Reunirán datos sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas de Brasil

El objetivo de la Plataforma Brasileña sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos es ubicar a ambos temas en el centro del modelo de desarrollo del país, de modo tal de acelerar la transición hacia la sostenibilidad

Por Elton Alisson  |  Agência FAPESP – Un grupo de más de 50 científicos brasileños vinculados a las principales universidades e instituciones de investigación del país reunirá y sintetizará los datos disponibles sobre la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas (tales como la polinización y la protección de recursos hídricos) en Brasil, con miras a elaborar el primer diagnóstico nacional sobre dichos temas.

Los investigadores integran la Plataforma Brasileña sobre Biodiversidad y Servicios Ecosistémicos (BPBES, por sus siglas en inglés), presentada oficialmente el pasado 21 de febrero, durante un evento realizado en la FAPESP, en São Paulo.

La BPBES, un grupo de trabajo creado por la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC), tendrá la misión de producir síntesis del mejor conocimiento disponible en el seno de la ciencia y de los saberes tradicionales referentes a la biodiversidad, a los servicios ecosistémicos y a sus relaciones con el bienestar humano en Brasil, de manera tal de suministrar apoyo a los tomadores de decisiones en la elaboración y la implementación de acciones orientadas hacia la conservación y el desarrollo sostenible.

La Plataforma Brasileña cuenta a su vez con el apoyo del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP), del Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico (CNPq) y de la Fundación Brasileña para el Desarrollo Sostenible (FBDS).

“Desafortunadamente, los datos sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos en Brasil se encuentran limitados actualmente, no sólo según su origen sino también de acuerdo con la universidad o con la institución en la cual cada investigador que los recabó se encuentra vinculado, pero también con respecto a los organismos encargados de albergarlos, tales como los ministerios de Medio Ambiente y de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicación, y a las instituciones que de éstos dependen”, sostuvo Carlos Joly, docente de la Universidad de Campinas (Unicamp) y uno de los coordinadores del BPBES, en declaraciones concedidas a Agência FAPESP.

“Pretendemos efectuar la integración de esos datos con el fin de llenar una laguna en la interlocución de ese conjunto de informaciones científicas de alta calidad con los tomadores de decisiones, a ejemplo de lo que el BIOTA-FAPESP plasmó en el estado de São Paulo”, afirmó Joly, quien es también miembro de la coordinación del programa, lanzado en 1999 por la FAPESP.

De acuerdo con el investigador, una de las ideas iniciales del BIOTA-FAPESP consistía en poner a disposición gratuitamente en internet la información reunida durante las investigaciones, de manera tal que puedan utilizarla los técnicos de organismos tales como la Secretaría de Medio Ambiente del Estado, por ejemplo.

Con todo, la experiencia demostró que era necesario traducir la información generada en un lenguaje de más fácil comprensión y utilización por parte de los tomadores de decisiones para la elaboración de políticas públicas tales como el Mapa de Áreas Prioritarias para la Conservación y la Restauración del Estado de São Paulo.

“De este modo es posible contar con un instrumento que los gestores públicos pueden utilizar. Es ésta la idea que pretendemos replicar en todo Brasil con la BPBES, para incrementar la interlocución que mantenemos no solamente con los ministerios de Medio Ambiente y de Ciencia, Tecnología, Innovación y Comunicación, sino también con el de Planificación, el de Agricultura y otros sectores de la sociedad como la iniciativa privada”, ejemplificó.

El proceso de elaboración

Los investigadores integrantes de la Plataforma Brasileña pretenden presentar este diagnóstico en julio de 2018.

Como etapa inicial, prepararon un documento, intitulado “Aportes al diálogo intersectorial: la construcción del diagnóstico brasileño sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos”.

Con base en ese documento de 10 páginas se puso en marcha un proceso de consulta a diferentes sectores de la sociedad brasileña que en sus actividades afectan o se ven afectados, directa o indirectamente, por la biodiversidad y por los servicios de los ecosistemas –tales como organizaciones no gubernamentales (ONGs), organismos del gobierno, el sector industrial, el agropecuario, las comunidades originarias y los representantes de la comunidad internacional y de la prensa, entre otros– con el fin de impulsar ajustes en el diagnóstico.

“El informe tendrá un tono propositivo y crítico, pero no prescriptivo, con el objetivo claro de posicionar a la biodiversidad y a los servicios ecosistémicos en el centro del modelo de desarrollo del país, de manera tal de acelerar la transición hacia la sostenibilidad”, dijo Fábio Scarano, docente de la Universidad Federal de Río de Janeiro (UFRJ), director de la FBDS y miembro de la coordinación de la BPBES, durante el evento.

“Aspiramos a sacar gradualmente a la biodiversidad y a los servicios ecosistémicos de la posición marginal en que se encuentran actualmente en el proceso de desarrollo del país”, afirmó.

Algunos de los señalamientos de los científicos en el documento preparatorio del informe indican que la economía depende del uso sostenible de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos y que la utilización de esos activos de la naturaleza no ha redundado en una diminución de la pobreza en Brasil.

Una investigación doctoral que lleva adelante Thaís Kasecker, bajo la dirección de Scarano, apuntó que el 52% de la población de los 437 municipios brasileños con mayor cobertura vegetal en Brasil vive en condiciones de pobreza.

La mayor parte de esa población, que representa al 13% de los pobres brasileños, vive en el oeste amazónico, en la zona semiárida conocida como Caatinga –especialmente en la cuenca del río São Francisco– y en la del Cerrado, la sabana brasileña, según apuntó Scarano.

“Si para salir de la pobreza esa gente echa mano del modelo tradicional de desarrollo económico, que es el de la sustitución de la naturaleza por otros tipos de uso de la tierra, corremos el riesgo de perder casi la mitad de la cobertura vegetal brasileña. Por eso debemos pensar en medios de mejorar la calidad de vida de esas poblaciones que tienen mucha biodiversidad pero no viven tan bien manteniendo la biodiversidad y los servicios ecosistémicos”, señaló.

De acuerdo con el investigador, el informe no planteará únicamente problemas, sino que también apuntará soluciones que se encuentran en marcha y tendrá equilibrio regional –de regiones geopolíticas y de biomas del país– de ambientes terrestres, de agua dulce y marinos; y contemplará no sólo al conocimiento científico sino también los saberes indígenas y los de las comunidades tradicionales.

El informe estará compuesto por cinco capítulos y tendrá una estructura muy parecida a los informes publicados por la Plataforma Intergubernamental sobre Biodiversidad y Servicios de los Ecosistemas (IPBES), afirmó.

La fuente de inspiración

Lanzada en 2012 en Panamá con el objetivo de informar a los gobiernos sobre el estado del conocimiento referente a la biodiversidad y a los servicios ecosistémicos para la conservación y el desarrollo sostenible –a ejemplo de lo que hace el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) con respecto al clima–, la IPBES sirvió de inspiración para la creación de la BPBES.

En 2015, un grupo de 18 científicos que participan en los grupos de trabajo y en las fuerzas de tareas de la IPBES se reunió en Indaiatuba, en el interior de São Paulo, y propuso la creación de la BPBES y una agenda de trabajo que empezase por la elaboración del primer diagnóstico brasileño sobre la biodiversidad y los servicios ecosistémicos.

“La idea de crear el Panel Brasileño surgió precisamente en razón de que un conjunto significativo de investigadores brasileños participa en los diversos grupos de trabajo del IPBES”, dijo Joly, quien es co chair del Panel Multidisciplinario de Expertos (MPE, por sus siglas en inglés) de la IPBES.

“El hecho de contar con un grupo tan grande de brasileños que actúan en la IPBES constituye un reconocimiento de la calidad de la ciencia que se hace en un país megadiverso y que, por ese motivo, afronta diariamente los conflictos inherentes a la integración de la biodiversidad y de los servicios de los ecosistemas con otros sectores de la sociedad que desearíamos que tuviesen una mayor compatibilidad”, sostuvo Joly.

El año pasado, la IPBES publicó su primer diagnóstico global sobre la polinización relacionada con la producción de alimentos y sobre metodologías destinadas a la construcción y el análisis de escenarios y el modelado de la biodiversidad.

El diagnóstico sobre las metodologías contó con la participación de Jean Paul Metzger, docente del Instituto de Biología de la USP.

Y la coordinación del diagnóstico global sobre polinización quedó dividida entre Vera Imperatriz Fonseca, docente del Departamento de Ecología del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (ICB-USP) e integrante del Programa BIOTA-FAPESP, y Simon Potts, profesor de la University of Reading, de Gran Bretaña.

El diagnóstico se presentó y se discutió en el marco de la 13ª Conferencia de las Partes del Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB), realizada en México a comienzos del mes de diciembre de 2016, y motivó la creación de una coalición internacional tendiente a tomar medidas nacionales con miras a proteger a los polinizadores y sus hábitats.

“El sueño de todo científico es ser relevante. Y creo que en el caso de las organizaciones gubernamentales e internacionales del área de la biodiversidad [tal como la IPBES], están logrando realizar en alguna medida ese sueño de relevancia”, dijo José Goldemberg, presidente de la FAPESP, durante el evento.

A su juicio, los científicos de São Paulo y la acción de la FAPESP han sido sumamente eficaces en el área de la biodiversidad, pues han logrado influir efectivamente en las políticas públicas relacionadas con la misma.

Uno de los ejemplos que dio fue el de la elaboración del mapa de zonificación económica y ecológica del estado de São Paulo, realizado por el Programa BIOTA-FAPESP, que delimitó las áreas donde podrían instalarse centrales de caña de azúcar en el estado, sin afectar la biodiversidad ni los servicios de los ecosistemas.

“El mapa de São Paulo quedó ‘pintado’ con diversos colores y se estipuló que en algunos lugares del estado no se puede plantar caña de azúcar, y punto final. De este modo, un proyecto de instalación de una central azucarera en una de esas áreas ni siquiera entra en el proceso de análisis de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado”, afirmó Goldemberg. “En el área de Bosque Atlántico de São Paulo es inútil presentar cualquier tipo solicitud de instalación de esas plantas actualmente.”

También participaron en el evento Helena Nader, presidenta de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC), y José Pedro de Oliveira Costa, secretario de Biodiversidad y Bosques del Ministerio de Medio Ambiente (MMA), entre otros.