En el marco de un proyecto que contó con el apoyo de organismos ambientales, la alcaldía de una localidad del estado de São Paulo, en Brasil, y diversas empresas, se comparó durante tres años el uso de puentes de madera y de sogas instaladas entre las copas de los árboles en una zona que alberga una unidad de conservación de Bosque Atlántico. El enfoque del monitoreo recayó sobre el tití león negro, una especie considerada patrimonio ambiental y símbolo de la conservación de la vida silvestre en
En el marco de un proyecto que contó con el apoyo de organismos ambientales, la alcaldía de una localidad del estado de São Paulo, en Brasil, y diversas empresas, se comparó durante tres años el uso de puentes de madera y de sogas instaladas entre las copas de los árboles en una zona que alberga una unidad de conservación de Bosque Atlántico. El enfoque del monitoreo recayó sobre el tití león negro, una especie considerada patrimonio ambiental y símbolo de la conservación de la vida silvestre en São Paulo
En el marco de un proyecto que contó con el apoyo de organismos ambientales, la alcaldía de una localidad del estado de São Paulo, en Brasil, y diversas empresas, se comparó durante tres años el uso de puentes de madera y de sogas instaladas entre las copas de los árboles en una zona que alberga una unidad de conservación de Bosque Atlántico. El enfoque del monitoreo recayó sobre el tití león negro, una especie considerada patrimonio ambiental y símbolo de la conservación de la vida silvestre en São Paulo
En el marco de un proyecto que contó con el apoyo de organismos ambientales, la alcaldía de una localidad del estado de São Paulo, en Brasil, y diversas empresas, se comparó durante tres años el uso de puentes de madera y de sogas instaladas entre las copas de los árboles en una zona que alberga una unidad de conservación de Bosque Atlántico. El enfoque del monitoreo recayó sobre el tití león negro, una especie considerada patrimonio ambiental y símbolo de la conservación de la vida silvestre en
Por Karina Ninni | Agência FAPESP – La apertura de carreteras suele afectar muy a menudo a la fauna que vive en los ecosistemas adyacentes. Pero existen maneras de minimizar este impacto, como lo es la construcción de puentes o corredores para animales: por arriba, para los animales arborícolas, o por debajo de la pista, para los terrestres. Los caminos entre las copas de los árboles constituyen una especie de pasarelas de dosel para esas especies.
En una carretera vecinal del municipio de Guareí, en el estado de São Paulo, en Brasil, la bióloga Francini de Oliveira Garcia, de la Universidad Federal de São Carlos (UFSCar), instaló dos tipos de pasarelas con el objetivo de verificar su eficacia para evitar atropellamientos de titíes leones negros (Leontopithecus chrysopygus). En el marco de este trabajo también se comparó el uso de los puentes de madera y de sogas entre los primates.
La carretera GRI 253 atraviesa el bosque en galería del río Guareí, que conecta fragmentos de Bosque Atlántico y alberga grupos de titíes leones negros. Una parte de la Estación Ecológica de Angatuba (una ciudad vecina), que posee una población de primates estimada en 46 ejemplares, también se encuentra en el territorio de Guareí. Esta especie, que es endémica del Bosque Atlántico del estado de São Paulo, está catalogada como “en peligro” por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN).
“El consejo consultivo de la Unidad de Conservación y la propia comunidad se percataron de que estaban perdiendo ejemplares en la carretera. Solamente en el año 2013 fueron cinco atropellamientos de titíes leones negros. Yo estaba cursando mi maestría y conseguí recursos para instalar las pasarelas mediante convenios principalmente con la municipalidad y con el ente gestor de la Unidad de Conservación, el Instituto Forestal, de la Secretaría del Medio Ambiente de São Paulo. Así fue como durante la maestría monitoreé 13 meses”, comenta De Oliveira Garcia.
Tras defender de su tesina, la investigadora monitoreó también el uso de las pasarelas durante casi dos años por cuenta propia. “Desde el punto de vista de la ecología de carreteras, que es un área científica relativamente nueva e interdisciplinaria, 13 meses era poco. Yo pretendías obtener resultados más robustos, entonces seguí adelante con los convenios, que fueron sumamente importantes, y con el monitoreo.”
De acuerdo con la bióloga, dos días después de la instalación de las pasarelas se verificó el atropello de un solo tití león negro; y desde entonces no ha habido más registros de accidentes. “Dos días es un tiempo demasiado corto como para establecer patrones de comparación con lo que sucedía antes de la instalación. Pero lo importante es que, al margen de ese episodio, no registramos más atropellos y verificamos que la cantidad de ejemplares del grupo ha aumentado.”
De Oliveira Garcia y otros colegas dieron a conocer estos resultados en un artículo publicado en el European Journal of Wildlife Research. La investigación contó con el apoyo de la FAPESP en el marco del proyecto intitulado “El efecto de la fragmentación sobre las funciones ecológicas de los primates”, cuya responsable es Laurence Marianne Vincianne Culot, docente de la Universidade Estadual Paulista (Unesp) en la localidad de Río Claro y coautora del artículo.
Puentes y cámaras
Las pasarelas se instalaron en 2017 en el sitio donde se registraron los atropellos en el año 2013. Ambas poseen 13 metros (m) de longitud y se las instaló a 6 m de altura, fijadas en columnas instaladas en ambos lados de la carretera. La de madera es un tronco de eucalipto (Eucalyptus umbra), no tratado, de unos 20 centímetros (cm) de diámetro. La otra es una especie de escalera de soga dispuesta horizontalmente. Tiene 50 cm de largura y “escalones” de tubos de PVC (policloruro de vinilo, un tipo de plástico) antiinflamable, con espacios de 40 cm entre ellos.
“Nuestro estudio es inédito en América del Sur, ya que es el primero que trabaja con dos pasarelas distintas en el mismo sitio a los efectos de analizar las preferencias de las especies al respecto de una o de la otra”, dice De Oliveira Garcia.
Las estructuras se monitorearon con dos cámaras ubicadas en las columnas que sostienen los puentes, que funcionaban 24 horas por día. De Oliveira Garcia recabó las imágenes mensualmente durante dos años. Ya la pasante del proyecto, Rafaela de Carvalho, también de la Unesp y coautora del artículo, hizo lo propio durante un año más.
La bióloga veía las grabaciones y separaba aquellas en las que aparecían animales usando las estructuras según sus especies y de acuerdo con el modelo de puente utilizado. Se concretó un convenio con la municipalidad de Guareí para la colocación de la escalera y la cesión de un empleado capacitado para tener acceso a las cámaras en lo alto de la carretera.
“Registramos nueve especies de mamíferos y una de lagarto cruzando a través de los puentes entre el dosel de los árboles, aparte de 13 especies de aves que las utilizaban como posaderos”, resume. El tití león negro, la ardilla brasileña, un roedor no identificado, otra especie de roedor de la familia Cricetidae y una especie de lagarto de la familia Scincidae utilizaron únicamente el puente de madera. Dos especies de mamíferos (otro roedor de la familia Cricetidae y la zarigüeya lanuda) utilizaron únicamente el puente de soga. Y tres especies de mamíferos se valieron de ambos: el erizo común, la zarigüeya orejuda y otra especie de roedor de la familia Cricetidae.
De los 702 eventos de cruce registrados por en cámaras, 527 ocurrieron en el puente de madera y 175 en el puente de soga. Se consideró como un “evento” cada vez que un animal o un grupo utilizó las pasarelas. Del total de eventos, 500 sucedieron durante la estación seca y 202 durante la estación lluviosa.
“Sugerimos que el movimiento de los titíes leones negros de un lado al otro es impulsado por exigencias biológicas dentro de su área de vida original, atravesada por la estrada. Los cruces se concretaron en ambas direcciones y la mayoría de los eventos de cruces ocurrieron durante los meses secos, cuando la disponibilidad de frutos se ve reducida y el consumo de presas es mayor, lo que aumenta el esfuerzo tendiente a la obtención de alimentos, en comparación con la temporada de lluvias.”
De acuerdo con De Oliveira Garcia, en la estación lluviosa esos primates se alimentan de frutos carnosos y dulces, mientras que durante la estación seca su dieta incluye invertebrados, hojas, brotes y savia de árboles.
“Una pregunta que nos hacíamos era si las especies irían a usar las estructuras en simultáneo al paso de los vehículos en la carretera. Y arribamos a la conclusión de que eso no interfirió en el uso, no fue un factor limitador. Ni el ruido de los automóviles ni sus luces. Aun cuando los vehículos aparecían abajo, las especies se sentían seguras para usar los puentes.”
En el caso del tití león, la utilización de la pasarela de madera fue concretándose poco a poco. “Durante el primer año, fue poco usada: solo un individuo del grupo. En el segundo año aumentó la frecuencia de uso y la cantidad de ejemplares que utilizaban la estructura. Y en el último año, los nueve ejemplares del grupo utilizaron simultáneamente la pasarela y con mayor frecuencia.”
De Oliveira Garcia remarca que, entre los primates estudiados, cada individuo posee una personalidad. “Cada un tiene su ritmo para confiar en la estructura. Por eso es necesario tiempo para evaluar el uso de las pasarelas. Están siempre los que van en al frente. Los otros los observan y van también. Y las crías aprenden con sus padres.”
Políticas públicas
Los resultados de esta investigación muestran que ambos diseños de puentes de dosel funcionan para las especies arborícolas, pero el de madera fue utilizado por una mayor cantidad de especies, incluido el tití león negro amenazado de extinción. Cabe recordar que desde 2014 este primate es considerado patrimonio ambiental y símbolo de conservación de la vida silvestre del estado de São Paulo.
Según De Oliveira Garcia, este estudio puede contribuir para el desarrollo de acciones y trabajos futuros relacionados con medidas de mitigación de las amenazas viales a la fauna local. “Esta investigación permite establecer conclusiones preliminares sobre la funcionalidad de los puentes de dosel para animales, especialmente para los micos leones negros. En el caso específico de la [carretera] GRI 253, sugerimos también la colocación de lomos de burro, pues pueden ayudar a mitigar la posibilidad de atropellos.”
Para la investigadora, este trabajo no sería viable sin la colaboración entre investigadores vinculados a instituciones públicas de educación, la municipalidad, los organismos ambientales gubernamentales, las empresas privadas y la sociedad civil. “La colaboración es esencial para el desarrollo de esta y de otras acciones en ecología vial que pueden aportar beneficios a la conservación y a la gestión de la vida silvestre.”
Puede accederse a la lectura del artículo intitulado Functionality of two canopy bridge designs: successful trials for the endangered black lion tamarin and other arboreal species en el siguiente enlace: link.springer.com/article/10.1007/s10344-022-01569-8.
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