Reducir las emisiones y aumentar el secuestro de carbono en la agricultura: la misión de un nuevo CEPID

El Centro de Investigaciones del Carbono en la Agricultura Tropical, un Centro de Investigación, Innovación y Difusión apoyado por la FAPESP con sede en la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, de la Universidad de São Paulo, se presentó oficialmente el pasado 17 de noviembre y tiene como una de sus metas que la producción de alimentos, fibras y energía forme parte de la solución de la crisis climática

Por André Julião, desde Piracicaba  |  Agência FAPESP – La disminución de las emisiones y el aumento del secuestro de gases de efecto invernadero en la agricultura, al tiempo que se incrementa la productividad de los alimentos, las fibras y la energía: este es el reto que asume el Centro de Investigaciones del Carbono en la Agricultura Tropical (CCarbon), con sede en la Escuela Superior de Agricultura Luiz de Queiroz, de la Universidad de São Paulo (Esalq-USP), en Brasil, lanzado oficialmente el pasado día 17 de noviembre, en la localidad paulista de Piracicaba.

El CCarbon es uno de los cinco nuevos Centros de Investigación, Innovación y Difusión (CEPID) de la FAPESP anunciados en marzo pasado y seleccionados entre 38 proyectos remitidos en el marco de una convocatoria efectuada en 2021 (lea más en: agencia.fapesp.br/41106/).

“Aparte de la calidad de las investigaciones que ya se han concretado aquí, tuvo su peso en la elección de esta propuesta la pertinencia del tema en un momento en el cual estamos avanzando hacia la transición verde, junto a la transición digital”, dijo Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, durante la ceremonia realizada en la Esalq-USP.

El director del CCarbon, Carlos Eduardo Pellegrino Cerri, recordó que alrededor de un 20 % de las emisiones globales de gases de efecto invernadero proviene de la agricultura. No obstante, en Brasil esa parte asciende al 27 %. Y esto en un contexto en el cual el país tiene una meta de disminución del 37 % de las emisiones para 2025 y del 43 % para 2030.

“Nos proponemos no solamente disminuir las emisiones, sino también capturar más carbono a través del suelo. Por lo tanto, la agricultura puede ser parte de la solución del problema y Brasil tiene un papel fundamental en ello”, explicó el profesor de la Esalq-USP.

Por ende, el nuevo centro desarrollará soluciones innovadoras y estrategias tendientes a mitigar las emisiones, como así también definirá las mejores prácticas de manejo. Según Pellegrino Cerri, las soluciones existentes hoy en día se relacionan en su mayoría con el clima templado del hemisferio norte, por eso no necesariamente sirven para la agricultura tropical que se practica en el sur global.

“Pretendemos erigirnos como un centro de categoría mundial. Que lo que generemos aquí pueda servirles a otros países tropicales e incluso a Estados Unidos y a Europa”, resumió Maurício Roberto Cherubin, vicecoordinador general y director de investigación del CCarbon.

Thais Maria Ferreira de Souza Vieira, directora de la Esalq-USP; Carlos Gilberto Carlotti Junior, rector de la USP; Marco Antonio Zago, presidente de la FAPESP, y Carlos Eduardo Pellegrino Cerri, director del CCarbon (foto: Gerhard Waller/Esalq-USP)

Una commodity

Pedro Henrique Santin Brancalion, director de innovación del Centro, recordó que el carbono está transformándose en una commodity, y una de las más valoradas. Ante este panorama, Brasil cuenta con un potencial de actuación como lo fue el de los países árabes con respecto a los combustibles fósiles.

“Podemos contribuir para resolver un problema de la humanidad. Frente a su escala, debemos ser ambiciosos. La innovación, por ende, es crítica. Una de las ventajas reside en que al aumentar las existencias de carbono se aumenta también la producción. Y la vegetación nativa restaurada tiene un rol fundamental en los servicios ecosistémicos”, resumió.

Pedro Brancalion, director de innovación del CCarbon (foto: Gerhard Waller/Esalq-USP)

El investigador remarcó también que el CCarbon está estructurándose para hacer posible tender un puente entre los descubrimientos y las aplicaciones en el sector, mediante el fomento de las pequeñas empresas innovadoras. Una ventaja, recordó, reside en que Piracicaba es actualmente la segunda ciudad de Brasil en cantidad de startups orientadas hacia el agronegocio, las llamadas agtechs.

Para Thais Maria Ferreira de Souza Vieira, investigadora del centro y directora de la Esalq-USP, aparte de la transferencia de tecnología, “nuestro rol como universidad consiste en llevarle ese conocimiento a la sociedad y formar ciudadanos que tomen decisiones conscientes”.

El rector de la USP, Carlos Gilberto Carlotti Junior, recordó que en su gestión ya inauguró cinco centros de investigación, dos en el área agropecuaria, inspirados en el Centro de Investigación e Innovación en Gases de Efecto Invernadero (RCGI), un Centro de de Investigaciones en Ingeniería (CPE) constituido por la empresa Shell y por la FAPESP en la Escuela Politécnica de la USP.

“El rectorado brinda un estímulo inicial y en diez años deben volverse autosostenibles”, dice.

Las colaboraciones internacionales con las que el CCarbon ya cuenta, según él, se enmarcan en un fuerte contexto de internacionalización de la universidad, que recientemente suscribió un acuerdo con el CNRS de la Francia para la creación de un centro internacional de investigaciones (lea más en: agencia.fapesp.br/40956/).

Carlotti recordó también que la USP mantiene actualmente tratativas con el Instituto Max Planck de Alemania para la constitución de una unidad de esa institución germana en uno de sus campus de São Paulo.