La bacteria más común que se detectó fue Klebsiella pneumoniae, que puede causar neumonía e infección en el torrente sanguíneo (imagen: NIAD/Wikimedia Commons)
Es un trabajo a cargo de investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, y muestra que es fundamental identificar y aislar a los pacientes infectados en su ingreso a los servicios de urgencias. Los resultados indican también que la internación en ese sector hospitalario durante más de dos días puede comprometer los esfuerzos para contener a esos microorganismos
Es un trabajo a cargo de investigadores de la Universidad de São Paulo, en Brasil, y muestra que es fundamental identificar y aislar a los pacientes infectados en su ingreso a los servicios de urgencias. Los resultados indican también que la internación en ese sector hospitalario durante más de dos días puede comprometer los esfuerzos para contener a esos microorganismos
La bacteria más común que se detectó fue Klebsiella pneumoniae, que puede causar neumonía e infección en el torrente sanguíneo (imagen: NIAD/Wikimedia Commons)
Por Luciana Constantino | Agência FAPESP – La detección rápida de pacientes contaminados con un tipo de “superbacterias” –las enterobacterias resistentes a los carbapenémicos (CRE, por sus siglas en inglés)– y el aislamiento temprano de esas personas disminuyen la transmisión en las áreas de internación de urgencia. Sin embargo, de mantenérselas durante más de dos días en ese sector hospitalario, se comprometen los esfuerzos de contención, pues aumenta el riesgo de contaminación, la llamada colonización.
Estos son los principales hallazgos que surgen de una investigación a cargo de un grupo de científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), en Brasil. Sus resultados se publicaron divulgados en la revista Clinical Infectious Diseases.
Las enterobacterias constituyen un tipo de bacterias (gramnegativas) que generalmente causan infecciones en ambientes de sanitarios –hospitales y centros de salud– y comprenden cepas como la Escherichia coli, responsable de infecciones urinarias y colitis hemorrágica, y la Klebsiella pneumoniae, que puede causar neumonía e infección del torrente sanguíneo. Se considera que las CRE constituyen una amenaza a la salud pública debido a la dificultad que conlleva su tratamiento. Los antibióticos carbapenémicos generalmente se erigen como la última línea de defensa contra las infecciones que provocan estos microorganismos.
“Realizamos una intervención en un servicio de urgencia abarrotado, es decir, un hotspot para la transmisión de bacterias resistentes. Y observamos que esa intervención tuvo un impacto sobre la disminución de bacterias multirresistentes dentro de dicho servicio y también en el propio hospital”, le dice a Agência FAPESP el médico infectólogo Matias Chiarastelli Salomão, autor principal del artículo e integrante de la Subcomisión de Control de Infecciones Hospitalarias del Instituto Central del Hospital de Clínicas (HC), el complejo hospitalario administrado por la FM-USP.
Estudios anteriores realizados en el Departamento de Emergencias ya habían demostrado que el 6,8 % de los pacientes ingresados es objeto de colonización por CRE, con una tasa de contaminación del 18 % durante la internación allí.
Un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2022, apuntó que de cada 100 pacientes internados en hospitales para someterse a cuidados intensivos, siete –en los países de altos ingresos– y 15 –en los países de bajos y medianos ingresos– contraen al menos una infección asociada a la atención sanitaria durante su internación. En promedio, de cada diez pacientes afectados, uno morirá por este motivo.
De acuerdo con Chiarastelli Salomão, uno de los enfoques del trabajo consistió en intentar entender y buscar alternativas con miras a impedir que infecciones en el servicio de urgencias se propaguen a otros servicios del hospital. “La intervención que aplicamos es pragmática y puede también aplicarse en otros lugares. Con respecto a si el resultado relacionado con la internación en el servicio de urgencia durante más de dos días compromete los esfuerzos de contención bacteriana, estimamos que es una cuestión de estructura del servicio, que no está adaptado para recibir pacientes a largo plazo. En otras palabras, cuenta con camillas más cerca y puntos de higiene de manos más lejos, entre otras cosas”, añade.
Paso por paso
La investigación tuvo lugar en el Servicio de Urgencias del Hospital de Clínicas de la USP, que posee 800 camas. Pero a menudo ese lugar se encuentra abarrotado con el doble de pacientes internados, con algunos de ellos que permanecen allí durante más de 11 días.
La FAPESP brindó apoyo al estudio mediante una Ayuda de Investigación otorgada al médico Icaro Boszczowski, coautor del artículo.
El trabajo estuvo dividido en dos etapas: una realizada entre los días 3 y 28 de febrero de 2020 (el período de línea de base), antes de que el primer caso de COVID-19 llegara al HC, y la otra entre los días 14 de septiembre y 1º de octubre del mismo año (el período de intervención). El hospital quedó totalmente abocado a atender casos de COVID entre los días 1º de abril y 31 de agosto de 2020. Luego fue reabierto gradualmente para albergar otros tipos de internaciones.
La fase 1 consistió en un período inicial, con el objetivo de determinar la prevalencia y la incidencia de pacientes colonizados por CRE ingresados al servicio de urgencias. No hubo intervención en esta etapa y los pacientes internados durante más de 24 horas permanecieron en camillas y camas distribuidas cerca unas de otras mientras aguardaban su traslado.
En la fase 2 (el período de intervención), las personas internadas en el servicio de urgencias pasaron por un triaje referente a CRE durante las primeras 24 horas. Los positivos para superbacterias quedaban en aislamiento hasta su alta, y el 90 % registraba infección con Klebsiella pneumoniae. En ambas fases, los procedimientos de limpieza y desinfección fueron análogos y se realizó el monitoreo de antimicrobianos.
El resultado arrojó que la colonización en el ingreso fue del 3,4 % por cultivo y test molecular. En tanto, las tasas de contaminación con superbacterias durante la permanencia en el servicio de urgencias se redujeron del 4,6 % al 1 % durante la intervención. El tiempo de permanencia mayor que dos días se erigió como un factor de riesgo para la adquisición de CRE.
“La idea de la investigación empezó en el propio hospital, en donde desde 2014 se pone en práctica un protocolo de rastreo tanto semanal como en el ingreso a las Unidades de Terapia Intensiva [UTI]. Esto hizo que las tasas de colonización secundaria cayesen de manera importante. Pero en otro trabajo se detectó que continuaba existiendo una entrada de superbacterias a través del servicio de urgencias”, comenta Chiarastelli Salomão, quien comenzó a estudiar este tema durante su doctorado.
Del referido período surgieron otros dos artículos, el último de ellos publicado en la revista Emerging Infectious Disease en el año 2020.
Puede leerse el artículo intitulado Transmission of Carbapenem-Resistant Enterobacterales in an Overcrowded Emergency Department: Controlling the Spread to the Hospital en el siguiente enlace: academic.oup.com/cid/article/77/Supplement_1/S46/7219531?login=false.
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