Pueden volverse comunes en el estado durante las próximas décadas las fuertes lluvias concentradas en pocos días, intercaladas por largos períodos secos, según se señala en un estudio (imagen: Phelipe Janning)

Los fenómenos climáticos extremos ocurrirán con mayor frecuencia en São Paulo
26-03-2015

Pueden volverse comunes en el estado durante las próximas décadas las fuertes lluvias concentradas en pocos días, intercaladas por largos períodos secos

Los fenómenos climáticos extremos ocurrirán con mayor frecuencia en São Paulo

Pueden volverse comunes en el estado durante las próximas décadas las fuertes lluvias concentradas en pocos días, intercaladas por largos períodos secos

26-03-2015

Pueden volverse comunes en el estado durante las próximas décadas las fuertes lluvias concentradas en pocos días, intercaladas por largos períodos secos, según se señala en un estudio (imagen: Phelipe Janning)

 

Por Elton Alisson

Agência FAPESP – La variación climática que se ha venido observando en la Región Metropolitana de São Paulo en los últimos años –caracterizada por lluvias intensas concentradas en pocos días, intercaladas por largos períodos secos y cálidos– se convertirá en una tendencia o incluso puede llegar a agravarse durante las próximas décadas.

Estas conclusiones surgen de un estudio realizado por científicos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe, siglas en portugués) y del Centro Nacional de Monitoreo y Alertas de Desastres Naturales (Cemaden), en colaboración con colegas de las Universidades de São Paulo (USP), de Campinas (Unicamp), Estadual Paulista (Unesp), de Taubaté (Unitau) y de los Institutos Tecnológico de Aeronáutica (ITA) y de Aeronáutica y Espacio (IAE), entre otras instituciones y universidades de Brasil y del exterior, en el marco del Proyecto Temático intitulado “Assessment of impacts and vulnerability to climate change in Brazil and strategies for adaptation”, con el apoyo de la FAPESP.

Algunos resultados de dicho estudio salieron descritos en artículos publicados en la revista Climate Research y contribuyeron en la elaboración del Atlas de Projeções de Temperatura y Precipitação para o Estado de São Paulo, una publicación interna del Inpe presentada en 2014, que también fue uno de los resultados de proyecto.

“Estamos observando en la Región Metropolitana de São Paulo un incremento de la frecuencia de lluvias intensas que desencadenan inundaciones y deslizamientos de tierra, distribuidas entre períodos secos que pueden extenderse durante meses", dijo José Antonio Marengo Orsini, investigador del Inpe y que actualmente se desempeña en el Cemaden.

“Los modelos climáticos proyectan que esos eventos climáticos extremos se volverán cada vez más comunes en São Paulo y en otras ciudades del mundo, y pueden incluso intensificarse, de mantenerse el actual ritmo de urbanización y de emisión de gases de efecto invernadero”, dijo el investigador, quien estuvo a cargo de la coordinación del estudio.

Los investigadores analizaron la variabilidad del clima de la región metropolitana durante los últimos 80 años mediante datos diarios de lluvias referentes al período 1933-2011, suministrados por la estación meteorológica Água Funda, perteneciente al Instituto de Astronomía, Geofísica y Ciencias Atmosféricas (IAG) de la Universidad de São Paulo (USP). Con respecto al período 1973-1997, se utilizaron también datos de otras 94 estaciones meteorológicas distribuidas por la región.

Las observaciones indicaron un aumento significativo del volumen total de lluvia durante la estación lluviosa desde 1961, que puede estar asociado con el incremento de la frecuencia de días de lluvia pesada y con la disminución de días con precipitaciones leves en la ciudad.

Mientras que los días de lluvia pesada –más de 50 milímetros (mm)– fueron casi nulos en la década de 1950, se registraron entre dos y cinco veces por año entre 2000 y 2010 en la ciudad de São Paulo.

Isla de calor

De acuerdo con Marengo, las alteraciones del régimen de lluvias en São Paulo pueden ser producto de la variabilidad climática natural, pero pueden también estar relacionadas con el crecimiento de la urbanización, especialmente durante los últimos 40 años, que contribuyó para agravar los efectos de la “isla de calor” en la ciudad.

Con el aumento de la urbanización, el suelo de la región –antes expuesto y con vegetación remanente del Bosque Atlántico– fue quedando cada vez más cubierto por materiales tales como asfalto y hormigón, que absorben mucho calor y no retienen la humedad.

De este modo, durante el día el clima es muy caluroso, en tanto que por las noches el calor acumulado se libera hacia la atmósfera. La humedad relativa del ambiente en la ciudad disminuye y la evaporación de agua del suelo para la formación de nubes se acelera, según explicó Marengo.

“El incremento del índice de evaporación hace que se extraiga una mayor cantidad de agua del suelo y lo deja totalmente seco, como ha venido ocurriendo en las áreas de los reservorios que abastecen a la región metropolitana de São Paulo”, dijo el investigador. “Esto puede contribuir para aumentar el déficit hídrico de la ciudad”, sostuvo.
 


Proyecciones climáticas

Con el fin de analizar posibles tendencias y alteraciones en el patrón de lluvias extremas hasta 2100, los científicos elaboraron proyecciones de cambios climáticos en distintas zonas del estado de São Paulo, la región metropolitana inclusive, echando mano de una técnica denominada downscaling.

Esta técnica combina el modelo climático regional Eta-CPTEC, desarrollado por el Inpe, con los modelos globales HadCM3 y HadGEM2, creados en el Reino Unido y utilizados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), para realizar proyecciones de corto, mediano y largo plazo, con una resolución espacial de 40 kilómetros.

“Permite realizar pronósticos climáticos más minuciosos de regiones del estado de São Paulo tales como Vale do Paraíba o Serra do Mar, que no aparecen en el modelo climático global”, explicó Marengo.

Los científicos aplicaron este modelo basándose en el escenario 21 SRES A1B de emisiones de gases de efecto invernadero hasta 2100, el que utilizan en el IPCC.

En ese escenario climático, considerado intermedio, las emisiones de gases de efecto invernadero podrán llegar a 450 partes por millón (ppm) y causar un aumento de la temperatura global del orden de los 3 °C hasta 2100.

Los investigadores realizaron simulaciones para los períodos 2010-2040, 2041-2070 y 2071-2100, teniendo como base el período climatológico 1961-1990, que se emplea como patrón para la realización de proyecciones climáticas en la Organización Mundial de Meteorología.

Los resultados de las proyecciones indicaron que aumentará la frecuencia y la intensidad de lluvias extremas en la región metropolitana de São Paulo y en las regiones norte, centro y este del estado durante las próximas décadas.

Por otra parte, dichas proyecciones también sugirieron un incremento significativo de la frecuencia de veranitos en esas mismas zonas, lo que sugiere que las lluvias extremas se concentrarán durante algunos días y ocurrirán entre períodos de sequía más largos, explicó Marengo.

“Las proyecciones muestran que habrá un aumento de los riesgos de crecidas, inundaciones y de deslizamientos de tierra en la región metropolitana de São Paulo y en las regiones norte, centro y este del estado”, dijo el investigador.

“Los habitantes de esas zonas padecerán un aumento mayor de temperatura, así como cambios en el régimen pluvial y sequías más prolongadas”, afirmó.

Vulnerabilidad climática

Según Marengo, una de las razones por las cuales esas zonas del estado podrán verse más afectadas por las variaciones climáticas radica en que existe en ellas una mayor densidad poblacional.

Además de las citadas, las regiones de Vale do Paraíba, Serra do Mar, Baixada Santista y Campinas también sentirán más fuertemente los efectos de las variaciones climáticas, señaló Marengo.

“Los impactos sociales y económicos del incremento de la temperatura, las sequías más prolongadas y las alteraciones en el régimen de precipitaciones pluviales en esos sitios serán mayores”, estimó.

“En el caso de la zona oeste de São Paulo, por ejemplo, en donde la densidad poblacional es menor, los impactos serán relativamente menores, pero también ocurrirán.”

La proyección de aumento de la mancha urbana en la región metropolitana de São Paulo hasta 2030, precisamente en las áreas más vulnerables a las consecuencias de los cambios climáticos, agravarán aún más los riesgos de desastres naturales, sostuvo el investigador.

“Los desplazamientos poblacionales ocasionados por los cambios climáticos no serán únicamente rurales, pues hay más gente que vive en las ciudades que en el campo en la actualidad”, estimó Marengo.

“Si bien fenómenos recientes, tales como la sequía en São Paulo, muestran que no estamos preparados para afrontar los problemas relacionados con los cambios climáticos, los resultados de este estudio ponen de relieve que esos problemas sólo tienden a empeorar, por eso resulta necesario considerar posibles estrategias de adaptación”, dijo Marengo.

Puede leerse el artículo con los resultados de los estudios intitulados Observed and projected changes in rainfall extremes in the Metropolitan Area of São Paulo (doi: 10.3354/cr01160), de Marengo y otros, en la revista Climate Research, en www.int-res.com/abstracts/cr/v61/n2/p93-107/.

Y el artículo Rainfall and climate variability: long-term trends in the Metropolitan Area of São Paulo in the 20th century (doi: 10.3354/cr01241), de Obregón y otros, puede leerse en la misma revista, en: www.int-res.com/abstracts/cr/v61/n2/p93-107/

 

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