Un científico brasileño ayuda a describir una nueva especie de aguaviva en una zona remota de Japón

André Morandini, director del Centro de Biología Marina de la Universidad de São Paulo, integra el equipo que describió una rara variedad de medusa hallada a 812 metros de profundidad. El animal fue observado solamente dos veces en un lugar llamado Sumisu Caldera, en las islas de Ogasawara

Por André Julião  |  Agência FAPESP – Es un animal gelatinoso de unos 10 centímetros de diámetro. Visto de arriba exhibe dos franjas rojas cruzadas que hacen acordar de la famosa cruz de San Jorge, aquella que aparece estampada en banderas como la de Inglaterra. Se trata de Santjordia pagesi, una nueva especie de aguaviva o medusa, tal los nombres con los que se los conoce a estos animales, descrita por un grupo internacional de científicos que incluye a un investigador brasileño con el apoyo de la FAPESP.

El referido estudio salió publicado en la revista Zootaxa y entre los autores se encuentra André Morandini, docente del Instituto de Biociencias de la Universidad de São Paulo (IB-USP) y director del Centro de Biología Marina (CEBIMar), de la misma institución.

Durante la realización del trabajo, el investigador brasileño contó con el apoyo de la FAPESP en el ámbito del Programa FAPESP de Investigaciones en Caracterización, Conservación, Restauración y Uso Sostenible de la Biodiversidad (BIOTA-FAPESP), por medio de los proyectos 10/50174-7, 11/50242-5 y 13/05510-7.

Los otros autores son investigadores de la Agencia Japonesa para la Ciencia y la Tecnología Marina y de la Tierra (Jamstec) y del Instituto de Ciencia y Tecnología de Okinawa, ambos en Japón.

Proveniente de las islas de Ogasawa, situadas a 460 kilómetros al sur de Tokio, esta medusa aparentemente existe tan solo en Sumisu Caldera, una estructura de origen volcánico de unos 10 kilómetros de extensión situada a 812 metros de profundidad.

“Es una especie muy distinta a lo que se conocía hasta ahora de las medusas de aguas profundas. Es un animal relativamente pequeño, mientras que las otras de este tipo de ambientes suelen ser mucho más grandes. La coloración rojiza de su estómago probablemente está relacionada con la ingestión de su alimento”, explica Morandini.

Dado que las aguavivas son transparentes, ese color vivo justamente en el sistema digestivo impide que criaturas bioluminiscentes sean vistas cuando el animal se las traga y llamen la atención de sus predadores. Los animales bioluminescentes son aquellos que producen su propia luz, bastante comunes en las aguas profundas y oscuras. La cruz roja fue lo que sirvió de inspiración para darle su nombre a este género, también inédito. La nueva especie constituye un homenaje al taxónomo Francesc Pagès, fallecido recientemente, y dio origen a una nueva subfamilia dentro de la familia Ulmaridae.

Una caldera volcánica

Suelen capturarse y analizarse algunos ejemplares a los efectos de describir a una nueva especie. Pero la dificultad de captura y la rareza de Santjordia pagesi permitieron que apenas uno fuese capturado y otro meramente avistado.

Al sitio en donde habita esta especie solamente puede tenerse acceso en el marco de expediciones científicas con equipos de punta, tales como aparatos sumergibles conducidos por control remoto como el Hyperdolphin, que recolectó un ejemplar en el año 2002.

Ni siquiera se avistó algún otro ejemplar hasta el año 2020, cuando otro vehículo, el KM-ROV, filmó, aunque no logró capturar al segundo individuo conocido de la especie.

El momento en el que el sumergible Hyperdolphin dirigido por control remoto captura al único ejemplar de la nueva especie existente en una colección (foto: Dhugal John Lindsay/Jamstec)

“Optamos por publicar la descripción y llamar la atención con respecto a las especies existentes en ese lugar, que posee un sustrato rico en minerales con potencial explotación comercial. Desafortunadamente, no es posible investigar en estos lugares sin un contar con un socio que tenga intereses de este tipo”, afirma el investigador brasileño.

Por ser tan distinta incluso con relación a especies cercanas, los investigadores creen que esta medusa puede contar con un arsenal de venenos bastante diferente a los que se conocen hasta ahora. “¿Es posible que guarde secretos que valgan más que toda la explotación mineral que pueda hacerse en aquel sitio?”, especula Morandini. “Todo esto con la ventaja de mantener la existencia de la especie y el lugar sin alteraciones”, culmina diciendo.

Puede bajarse una versión gratuita en formato PDF del artículo intitulado A new subfamily of ulmarid scyphomedusae, the Santjordiinae, with a description of Santjordia pagesi gen. et sp. nov. (Cnidaria: Scyphozoa: Discomedusae: Semaeostomeae: Ulmaridae) from the Sumisu Caldera, Ogasawara Islands, Japan en este vínculo: mapress.com/zt/article/view/zootaxa.5374.4.5.