Un grupo que reúne a científicos brasileños y estadounidenses presentó resultados de las pruebas en monos con tres posibles fórmulas de vacunas contra el zika. El tema aparece destacado en el editorial de la revista y en la sección Perspective - Infectious Disease
Un grupo que reúne a científicos brasileños y estadounidenses presentó resultados de las pruebas en monos con tres posibles fórmulas de vacunas contra el zika. El tema aparece destacado en el editorial de la revista
Un grupo que reúne a científicos brasileños y estadounidenses presentó resultados de las pruebas en monos con tres posibles fórmulas de vacunas contra el zika. El tema aparece destacado en el editorial de la revista
Un grupo que reúne a científicos brasileños y estadounidenses presentó resultados de las pruebas en monos con tres posibles fórmulas de vacunas contra el zika. El tema aparece destacado en el editorial de la revista y en la sección Perspective - Infectious Disease
Por Karina Toledo | Agência FAPESP – La edición de la revista Science publicada el pasado 9 de septiembre destacó en su portada los resultados de pruebas realizadas en monos –a cargo de científicos brasileños y estadounidenses– con tres posibles fórmulas de vacunas contra el virus del Zika.
El tema aparece abordado en el editorial de la revista, firmado por Michael T. Osterholm, docente de la Universidad de Minnesota, director del Centro de Investigación y Políticas de Enfermedades Infecciosas (CIDRAP, por sus siglas en inglés) y un renombrado especialista en Salud Pública de Estados Unidos.
También fue tema de un comentario publicado en la sección “Perspective – Infectious Disease”, firmado por Marc Lipsitch, docente de epidemiología de la Escuela de Salud Pública Harvard T.H. Chan (Estados Unidos), y por Benjamin J. Cowling, profesor de la Universidad de Hong Kong (China).
La versión online del artículo ya se encontraba disponible desde el comienzo del mes de agosto en el sitio web de Science, tal como se informó anteriormente (agencia.fapesp.br/23867) en Agência FAPESP.
“Realmente no sabíamos que sería destacado de esa manera en la edición impresa”, comentó Paolo Zanotto, coordinador de la Red de Investigaciones sobre el Virus del Zika de São Paulo (Red Zika) y coautor del artículo.
También firman el trabajo Jean Pierre Peron, investigador del Instituto de Ciencias Biomédicas de la Universidad de São Paulo (ICB-USP), y el inmunólogo brasileño Rafael Larocca, investigador del Centro de Virología e Investigaciones en Vacunas (CVVR) de la Escuela Médica Harvard, de Estados Unidos. Larocca integra el equipo de Dan Barouch en el CVVR y, junto a su colega Peter Abbink, es uno de los principales autores de éste y de otro trabajo anterior del grupo, publicado en la revista Nature.
En el trabajo más reciente, se testearon en macacos Rhesus tres fórmulas distintas: una con el virus inactivado, una vacuna de ADN y otra en la que se emplea un adenovirus recombinante para expresar los genes del Zika. Todas se mostraron igualmente capaces de impedir la infección posterior por la variedad del virus del Zika que circula en Brasil y en Puerto Rico.
En otro experimento también descrito en Science, los científicos extrajeron los anticuerpos contra el virus del Zika de la sangre de monos vacunados y se los inyectaron a ratones que nunca habían estado en contacto con el virus. Los roedores quedaron protegidos contra la infección, lo cual sugiere que quizá sea posible desarrollar estrategias de inmunización pasiva, como la que ya existe destinada a proteger los fetos de madres infectadas por citomegalovirus.
Según informó Larocca, de las tres fórmulas utilizadas en las pruebas preclínicas, la única que con seguridad se testeará en humanos es la que está hecha con el virus del Zika inactivado, desarrollada en el Instituto de Investigación Walter Reed, del ejército estadounidense.
“Los centros de captación de voluntarios han abierto la inscripción, y el plan indica que los ensayos clínicos empezarán ahora en octubre”, declaró Larocca a Agência FAPESP.
Para anticipar epidemias
En el editorial de la revista, Osterholm sostuvo temer que el camino hacia una vacuna contra el zika sea “largo y accidentado”. Pese a los pronósticos optimistas, ponderó, constituirá un “inmenso reto”.
“Probablemente se necesitarán estudios con muchos miles de participantes para determinar si las vacunas candidatas no tendrían relación con el síndrome de Guillain-Barré, una condición autoinmune grave que puede ser causada por el virus del Zika”, afirmó.
Sin embargo, Zanotto disiente. Según el investigador, datos presentados por la Fundación Oswaldo Cruz (Fiocruz) sugieren que los casos de Guillain-Barré asociados con el virus del Zika no serían de naturaleza autoinmune, pues se manifiestan incluso cuando la infección viral está activa y no semanas después, cuando el organismo ya ha adquirido inmunidad contra el patógeno.
“En el caso del virus del Zika, lo que estaría ocurriendo es la muerte de células nerviosas periféricas directamente causada por la infección viral aguda, pues no hay tiempo como para una desarrollar una respuesta inmunitaria. Por ende, en este caso, la vacuna podría minimizar e impedir el síndrome de Guillain-Barré en lugar de intensificarlo. Pero esto debe verificase mejor todavía”, sostuvo el coordinador de la Red Zika.
En el editorial, Osterholm hace hincapié también que en un reciente estudio de seguimiento destinado a evaluar la eficacia de una vacuna contra el dengue –una enfermedad causada por un virus emparentado con el del Zika– se sugirió que la respuesta protectora que induce el inmunizante disminuye con el correr del tiempo. Según Osterholm, una persona vacunada podría infectarse con un nuevo linaje del virus del dengue –o incluso con otro flavivirus como el del Zika o el de la fiebre amarilla– y padecer los efectos de la enfermedad realzados, debido a la presencia de anticuerpos vacunales.
No obstante, Osterholm destacó que la necesidad de contar con una vacuna segura y efectiva contra el zika es inmediata. “La emergencia de zika en toda América constituye un recordatorio de cuán rápido pueden cambiar los desafíos de la salud pública referente a enfermedades infecciosas”, dijo.
“Incluso si esta vacuna aún no estuviera licenciada, el hecho de que esté lista para la realización de ensayos inmediatos a gran escala cuando se produzca una crisis regional constituirá una gran ventaja con respecto a nuestro actual sistema reactivo”, afirmó.
En el comentario firmado por Lipsitch y Cowling, también cobró relieve la necesidad de que la comunidad científica se mantenga permanentemente preparada para afrontar eventuales infecciones emergentes. “Hemos sido tomados por sorpresa repetidamente, sin contar con posibles vacunas o estando con estudios aún muy incipientes”, afirmaron.
“Para estar preparados, resulta fundamental hacer todo el trabajo posible antes de que se produzca una emergencia, de manera tal que la respuesta pueda ser decisiva y eficiente”, añadieron.
A juicio de Zanotto, desde el brote de ébola –ocurrido entre 2014 y 2015– se ha venido observando una intensificación de la capacidad de respuesta de la comunidad científica ante amenazas epidémicas.
“Es algo inédito esto de contar con una prueba de concepto lista en menos de medio año [luego del brote de zika en Brasil]. Hay varios grupos que están desarrollando vacunas contra el zika: se está trabajando en varias plataformas. En la actualidad se está generando un consenso entre los expertos que apunta que urge asumir una postura más proactiva con relación a potenciales virosis emergentes”, destacó Zanotto.
Con todo, el desafío radica en la existencia de una gran cantidad de patógenos potencialmente peligrosos que deben monitorearse con cautela, ponderó el investigador. “Estamos con la mira puesta en algunos coronavirus, tales como los causantes de la MERS (siglas en inglés del Síndrome Respiratorio de Oriente Medio) y del SARS (Síndrome Respiratorio Agudo Grave, también por sus siglas en inglés), y también en algunos arbovirus que están saliendo de África en dirección hacia Europa, tales como el de Usutu y un segundo linaje del virus del Nilo Occidental”, comentó.
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