Emprendedores brasileños desarrollarán –entre otras soluciones– repelentes a base de nuevos compuestos naturales y trampas para la captura del mosquito Aedes aegypti (foto: James Gathany/ Wikimedia Commons)
Emprendedores brasileños desarrollarán –entre otras soluciones– repelentes a base de nuevos compuestos naturales y trampas para la captura del mosquito Aedes aegypti
Emprendedores brasileños desarrollarán –entre otras soluciones– repelentes a base de nuevos compuestos naturales y trampas para la captura del mosquito Aedes aegypti
Emprendedores brasileños desarrollarán –entre otras soluciones– repelentes a base de nuevos compuestos naturales y trampas para la captura del mosquito Aedes aegypti (foto: James Gathany/ Wikimedia Commons)
Por Elton Alisson | Agência FAPESP – Las estrategias de combate contra el virus del Zika y contra el mosquito Aedes aegypti obtendrán refuerzos en los próximos meses. Un grupo de seis pequeñas empresas del estado de São Paulo (Brasil) desarrollará, con el apoyo de la FAPESP y de la Financiadora de Estudios y Proyectos (Finep), repelentes a base de nuevos compuestos naturales y trampas para la captura del Aedes, entre otras soluciones, con el fin de aumentar las barreras contra el vector del zika, el dengue, el chikunguña y la fiebre amarilla.
Estas empresas se seleccionaron mediante una convocatoria de la FAPESP y la Finep, en el marco del acuerdo FAPESP y MCTI/ FINEP/ FNDCT – Subvención Económica de la Investigación Científica, por medio del PAPPE Subvención, con el objetivo de escoger propuestas de proyectos que apunten al desarrollo de tecnologías de productos, servicios y procesos destinados al combate del virus del Zika y del mosquito Aedes aegypti. El resultado de dicho llamado se anunció a finales de enero.
“Ya veníamos desarrollando este producto, independientemente de que nuestra propuesta haya sido seleccionada en la convocatoria. Pero ahora, con los recursos de la FAPESP y de la Finep, el desarrollo será mucho más rápido”, declaró Bruno de Arruda Carillo, director de DC Química, a Agência FAPESP.
La empresa pretende viabilizar la aplicación de un ramnolípido –un compuesto elaborado por bacterias como la Pseudomonas aeruginosa– como repelente.
Esta sustancia ya era conocida como biosurfactante, un compuesto de origen natural que posee la capacidad de disminuir la tensión superficial (la elasticidad de la superficie) de los líquidos y emulsionar compuestos con distintas polaridades (electronegatividad), polares y apolares. Se lo utiliza en la industria, fundamentalmente en la fabricación de productos de limpieza tales como detergentes, debido a su capacidad emulsionante –de unir sustancias que no se mezclan, tales como el agua y el aceite–, y en la industria de cosméticos, entre otras aplicaciones.
Sin embargo, en los últimos años han empezado a surgir estudios en los cuales se informa que la molécula también muestra acción larvicida y repelente.
Con el fin de comprobar esas propiedades propaladas de este ramnolípido, los investigadores de la empresa realizaron pruebas preliminares. No obstante, los resultados de dichos test con la sustancia como insecticida para matar larvas del mosquito Aedes aegypti no fueron satisfactorios. Con base en esta constatación, la empresa decidió probar su aplicación como repelente.
“Realizamos algunos test iniciales y los resultados fueron muy buenos. Estimamos que en dos años lograremos poner a disposición muestras para empresas interesadas en viabilizar la producción de repelentes a base de este compuesto”, dijo De Arruda Carillo.
El tiempo de repelencia
De acuerdo con el investigador, uno de los mayores desafíos tecnológicos para el uso del ramnolípido como repelente consiste en lograr que tenga una acción de repelencia durante el mismo período que las materias primas convencionales.
La molécula sintética DEET (N,N-Dietil-m-toluamida) utilizada en la composición de la mayoría de los repelentes comercializados actualmente en el mercado brasileño tiene acción durante dos horas. En tanto, la icaridina –una sustancia derivada de la pimienta, que empezó a surgir en la formulación de repelentes recientemente lanzados en Brasil– puede tener efecto durante 10 horas en caso de que la temperatura no sea superior a los 30 °C y que la persona no haya entrado en contacto con el agua.
El problema reside en que el DEET es tóxico, por eso sólo puede aplicárselo tres veces al día, lo cual posibilita una protección total de hasta seis horas. En tanto, la icaridina aún es muy cara, comparó De Arruda Carillo.
“Aún no hemos logrado llegar al tiempo mínimo de repelencia que deseamos, que es de dos horas. Pero estimamos que alcanzaremos esta meta efectuando modificaciones en la formulación del producto, que será líquido”, afirmó.
En tanto, Nanomed, una spin-off (una empresa de base tecnológica) surgida en la Universidad de São Paulo (USP), pretende lograr que el aceite esencial del clavo (Eugenia caryophyllata) tenga una acción de repelencia de ocho horas.
Para ello, los investigadores de la empresa pretenden encapsular la molécula en partículas de dimensiones nanométricas (la milmillonésima parte del metro) para obtener una liberación controlada. De esta forma, será posible asegurar la actividad de repelencia durante ocho horas, lo que no es posible actualmente con las fórmulas convencionales.
“El aceite esencial del clavo es una sustancia muy volátil [se transforma fácilmente en gas o vapor cuando queda expuesta al aire]. Por eso no dura mucho tiempo en condiciones normales de temperatura”, explicó Amanda Luizetto dos Santos, directora de Nanomed.
Los repelentes caseros a base de una mezcla de aceite esencial de clavo y alcohol, por ejemplo, tienen una acción de repelencia de tan sólo 30 minutos, dijo la investigadora.
Con el fin de llegar a las ocho horas de acción de repelencia que anhela, la empresa pretende encapsular el compuesto natural en nanopartículas que se romperían gradualmente para liberar el producto de manera controlada y modulada, a ejemplo de las nanopartículas y micropartículas producidas actualmente para encapsular fragancias de suavizantes de ropas y productos cosméticos.
“Nuestro objetivo es tanto poner a disposición el principio activo encapsulado como materia prima como desarrollar también productos finales que tengan al mismo como base, en cremas y en aerosoles”, afirmó Luizetto dos Santos.
Una trampa para mosquitos
En lugar de repeler al Aedes aegypti, la empresa Bio Controle pretende capturar y dejar a las hembras del mosquito –fundamentalmente a aquéllas que estén preñadas– prisioneras en trampas para inhibir la reproducción y la proliferación.
Para ello pretende utilizar compuestos químicos sintéticos, tales como ácidos grasos, que mimetizan los olores de los humanos, además de luz con intensidades y colores específicos, para atraer a los mosquitos hacia las trampas.
La idea es que, al acercarse a las mismas, atraídos por el olor exhalado por los compuestos químicos sintéticos liberados en forma controlada, los mosquitos queden pegados sobre una superficie adhesiva que se pondrá alrededor de los dispositivos.
Ya hemos desarrollado y estamos comercializando una serie de trampas para el monitoreo y la recolección masiva de diversos insectos que atacan a los cultivos agrícolas, mediante el empleo feromonas [hormonas sexuales] sintéticas”, dijo Mario Yacoara de Menezes Neto, director de la empresa.
“Nuestro objetivo ahora consiste en testear otros compuestos químicos sintéticos con función atractiva en trampas destinada a capturar Aedes aegypti de manera más sencilla y práctica”, añadió.
Con el apoyo de la FAPESP y de la Finep, la empresa pretende desarrollar prototipos de trampas que puedan emplearlas tanto los agentes de salud pública como también la población en general.
“Como las trampas serán atóxicas, su comercialización no requeriría de una regulación específica”, estimó Yacoara de Menezes Neto.
A su vez, la empresa Barth/Inovatech pretende desarrollar un test de diagnóstico serológico rápido y de bajo costo para el virus del Zika utilizando la plataforma Elisa, para ponerlo a disposición del Ministerio de Salud fundamentalmente.
Para lograr este objetivo, los investigadores vinculados a la empresa están modificando algunas técnicas de biología molecular empleadas en el desarrollo de los test de diagnóstico existentes actualmente, que elevan el costo del proceso.
“Un kit de diagnóstico del virus del Zika para 100 muestras desarrollado por una empresa extranjera cuesta en Brasil actualmente entre 4.000 y 6.000 reales. Pretendemos desarrollar un test para esa cantidad muestras que cueste entre 1.200 y 1.700 reales”, dijo Danielle Bruna Leal de Oliveira Durigon, investigadora responsable.
La convocatoria quedó abierta a la presentación de investigadores vinculados a microempresas, empresas de pequeño porte, pequeñas empresas y medianas empresas brasileñas con sede en el estado de São Paulo.
Las propuestas se regirán según las normas del Programa de Investigación Innovadora en Pequeñas Empresas (PIPE) de la FAPESP.
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