Es un trabajo que congregó a protagonistas de Brasil y del Reino Unido, y en él se investigaron los efectos de la cercanía del mar sobre la salud física y psíquica de los habitantes locales (foto: Ronaldo Christofoletti/Unifesp)
Es un trabajo que congregó a protagonistas de Brasil y del Reino Unido, y en él se investigaron los efectos de la cercanía del mar sobre la salud física y psíquica de los habitantes locales
Es un trabajo que congregó a protagonistas de Brasil y del Reino Unido, y en él se investigaron los efectos de la cercanía del mar sobre la salud física y psíquica de los habitantes locales
Es un trabajo que congregó a protagonistas de Brasil y del Reino Unido, y en él se investigaron los efectos de la cercanía del mar sobre la salud física y psíquica de los habitantes locales (foto: Ronaldo Christofoletti/Unifesp)
Por José Tadeu Arantes | Agência FAPESP – La relación entre los humanos y la naturaleza se ubica hoy en día en el centro de diversas agendas globales en el ámbito de instituciones tales como la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Mundial de la Salud (OMS), entre otras. Su cuidado les aporta a los humanos los beneficios de la salud y el bienestar, y beneficia a la naturaleza mediante la promoción de conductas ecológicamente correctas.
La experiencia de trabajar con estas agendas, que requieren esfuerzos interdisciplinarios y multisectoriales en diversas escalas (locales, nacionales e internacionales), fue el tema de un artículo publicado en el periódico científico Frontiers in Psychology y firmado por investigadores, formuladores de políticas y agentes de organizaciones públicas, privadas y no gubernamentales de Brasil y del Reino Unido.
“Presentamos en él los resultados de nuestras reuniones internacionales y propusimos un modelo de trabajo interdisciplinario sobre esas agendas globales, particularmente en la interfaz entre el concepto de One Health [o una salud, que reconoce la interdependencia entre la salud de los seres humanos, los animales, las plantas y el ambiente], de la OMS, y la ‘UN Ocean Decade’ [una iniciativa tendiente a fomentar la investigación en pro de la protección de los océanos y la gestión de sus recursos], de la ONU”, dice Ronaldo Christofoletti, docente e investigador del Instituto del Mar de la Universidad Federal de São Paulo (Unifesp), en Brasil, y coordinador del estudio.
Este trabajo, apoyado por la FAPESP en el marco de cuatro proyectos (17/50220-8, 14/50848-9, 15/50687-8 y 16/11947-7), permitió identificar tres áreas prioritarias de investigación íntimamente ligadas entre sí: la conexión entre los humanos y la naturaleza, la conducta humana y la conservación, y las estrategias de implementación mediante la reunión y la articulación de los diversos actores interesados.
“También discutimos una serie de recomendaciones con miras a avanzar. Y en cuanto a ello identificamos tres demandas muy presentes en nuestra esfera de actuación”, afirma Christofoletti.
Y así lo detalla: “La primera consiste en cómo articular agendas globales con acciones que se concretan prioritariamente a escala local; la segunda es cómo traducir demandas que ya se han debatido socialmente en investigaciones transdisciplinarias y multisectoriales, integrando diversas áreas de la academia y extrapolando las fronteras de la academia para hacerles lugar a los aportes de los distintos sectores de la sociedad, y la tercera es la meta de la internacionalización, mediante la colaboración entre agentes de países que suelen exhibir realidades bastante distintas.”
Mediante una colaboración que se extiende ya durante más de 15 años entre protagonistas brasileños y británicos, este trabajo contempló esas tres demandas poniendo el foco en la interfaz entre el área ambiental y el área de la salud humana.
“Habitualmente lo soslayamos, pero el ser humano es parte del sistema ambiental. La noción de One Health de la OMS ya sostenía desde hace tiempo que la salud es única: no existe la salud del ser humano y la salud del medio ambiente como realidades separadas. Y esto se vio claramente confirmado por la pandemia. Si el medio ambiente se encuentra bajo un fuerte impacto, si los nichos ecológicos antes aislados quedan bajo presión debido a la presencia humana, resulta inevitable que los patógenos presentes en estos contextos terminen propagándose e infectando a los humanos”, pondera Christofoletti.
Y prosigue: “En simultáneo con ello, comenzó el año pasado la UN Ocean Decade, la Década de los Océanos de la ONU, enfocada en la toma de decisiones informadas desde la óptica de la ciencia para el desarrollo sostenible. Cabe recordar que, solamente en Brasil, el 20 % de la economía tiene una base oceánica. Esta agenda pone de relieve la relación del ser humano de las zonas costeras con el mar. Y las investigaciones comprueban que estar cerca del mar le hace bien a la salud física y mental. No por casualidad, la mayoría de la gente, intuitivamente, prefiere pasar sus vacaciones en las playas”.
El investigador explica que la idea que surgió entonces fue la de investigar de qué manera esas dos agendas dialogan una con la otra, en los ámbitos de distintas áreas del conocimiento y en distintos países. Ese fue el enfoque del referido estudio, que nació en un workshop que congregó a investigadores y representantes de diversas entidades de Brasil y del Reino Unido. El hilo conductor fue el de una ciencia socialmente referenciada, es decir, que apunta a atender las demandas de la sociedad.
“Una vez culminada esta primera etapa, el próximo paso, que define la segunda fase del trabajo, consiste en plasmarlo en la práctica”, explica Christofoletti. Con el propósito de avanzar en la comprensión de la relación entre el bienestar humano y la cercanía con los océanos, el investigador informa que ya ha desarrollado un proyecto y que actualmente prospecta oportunidades para financiarlo.
El artículo intitulado When One Health Meets the United Nations Ocean Decade: Global Agendas as a Pathway to Promote Collaborative Interdisciplinary Research on Human-Nature Relationships se encuentra disponible en el siguiente enlace: www.frontiersin.org/articles/10.3389/fpsyg.2022.809009/full.
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