Científicos efectuarán un seguimiento durante cinco años de los participantes en las pruebas de la vacuna brasileña contra el dengue para evaluar el riesgo de contagio del zika (foto: Daniel Guimarães)
Científicos efectuarán un seguimiento durante cinco años de los participantes en las pruebas de la vacuna brasileña contra el dengue para evaluar el riesgo de contagio del zika
Científicos efectuarán un seguimiento durante cinco años de los participantes en las pruebas de la vacuna brasileña contra el dengue para evaluar el riesgo de contagio del zika
Científicos efectuarán un seguimiento durante cinco años de los participantes en las pruebas de la vacuna brasileña contra el dengue para evaluar el riesgo de contagio del zika (foto: Daniel Guimarães)
Por Elton Alisson, desde Porto Seguro (Bahía) | Agência FAPESP – Científicos del Instituto Butantan (de São Paulo, Brasil) analizarán las posibles interacciones entre los virus del Zika y del dengue durante los ensayos en humanos de la primera vacuna brasileña contra el dengue, que ya se encuentran en marcha.
El anuncio de este estudio estuvo a cargo de Paulo Lee Ho, director de la División de Desarrollo Tecnológico y Producción (DDTP) del Instituto Butantan, en el marco de una mesa redonda sobre los cuellos de botella existentes en la producción de vacunas contra el dengue, el chikunguña y el zika, realizada durante la 68ª Reunión Anual de la Sociedad Brasileña para el Progreso de la Ciencia (SBPC), que se concretó entre los días 3 y 9 de julio en el campus de Porto Seguro de la Universidad Federal del Sur de Bahía (UFSB).
De acuerdo con Lee Ho, la idea de este estudio consiste en verificar si la infección por el virus del dengue facilita el contagio por el virus del Zika, entre otras posibles interacciones entre ambos Flavivirus, que son muy parecidos.
“El ensayo clínico fase III [en humanos] de la vacuna del dengue será la única oportunidad que tendremos de estudiar las posibles interacciones recíprocas entre el virus del dengue y del Zika”, declaró Lee Ho a Agência FAPESP.
Según el investigador, a los 17 mil voluntarios participantes en los ensayos clínicos de la vacuna contra el dengue, distribuidos en 13 ciudades de las cinco regiones del país, se les hará un seguimiento que estará a cargo de un equipo médico y se extenderá durante cinco años, a los efectos de verificar si la vacuna es capaz de protegerlos en el transcurso de ese lapso de tiempo.
Durante esa etapa de seguimiento, los investigadores pretenden observar si –aparte del dengue– los voluntarios estuvieron en contacto con el virus del Zika, y cuáles fueron los efectos clínicos de esto.
“Tendremos la oportunidad de encontrar efectos que probablemente no podrían hallarse si no se realizase ese seguimiento sistemático de esas personas”, sostuvo Lee Ho.
Estudios publicados recientemente han apuntado que una persona infectada por el virus del dengue puede estar más vulnerable al virus del Zika, toda vez que los anticuerpos que produce para combatir subtipos del virus del dengue se enlazan de una forma incompleta con las partículas virales del virus del Zika, lo cual facilita la acción de éste.
Con todo, esos estudios se realizaron in vitro: se utilizó plasma sanguíneo de personas infectadas por el dengue y linajes de células humanas.
“Puede ser que en la infección natural en humanos esto se concrete de una forma un tanto distinta”, estimó Lee Ho. “Sin embargo, de ser efectivamente así, habrá que desarrollar una vacuna contra los cuatro tipos de virus del dengue y contra el del Zika”, afirmó.
La vacuna contra el zika
Además de la vacuna contra el dengue, desarrollada en cooperación con los National Institutes of Health (NIH), de Estados Unidos –cuya tercera y última fase de ensayos se inició al comienzo del mes de julio–, el Instituto Butantan también pretende desarrollar una vacuna contra el zika.
De acuerdo con Lee Ho, algunas de las posibilidades que han estudiado los investigadores de la institución son una vacuna quimérica, otra con un virus inactivado y una tercera con un virus atenuado.
Para desarrollar la vacuna quimérica, los investigadores pretenden reemplazar proteínas premembrana (prM) del virus del dengue por las del virus del Zika.
En tanto, para elaborar la vacuna con virus inactivados, pretenden utilizar virus no infectantes. Para ello están intentando hacer crecer virus en medio de cultivo, para luego purificarlos e inactivarlos en laboratorio.
Y para desarrollar la vacuna con el virus atenuado, los científicos tienen la intención de efectuar modificaciones en el genoma del virus del Zika, con el objetivo de atenuar la acción del virus.
“También estamos procurando entender un poco mejor la biología del virus del Zika y su interacción con el huésped, y contribuir tanto en la parte del diagnóstico serológico de la infección por el virus –dado que estamos produciendo anticuerpos monoclonales– como también en los tratamientos, utilizando anticuerpos producidos por animales o antivirales”, afirmó.
Con el fin de desarrollar una vacuna contra el zika con virus inactivados, el Instituto Butantan suscribió al final del mes de junio una colaboración internacional con el Biomedical Advanced Research and Development Authority (BARDA), un organismo del Departamento de Salud de Estados Unidos (HSS, por sus siglas en inglés) (lea más en portugués, en agencia.fapesp.br/23455).
También al final de junio, un grupo integrado por científicos brasileños y estadounidenses anunció, en un artículo publicado en la revista Nature, el desarrollo de fórmulas de vacunas con modificaciones en las proteínas premembrana (prM) y proteínas de la envoltura (E) vírica del Zika que fueron capaces de proteger ratones contra la infección por el virus.
El grupo también produjo una vacuna con virus purificados e inactivados del Zika, que mostró capacidad para proteger ratones contra la viremia, que es la progresión de la carga viral (lea más en agencia.fapesp.br/23478).
“Los resultados de este estudio son sumamente importantes y nos ayudarán en el desarrollo de la vacuna contra el zika”, sostuvo Lee Ho.
En Brasil, la investigación se llevó a cabo en el ámbito de la Red de Investigaciones sobre el Virus del Zika de São Paulo (Red Zika), que cuenta con el apoyo de la FAPESP.
Y los estudios iniciales que resultaron en el desarrollo de la vacuna contra el dengue en el Instituto Butantan también tuvieron el apoyo de la FAPESP.
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