesis durante el día, apuntó.

Las investigaciones con el maíz

En un estudio realizado en el laboratorio de Hatfield en USDA en un rizotrón –un aparato para la realización de análisis de las raíces de plantas en el medio de cultivo–, investigadores mantuvieron tres distintas variedades de maíz en una cámara 4 ºC más cálida que otra con temperatura normal, con el objetivo de evaluar el impacto del aumento de la temperatura en las etapas vegetativa y reproductiva de la planta.

“Constatamos que la fisiología de la planta se ve muy afectada por el aumento de la temperatura, fundamentalmente durante la fase reproductiva”, comentó el investigador.

En otro experimento, los científicos mantuvieron una variedad de maíz cultivada en Estados Unidos en una cámara con una temperatura 3 ºC arriba de aquélla que la planta tolera durante la fase de crecimiento, cuando se determina el tamaño de la espiga.

Este aumento provocó una disminución de 15 días en el período de llenado de los granos de maíz y la interrupción de la capacidad de la planta para completar este proceso, lo que tuvo sus reflejos en la merma de la productividad.

“Observamos que, en caso de que se exponga a las plantas a una temperatura nocturna relativamente alta durante el período de llenado de los granos, esta fase de desarrollo se interrumpe”, afirmó Hatfield.

“El problema no es la temperatura promedio a la que la planta puede quedar expuesta durante la fase reproductiva, sino la temperatura mínima. Debemos entender mejor esa interacción de los cultivos agrícolas con el ambiente y con el clima para aumentar su resiliencia ante la elevación de la temperatura y la frecuencia de eventos climáticos extremos”, analizó.
 


Los impactos en Brasil

En Brasil, los cambios climáticos están alterando la geografía de la producción agrícola, según sostuvo Hilton Silveira Pinto, director del Centro de Investigaciones Meteorológicas y Climáticas Aplicadas a la Agricultura (Cepagri), de la Universidad Campinas (Unicamp).

El año pasado fue el más seco desde 1988, cuando el Cepagri inició sus mediciones climáticas. Se registró un promedio de 1.186 milímetros de lluvia, ante los 1.425 milímetros registrados durante los años anteriores. El mes más crítico del año fue diciembre, cuando las precipitaciones sumaron 83 milímetros. El promedio histórico del mes era de 207 milímetros, comparó Silveira Pinto.

“Ese fin de año tan seco complicó bastante a la agricultura en São Paulo, dado que la época de siembra de los agricultores acá es precisamente durante octubre y noviembre”, dijo Silveira Pinto durante su conferencia.

“La siembra de algunos cultivos tendrá que atrasarse, pues existe una variabilidad bastante ostensible del régimen pluviométrico de las áreas donde determinados cultivos pueden plantarse”, afirmó.

Según el investigador, a partir de los años 2000 no se han registrado heladas prácticamente en ninguna zona de São Paulo, lo que deja en evidencia el incremento de la temperatura en el estado.

Un reflejo de este cambio es la migración de la producción de café en São Paulo y Minas Gerales hacia regiones más elevadas, con temperaturas más propicias para el florecimiento de la planta. Cada 100 metros de altura, la temperatura disminuye alrededor de 0,6 ºC, según Silveira Pinto.

Durante el período de floración del café, cuando los botones florales se convierten en granos de café, la planta no puede quedar sometida a temperaturas superiores a los 32 ºC. Una sola tarde con esa temperatura durante el mencionado período es suficiente para que la flor se aborte y no forme el grano.

“El registro de temperaturas superiores a los 32 ºC ha ocurrido con mayor frecuencia en la región cafetalera de São Paulo. Con el calentamiento global, deberá aumentar entre 5 y 10 veces la incidencia de tardes cálidas en el florecimiento de la planta”, dijo Silveira Pinto. “Esto puede hacer que no sea más factible producir café en las zonas más bajas de São Paulo durante las próximas décadas.”

“La producción de café en Brasil migrará hacia el sur”, afirmó. “El café brasileño se producirá en los próximos años en estados como Paraná y Santa Catarina.”

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